Dimensión internacional del diálogo
Con la elección de Joe Biden se esperaba que se iniciara una negociación sobre el conflicto entre los dos Estados, que sería la vía diplomática para despejar desencuentros y llegar a puntos de entendimiento, como ha ocurrido en muchas circunstancias.
La negociación entre La Habana y Washington durante el gobierno de Barack Obama es una de las modalidades que se ha utilizado, pero existen diversos modelos de negociación que pueden ser útiles. Ahora, lo que resalta en esta ocasión es que se descarta de plano cualquier conversación o encuentro.
Rediseño
El punto de litigio más importante entre los dos países es la separación de Venezuela del dispositivo geopolítico estadounidense, decisión que no es aceptada por Washington y que condujo a la elaboración en la Casa Blanca de una estrategia de cambio de gobierno en Venezuela. Una materia delicada en las relaciones internacionales, porque las normas que regulan esos lazos no permiten que el gobierno de un país impulse y diseñe ningún tipo de estrategias para cambiar el gobierno de otro país.
La estrategia inicial apuntaba a un derrocamiento militar, para luego producir un traspaso del poder a sectores civiles por medio de elecciones en un nuevo contexto. Para provocar el alzamiento castrense se recurrió al bloqueo por medio de sanciones y a la creación de una imagen de poder dual, con apropiación de activos en el exterior. Sin embargo, la meta no fue alcanzada, por lo que se ha rediseñado el plan sin abandonar el objetivo.
“Concesiones”
Geoff Ramsey, de WOLA, una ONG vinculada a los demócratas, no ve un panorama viable para el abandono por Washington del uso de las sanciones para alcanzar su objetivo, aunque considera WOLA que algunas de las medidas de Washington pudieran aliviarse a cambio de concesiones del Gobierno. Pero se trataría de concesiones en términos de espacios de poder.
Esta perspectiva se inscribe en el rediseño realizado, en el que el denominado ‘mantra’ del “cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres” ha sido sustituido por la idea condensada de elecciones libres.
Cuando se habló de elecciones libres en 2019, lo que se planteaba era la salida previa de Nicolás Maduro, para que fueran ‘libres’. En el nuevo rediseño no se apunta hacia esa salida completa del poder, previa a elecciones, sino de porciones de poder, en particular un traspaso del poder electoral y de la esfera judicial, y en una ruta algo más prolongada.
En el sentido de transferencia de espacios de poder del Estado, WOLA ha dado a conocer tres áreas de interés inmediato. La primera de ellas es, por supuesto, el CNE. Luego estaría la relativa a la cesión de cuotas en las funciones de gestión correspondientes al Ministerio de Salud y en el manejo de la pandemia del Covid-19. Un tercer aspecto es la asunción de funciones propias del Estado venezolano por ONG, en el marco del Programa Mundial de Alimentos.
Negociación
En el rediseño de la estrategia, la sumatoria de concesiones permitirían alcanzar el objetivo del cambio de gobierno y la reinserción de Venezuela en el dispositivo estadounidense a mediano plazo y no en la óptica más inmediatista de Donald Trump.
Ahora bien, elecciones que se realicen con electores presionados por el impacto de las sanciones, el cerco diplomático y la retención de activos en el exterior no serían libres. Sólo un acuerdo previo, producto de una negociación entre Caracas y Washington, puede crear las condiciones para la estabilización de las instituciones y de la vida democrática en el país, ya que una negociación relacionada solo con la dimensión interna del conflicto deja de lado un elemento básico: la disputa entre dos Estados en función de sus intereses.
En el nuevo diseño no se contempla la negociación previa con Venezuela sobre las relaciones entre los dos países para llegar a entendimientos en materias de seguridad, tráfico de drogas o intercambios comerciales, lo que pudiera conducir a establecer convenios de cooperación beneficiosos para los dos países, en el marco de la igualdad soberana entre Estados. Sin esos acuerdos, las tensiones se mantendrán sin que haya progresos.
Día a día
- “El presidente colombiano, Iván Duque, descartó el jueves una pronta reapertura de la frontera de su país con Venezuela, citando un alto nivel de infecciones por Covid-19”, informa Reuters.
• El número de casos en ese país es muy elevado y asciende a 2.602.719 y 167.000 muertes desde el inicio de la pandemia.
• En Venezuela el número de casos desde el inicio de la pandemia es de 179.365 y 1.853 muertes.
• La Asociación Venezolana de la Agricultura Familiar denunció que persiste la escasez de combustible en los centros de producción.
• La producción de gasoil se ha visto afectada por el deterioro de las refinerías, a lo que se le suma que el gobierno de EEUU no permite a Repsol, ENI y Reliance el intercambio por crudo.
• Mientras, el Fondo Monetario Internacional planea aprobar 650 mil millones de dólares en Derechos Especiales de Giro (DEG) que serán otorgados a los países para impulsar la liquidez global, reseña Bloomberg.
• Sin embargo, a Venezuela no se le dará acceso a los $ 5.000 millones que le corresponden, declaró Gerry Rice, director de comunicaciones del FMI.
• Aunque hasta el momento no hay una decisión del directorio, se estima que Estados Unidos utilizará el derecho a veto que le brinda su porcentaje accionario.
• El veto a la asignación de esos fondos a Venezuela hace parte de la estrategia política de cambio de gobierno.
• En 2019, Venezuela pidió acceder a los DEG, pero el FMI no consideró el punto en su directorio ni tomó ninguna decisión.
• Europa Press informa que Nicolás maduro figura entre los presidentes que participarán en la cumbre Iberoamericana el 21 de abril.