Las urgencias de la Revolución

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UN GRANO DE MAÍZ | La agresión contra la Revolución Bolivariana tiene varias aristas y diversos orígenes, la madeja se desenrolla por varias puntas. Para entender el enrevesado cuadro debemos precisar el objetivo ¿Qué defendemos? ¿Para dónde la Revolución pretende ir? Si hacemos estas preguntas, seguramente encontraremos muchas respuestas que se originan en ideologías diferentes. Veamos.

Algunos dirán que la meta es mantener el gobierno y ese fin justifica cualquier medio, otros responderán que el objetivo es mantener el gobierno, hacer un buen gobierno que reparta la renta con equidad, otros no dirán nada, prefieren que el pueblo opine.

Nosotros creemos, junto a Fidel, que el deber de un revolucionario es hacer la Revolución, y el deber de la Revolución es hacer el Socialismo. ¡Esa es la meta de la Revolución Bolivariana!

Teniendo esa meta definida hemos avanzado en el diseño del objetivo, pero todavía queda mucho por dilucidar. Si preguntamos ¿qué es el Socialismo? encontraremos un manojo de respuestas que se originan en las mismas fuentes ideológicas que las primeras respuestas. Algunos dirán que el Socialismo es repartir bien la renta, otros que democratizar el capital, otros dirán, en negativo, que será cualquier cosa que no se parezca a la Unión Soviética , otros dirán que es cuando los empresarios capitalistas tienen buen corazón y no aumentan mucho los precios, otros dirán que socialismo es PDVSA en manos del Estado, que eso es suficiente… y diez mil definiciones más.

Los revolucionarios definirán el Socialismo como un cambio profundo de las relaciones humanas, el rescate de la fraternidad y del amor. Cambio que tiene necesariamente que ocurrir en las relaciones de producción y en la conciencia que con ellas se entrelaza. Las relaciones de propiedad tienen necesariamente que ser, ahora, propiedad social administrada por el Estado, y la conciencia tiene necesariamente que ser conciencia de pertenencia a la sociedad.

En este punto las cartas están sobre la mesa, lo que significa que este es el escenario donde se decide la suerte de la Revolución así ha sido a lo largo de la historia.

Es el terreno de la lucha entre el Socialismo y el capitalismo, entre lo viejo y lo nuevo. El socialismo es asediado desde afuera y desde adentro. Desde afuera por los representantes de la oligarquía, desplazados del gobierno que fuerzan por volver a estabilizar el capitalismo. Desde adentro por los que cercan la posibilidad socialista, minándola con medidas que estimulan la propiedad nosocial y la conciencia egoísta.

Es así, el socialismo está cercado: por un flanco, las ideologías que emanan de clases sociales que no pueden entender su esencia, no pueden dar el salto, a lo sumo se quedan en el cuarto de maquillaje, en la retórica o en las volutas vaporosas de medidas ineficientes, que tienen como campo de batalla las pantallas de la televisión. Por el otro flanco, los embates de las oligarquías internacionales y sus oficiales nacionales, capitalistas sin sonrojos.

Este escenario determina las urgencias de la Revolución.

¡Con Chávez Siempre!