Elecciones en Chile: El desafío de superar los restos tóxicos de la dictadura
Cecilia Vergara
Se aceleraron los ritmos de la campaña con miras a la segunda vuelta electoral del 19 de diciembre, y las encuestas le dan al centroizquierdista Gabriel Boric, quien encarna el deseo popular de superar finalmente los restos tóxicos de la dictadura y arribar a las orillas de un nuevo Chile, una ligera ventaja en esta contienda por el alma de Chile, frente al ultraderechista José Antonio Kast .
Los comandos de campaña tratan de averiguar cuáles son las motivaciones que tienen los ciudadanos para optar por uno u otro, como también en su decisión de abstenerse, votar en blanco o nulo. Seguramente la amplia mayoría de los votantes lo hará contra el otro, más que en pro de lo que estos se proponen hacer en caso de resultar elegidos. Tal parece que lo que ha prevalecido en esta campaña presidencial es la demonización de los adversarios; en ningún caso el planteamiento y debate de ideologías o programas, señala Juan Pablo Cárdenas.
“Nunca debemos subestimar el rol del miedo en una campaña, fomentado por un candidato conservador, antiinmigrante, homofóbico, tradicionalista, que promete mano dura para enfrentar el desorden y las reivindicaciones de los pueblos originarios, nunca debemos olvidar que tal autoritarismo vuelve a nacer en medio de un resurgimiento mundial de los autócratas y la desconfianza creciente de millones en la posibilidad de que la democracia solucione sus problemas”, señala el escritor Ariel Dorfman.
Gabriel Boric anunció cambios a plan económico con alza gradual de sueldo mínimo y baja de jornada laboral, mientras el ultraderechista Juan Antonio Kast presentó los cinco ejes de su “plan para el futuro”: paz y orden, recuperación de la economía, garantizar vida digna, cambio climático y prioridad en la mujer
En un encuentro con pequeños y medianos empresarios, presentó cambios a su plan económico de gobierno. “Sabemos que ustedes son fundamentales para la economía y, sin embargo, la concentración económica los ha estado ahogando, entregando cerca de la mitad del empleo en Chile concentran solo el 13% de las ventas, porque las grandes empresas están tan concentradas que concentran el 87%”, resaltó tras la cita.
Respecto de los cambios, señaló que “no diría que hay diferencias contradictorias como hemos visto en el programa del otro candidato (…) lo que nosotros estamos planteando son adendos a nuestras propuestas, nosotros no nos avergonzamos de nuestro programa y hemos hecho ajustes, hemos hecho incorporaciones de ideas”, detalló Boric, señalando que introdujo cambios basándose en propuestas de Marco Enríquez-Ominami y Yasna Provoste.
Señaló que la entrada en vigencia de las reformas laborales, como salario mínimo o la reducción de la jornada laboral tiene que ser gradual “y entregaremos un subsidio para el alza del salario mínimo para las mipymes que así lo necesiten”.
Por su parte, el candidato del pacto Frente Social Cristiano, que cuenta también con el apoyo del oficialismo piñerista presentó su nuevo programa de gobierno. “Todo nuestro plan de gobierno gira en torno a la persona. El Estado está al servicio de la persona, no como quieren plantear algunos que es la persona al servicio del Estado. Nuestro objetivo principal es vida digna para todos los chilenos”, dijo Kast.
El candidato ultraderechista admitió que incorporó propuesta de otros candidatos de la derecha como Lavín, Briones, Desbordes y Sichel. “De Sichel recogimos el diversificar la capitalización, y dar mayor explicación a la ciudadania de en qué consiste este sistema. Cada uno de los programa los fuimos incluyendo, algunas cosas ya estaban. Todos coincidimos en el tema de pensiones que es relevante y debemos enfrentarlo “(…)Sin cambiar nuestra convicción que apunta a un Estado más pequeño, austero y eficiente, con un gran brazo social, hemos visto que las perspectivas de crecimiento son difíciles. Sí reconocemos que en la medida que nosotros ejerzamos el gobierno, daremos más certidumbres a los inversionistas”, afirmó Kast.
Kast planteó cinco ejes base de su renovada propuesta de gobierno: Recuperar la paz, el orden y Estado de derecho, recuperar la economía, para que haya más trabajo, mejores sueldos y recursos para mejorar urgencias sociales invisibilizadas, garantizar una vida digna que tiene la base en las personas, no la economía, para que cuente con salud, educación, cultura y vivienda.
Y los últimos dos ejes, marcan algunos de los aspectos más criticados de su programa en primera vuelta: cómo enfrentar el Cambio Climático y las propuestas en cuanto a mujer y género. “En medioambiente hemos corregido todo lo que se mal interpretó o redactamos mal, porque se nos acusó de ser negacionistas “, dijo, tras señalar que pretende “fijar normas claras para que se dé el respeto a la mujer y que ella pueda desplegar con toda su capacidad su desarrollo como mujer”
¿Hay posibilidad de que tras las elecciones se ponga fin a las pendientes realidades tan antiguas como la de la pobreza y marginalidad, o la profunda brecha entre los que más y menos ganan, o que siga repitiéndose la dolorosa cifra de los que mueren por ausencia de un sistema universal de salud?
A poco más de una semana de los comicios, ambos candidatos morigeraron sus discursos, mientras en el sector privado comienzan a pensar en lo que ya internalizó el mercado financiero: la clave estará en el Congreso y allí, sin acuerdos, no se aprobará nada radical. Lo que no está en duda es que el año próximo la economía tendrá un frenazo. ¿Cuán severo? El tiempo lo dirá.
Algunos analistas se preguntan cuál de los Boric prevalecerá, si el partidista o el capaz de actitudes de Estado, si el filudo y consistente con su cofradía o ese capaz de entender el interés nacional, si el joven de juventud sofisticada, cosmopolita, levitante o el provinciano que no ha perdido el trato sencillo con el suelo y los árboles…
¿Cómo saberlo? Aunque no es de negar que ayudaría mucho a salir de la empobrecedora dinámica partisana en la que nos hallamos, poder decir con algún fundamento que imperó finalmente el segundo entre los dos, señala Hugo Herrera.
Si no se adelantan medidas para terminar con la desigualdad y la injusticia, es de esperarse un nuevo estallido social o un nuevo quiebre institucional. Por las dudas, los voceros de la derecha comenzaron a afinar los tambores del golpismo, mientras el campo popular ya demostró que los cambios se exigen, también, en la calles.
Como dice Dorfman, del lado de Boric no solo está la esperanza de que millones de chilenos decidan en las próximas elecciones no retroceder a un pasado autoritario, sino también de que los muertos intervengan desde el más allá de la muerte y de las conciencias, instando a sus compatriotas vivos a que no traicionen su memoria.
* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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