Claves geopolíticas en vísperas de la próxima reunión OPEP+ en junio
En un año tan convulso como 2020, en medio de la pandemia de Covid-19, el mercado petrolero se ha visto afectado. Se recuerda cómo en marzo Arabia Saudita anunciaba un aumento de la producción de crudo, incentivando a la baja de los precios, en un escenario que se bosquejaba complejo y que teñía a la sobreoferta con el brote de coronavirus que estaba desacelerando el consumo mundial de energía.
Al intensificarse el auge de la pandemia, la demanda de crudo disminuyó significativamente.
En abril, tanto el G20 como la OPEP+ llevaron a cabo reuniones extraordinarias por videoconferencia para tomar acciones en la estabilización del mercado petrolero. Así, en la 10ma reunión extraordinaria de la OPEP+ acordaron un histórico recorte de su producción total de petróleo en 9,7 mb/d, a partir del 1º de mayo.
Además, se agendó la próxima reunión para este próximo 10 de junio, para determinar acciones adicionales, según sea necesario en el equilibrio del mercado energético.
Claves preparativas para la reunión
Sigue fresca en nuestra memoria cómo las alarmas se encendieron el 20 de abril, cuando los precios del marcador WTI tocaron, de manera totalmente inusual, al eje negativo de los contratos futuros de mayo. Sin embargo, en cuestión de días las cifras se tornaron verdes, y faltaban semanas para que el acuerdo de recorte de la OPEP+ se aplicara como se había pautado el 12 de abril.
Una clave que muestra las implicaciones de los efectos de este escenario pandémico es el quiebre de las inversiones, núcleo de la industria. La Agencia Internacional de Energía (AIE) publicó este miércoles 27 de mayo su informe de revisión de inversiones en el sector, el “World Energy Investment”. Anteriormente, la proyección de inversión total en energía para este año señalaba un crecimiento del 2%, y ahora aterriza, de forma abrupta, en un 20%, reduciendo el gasto de capital en 400 mil millones de dólares.
Hoy, dejando atrás esa anécdota de cifras negativas, el panorama va forjando un viraje; el índice de referencia Brent ronda los 34,77 dólares por barril, mientras que el crudo WTI data 32,83 dólares por barril. De hecho, desde inicios de mayo ambos marcadores se han mantenido en aumento sin sobrepasar la barrera de los 30 dólares, pues hay una relativa estabilidad en los precios, y a solo dos semanas de distancia el mercado está a la espera de los recortes adicionales que ya han asomado algunos actores de la OPEP+.
El Ministerio de Energía de Rusia citó en Twitter que cuentan con que el mercado se equilibre en los meses de junio y julio, debido al aumento del consumo. Esto lo señala en el contexto de reapertura gradual de la economía en muchos países.
Especialmente, la economía china, que ha sido clave para la recuperación de la demanda. China también ha demostrado síntomas de recuperación: el Director de Administración Nacional de Energía, Zhang Jianhua, expresó a la OPEP que la República Popular ya está en camino a la recuperación mientras esperan recobrar pronto sus antiguos patrones de consumo de energía.
Además, mostraron disposición en trabajar estrechamente con la OPEP para estabilizar la industria petrolera mundial y “garantizar la seguridad energética futura para el mundo y facilitar la transición energética”.
Adicionalmente, a través de una llamada telefónica, el presidente ruso Vladimir Putin y el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, acordaron orientar una “coordinación estrecha” para la próxima reunión de la OPEP+. En cuanto a limitar la producción de petróleo, el portal web del Kremlin publicó tal compromiso.
Esto fue una señal importante, a pesar de la volatilidad del mercado en la actualidad. De igual manera se estima que el mercado petrolero pudiera entrar en un déficit de oferta en los próximos meses y, por ende, se espera que los precios continúen subiendo.
Mientras tanto en Venezuela
En medio del trayecto de los conocidos buques iraníes a las costas venezolanas, ayer 27 de mayo, el Secretario General de la OPEP, el nigeriano Mohammad Barkindo, llevó a cabo la reunión de bienvenida, en la modalidad de videoconferencia, al nuevo ministro de Petróleo venezolano, Tareck El Aissami.
Barkindo destacó la importancia de la Declaración de Cooperación (DoC) como herramienta de compromiso de los estados firmantes en sumarse a los ajustes de producción a inicios de este mes y los próximos acuerdos para garantizar la estabilidad en el mercado mundial del petróleo.
Ha sido todo un desafío la llegada de los primeros buques de la República Islámica a Venezuela, bajo un sinfín de anuncios y declaraciones por parte del gobierno estadounidense y sus acólitos, que denotaban ir más allá de la operación psicológica en un contexto de bloqueo y embargo económico-comercial, en el sentido de que existen amenazas externas constantes y permanentes al complejo industrial petrolero venezolano.
Se remiten las pruebas: Últimas Noticias reportó un incendio en la termoeléctrica Planta Centro, la cual posee la mayor cantidad de energía que provee al Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Pero no solo eso: esta termoeléctrica está ubicada a escasos kilómetros de la refinería El Palito, adonde arribaron los buques iraníes Fortune y, recientemente, Petunia.
Irán y Venezuela, países fundadores de la OPEP, y actualmente sancionados y asediados por Estados Unidos, se dan nuevamente la mano en estas circunstancias geopolíticas tan enmarañadas y en alta tensión.
El presidente Nicolás Maduro resaltó la valentía del gobierno de Irán por permitir la llegada de los buques, que transportan los insumos necesarios para la recuperación de las refinerías venezolanas en un gesto de transferencia tecnológica.
Venezuela desde hace años hace varios esfuerzos en el magno objetivo de proporcionar una plataforma para la recuperación de la industria y lograr el respiro en medio de los múltiples ataques desestabilizadores en el sector a lo interno y externo.
Históricamente, Estados Unidos siempre ha intervenido en la esfera petrolera, sin importar ninguna nación, desde John D. Rockefeller con la Standard Oil Company, que controlaba prácticamente todos los suministros de crudo, hasta el asedio actual contra PDVSA, contando el reciente intento de remate de Citgo, filial de PDVSA en Estados Unidos, por un tribunal estadounidense. Los ataques provienen desde todos los frentes.
Estamos a la espera del buque de bandera iraní Faxon, que iría en dirección al Complejo Refinador Amuay, una de las refinerías más importantes del país y que sin duda se encuentra, como el resto del complejo petrolero venezolano, en el ojo del huracán.