Diferentes relatos sobre la fracasada reunión del Mercosur
Rodolfo Koé Gutiérrez|
El Gobierno de Argebtina, presidente de turno del Mercosur, convocó a una nueva reunión presencial del Consejo Mercado Común del Mercosur (CMC) para mediados de mayo para continuar las negociaciones sobre la llamada flexibilización del bloque subregional, tratando de evitar un rompimiento por cuestiones dogmáticas.
La prenda de debate de la reunión virtual de cancilleres y ministros del área económica de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay fue la posición de Brasil de obtener en el corto plazo una liberación importante de los aranceles externos, del 10 por ciento este año y de un monto similar el año próximo, sobre todo concepto. La postura recibió el aval de Uruguay.
El canciller argentino Felipe Solá advirtió sobre el impacto que eso tendría sobre varios sectores de actividad, y a la inconveniencia de una rebaja unilateral mientras se negocia al respecto con otros países o bloques. El temor mayor es que nuevas rebajas arancelarias solamente favorezcan a las grandes trasnacionales agroexportadoras y no a los países.
“Bueno, casi no hablamos nosotros. Mejor así tal vez”, señaló al término de la reunión el canciller paraguayo Euclides Acevedo, palabras que sonaron más a desahogo que a reproche.
Para los grandes medios argentinos, la principal noticia fue le cruce entre los ministros de Economía de Brasil y Argentina, alineadas en escuelas diferentes de pensamiento. El brasileño Paulo Guedes, quien fuera funcionario del dictador chileno Augusto Pinochet, destacó que los países que vienen teniendo éxito, que lograron subir el comercio que son Asia del Este, China.
Guzmán respondió que ” en todos los casos que está mencionando el ministro Guedes de desarrollos exitosos, el Estado tuvo un rol muy importante desde las políticas económicas y las políticas productivas para poder transitar ese sendero virtuoso. El Estado contribuyendo a una economía de mercado que funcione mejor”.
El cruce finalizó cuando el canciller Solá definió convocar en los próximos días a un encuentro presencial en Buenos Aires y Guedes lo consideró sin sentido. El brasileño allí fue desautorizado por su propio canciller, quien aseguró que irán los ministros.
Los relatos
En el relato básico desde Argentina, la posición uruguaya es apoyar la iniciativa de Brasil. Mientras, en la prensa brasileña las noticias acerca del Mercosur rara vez son destacadas, y esta vez tampoco lo fue. En medios de Paraguay hubo información sobre el planteo uruguayo, que ese país no comparte.
En Uruguay, el presidente Luis Lacalle Pou necesitaba mostrar un “triunfo”. Así, el canciller Francisco Bustillo y la ministra de Economía Azucena Arbeleche, ofrecieron una conferencia de prensa en la que sostuvieron que la propuesta uruguaya cuenta con “total apoyo” de Brasil y afirmaron que Uruguay “logró instalar” en la agenda del Mercosur, después de 20 años, el tema de la flexibilización.
“Buscamos el consenso, y como no se pudo en esta oportunidad habrá una nueva reunión del CMC para avanzar en una fórmula que incluya la flexibilización y la revisión del AEC”, afirmó Bustillo.
El Gobierno argentino salió de la reunión de cancilleres del Mercosur convencido de que tanto Brasil como Uruguay buscan “romper” el bloque aduanero y abrirse a negociar libremente tratados con otros países. “Hay una posición ultraliberal, muy dogmática de Brasil y Uruguay, con una narrativa de abrir la economía y desarrollarse que quedó refutada hace rato. Brasil quiere romper el bloque”, señalaron altos funcionarios al diario Infobae.
Queremos modernizar el Mercosur y de hecho presentamos una propuesta para reducir los aranceles, algunas posiciones incluso llegarían a 0%. Podemos plantear la discusión pero lo que quieren Brasil y Uruguay es directamente violatorio de la carta fundacional del bloque”, añadieron desde la Casa Rosada.
Marcelo Pereira, editor de Ladiaria, recordó el ensayo “Nuestra América”, de José Martí, publicado hace 130 años “Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, […] sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima”. Más acá de las narrativas, la cuestión es que las decisiones del Mercosur se adoptan por consenso, y el contenido de la propuesta presentada por Uruguay no parece el más adecuado para lograrlo, añadió.
El esfuerzo del gobierno de Lacalle ha sido buscar “señales positivas” de los demás socios (para levantar su imagen internamente) que, aunque no habiliten expresamente al Uruguay para negociar acuerdos por su cuenta, puedan ser interpretadas como una disposición a la tolerancia.
Uruguay plantea, por ejemplo, que cada Estado miembro del Mercosur pueda, durante las negociaciones en curso con otros países o bloques, hacer sus propias ofertas bilaterales a la contraparte, y que también esté habilitado a “iniciar negociaciones de preferencias arancelarias” con terceros que no estén negociando con el Mercosur.
“ Una cosa es conversar y otra, muy distinta, es concretar, pero si Uruguay no está habilitado a realizar acuerdos comerciales por la suya, ¿qué sentido tendría que se le permitiera comenzar a negociarlos?”, se pregunta Pereira.
*Periodista económico argentino, analista asociado a al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)