Brasil: El gobierno de los generales se ahoga en un mar de corrupción y muerte

Jeferson Miola

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De acuerdo con su carácter homicida, el gobierno no estaba efectivamente interesado en adquirir vacunas para inmunizar a la población brasileña, sino en aprovechar la oportunidad de un negocio corrupto que involucraba al menos mil 600 millones de reales, unos 326 millones de dólares.

Alertado por los hermanos Miranda en el Palacio de la Alvorada sobre la corrupción en curso, el presidente Jair Bolsonaro reveló que conocía [o estaba de acuerdo con] la participación del líder de gobierno en la Cámara Ricardo Barros, del mismo derechista Partido Progresistadel presidente de la Cámara que archivó las solicitudes de juicio político al mandatario.

En febrero pasado, el gobierno firmó un contrato para la compra de la vacuna india Covaxin sin una disposición legal para hacerlo. Para dar cobertura legal al fraude, el líder de Bolsonaro en la Cámara baja, Ricardo Barros modificó la Medida Provisional que permite la adquisición de vacunas aprobadas por una agencia de salud en India, con párrafos ausentes en la redacción original. Sin esta medida «providencial», el contrato gubernamental fraudulento firmado en febrero de 2021 quedaría sin efecto.

Salvo en el improbable caso de que Ricardo Barros actuara por su cuenta y sin el consentimiento del gobierno, la deducción creíble es que el gobierno militar y su propuesta en la cartera de Salud, conocida popularmente como el Ministerio de la Muerte, dirigida entonces por el general en actividad Eduardo Pazuello, respaldaron las negociaciones, al igual que el propio Bolsonaro.

El gobierno de los generales se está ahogando en un mar de corrupción y muerte. Es una máquina de terror, muerte, oscurantismo, mentira, violencia y, sobre todo, corrupción descarada, como lo demuestra la compra de apoyo parlamentario con más de 20 mil millones de reales (más de cuatro mil millones de dólares) del llamado “presupuesto secreto”.

Los generales y altos mandos de las Fuerzas Armadas, en especial del Ejército, que lideran lo que se llama el Partido Militar, deben ir ajustando su política. táctica. El ejército conspirativo otea un proyecto de poder perdurable y no pone en su radar del futuro la “desintoxicación” del aparato estatal civil actualmente infestado por más de 10,000 soldados en roles típicamente desempeñados por civiles.

Como resultado, la situación en Bolsonaro es extremadamente delicada. En un momento en que las oligarquías, los militares y los políticos buscan desesperadamente alternativas para evitar la elección del expresidente Lula en 2022, se podría poner en marcha el descarte de Bolsonaro por parte de sus verdaderos controladores, los comandantes del gobierno militar.

Es imposible que la imagen de Bolsonaro deje de estar vinculada a esa cifra de vidas perdidas. Crecen las críticas en los medios, junto a la demanda de juicio político del presidente. Los partidos de oposición intentan unificar los cientos de pedidos de juicio políitico en uno solo, en base a las investigaciones arrasadoras de la Comisión Parlamentaria de Investigación, que apunta, cada vez más, al responsable fundamental de la tragedia humanitaria de Brasil.

El vicepresidente Francisco Mourão, el «bombero racional y mesurado» puede haber sido alentado para tomar el lugar de Bolsonaro, el «pirómano incontrolable e irascible» para ejecutar lo que dice Lampedusa en su obra maestra El Gatopardo : » todo debe cambiar para que todo quede como está » .

*Miembro del Instituto de Debates, Estudios y Alternativas de Porto Alegre (Idea), fue coordinador ejecutivo del V Foro Social Mundial. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)