Hollande ganará por amplio margen, revelan sondeos
FRANCOISE ESCARPIT| Francia amaneció lluviosa y ventosa. Frente a los centros de votación, los carteles de los diez candidatos a la elección presidencial habían desaparecido durante la noche y sólo quedaban dos paneles, esperando los retratos de los contendientes de la segunda vuelta, el socialista Francois Hollande (28.63 por ciento) y el presidente conservador Nicolas Sarkozy (27.18 por ciento).
Alrededor de las diez de la mañana el Ministerio del Interior dio a conocer los resultados definitivos de la primera vuelta, que no serán oficiales hasta que, el miércoles, los haya ratificado el consejo constitucional. La bolsa de valores francesa se manifestó a la baja.
Los institutos de sondeos dieron inmediatamente su previsión para el 6 de mayo: vaticinan amplia victoria de Hollande con 56 por ciento en la intención de voto.
Los estados mayores de campaña empezaron a reunirse para acordar la estrategia de las próximas semanas.
Los dos candidatos salieron temprano de gira, uno a Bretaña y el otro a Saint-Cyr-sur-Loire, pueblo agrícola a orillas del río Loira.
En el Partido Socialista, a pesar de la satisfacción de haber ganado la primera ronda, hay mucha cautela. “Todavía no hemos ganado”, repiten los líderes. En el campo de Sarkozy también hay preocupación, pero sus ministros y colaboradores afirman: “No hemos perdido todavía”. Saben que para ganar el candidato tendrá que convencer tanto a los electores del Frente Nacional como a los del centrista Modem de Francois Bayrou. Un gran ecart ideológico nada fácil de realizar.
En Saint-Cyr-sur-Loire, Sarkozy anunció una gran concentración el primero de mayo en París, en la plaza Trocadero, para festejar el “verdadero trabajo, el que se construye durante toda la vida sin pedirle nada a nadie, levantándose temprano por la mañana y trabajando tarde por la noche, construyendo así el patrimonio que se dejará a los hijos”. Obviamente, no quiere dejar la calle a los trabajadores y sus sindicatos en su día, ni a Marine Le Pen y al tradicional acto del FN, en la Plaza de la Ópera, en honor a Juana de Arco, símbolo del recurso “contra todos los invasores”.
Si la segunda vuelta fuera simple matemática, todo sería sencillo. Los votos de los ocho candidatos, codiciados por Sarkozy y Hollande, representan más de 44 por ciento (17.90 de Marine Le Pen del FN, 9.13 del centrista Francois Bayrou, 1.79 de Nicolás Dupont-Aignan y 0.25 de Jacques Cheminade, por una parte, y, por otra, 11.11 del Frente de Izquierda y Jean-Luc Mélenchon, 2.31 de la ecologista Eva Joly, 1.15 de Philippe Poutou del Nuevo Partido Anticapitalista y 0.56 de Nathalie Arthaud de Lucha Obrera). Pero, precisamente, la característica de la elección presidencial 2012 es la extrema diversidad de las motivaciones de voto (la principal es el sufragio en contra), lo que hace difícil entender que un voto por Le Pen se pueda transformar en un voto por Hollande en la segunda vuelta, que abstencionistas decidan votar el 6 de mayo o que, al contrario, quienes sufragaron el 22 de abril se abstengan…
De los candidatos de la primera vuelta, sólo Philippe Poutou, Eva Joly y Jean-Luc Mélenchon llamaron claramente a “votar por Hollande para sacar a Sarkozy”. Nathalie Arthaud dejará libres a sus electores y anunció que votará en blanco. Tampoco dará línea Nicolás Dupont-Aignan, y Louis Aliot, el compañero de Marine Le Pen, ya afirmó que votará en blanco a pesar de que el FN no ha tomado aún su decisión.
Marine Le Pen consiguió el primer lugar en el departamento del Gard, con más de 25 por ciento, igual que su padre en 2002. En muchas regiones la dirigente del FN llega en segundo lugar, detrás de uno u otro candidato, afianzando su posición nacional. En el este casi logra 40 por ciento en la cuenca minera damnificada, voto popular motivado por el deseo de “cambiar de presidente” y protestar contra las dificultades de la vida cotidiana. En el sureste de Francia, en el arco mediterráneo, y en una larga zona al sur de París, Sarkozy ganó seguido de cerca por el FN. En un gran oeste-centro-suroeste, Hollande recuperó 35 departamentos que en 2007 habían votado por Sarkozy. Además, por primera vez en la quinta república, París da el primer lugar al candidato socialista, con 34.8 por ciento de votos. Y también las grandes ciudades como Toulouse, Lille, Marsella, Burdeos…
Después de dos mítines en Bretaña el lunes, Hollande estará hoy en el departamento de Aisne, territorio del Frente Nacional y de la abstención. Sarkozy estará en Longjumeau, ciudad de su vocera, Nathalie Kosciusko-Morizet. El Frente de Izquierda se reúne en la sede del Partido Comunista para preparar su participación en la manifestación del primero de mayo y empezar su campaña para las elecciones legislativas del 10 y 17 de junio. Bayrou quiere hacer preguntas a los dos candidatos antes de decidir con quién irá a la segunda vuelta. Por su lado, el Frente Nacional probablemente confirmará que no dará ninguna consigna de voto para el 6 de mayo. Una derrota de Sarkozy provocaría la desintegración de la UMP, lo que permitiría a Marine Le Pen recomponer una nueva derecha y asumir su liderazgo.
Varias polémicas agitan el ambiente electoral. Una es la que va creciendo alrededor del debate previsto el 2 de mayo. Tradicionalmente, entre la primera y la segunda vuelta los dos candidatos se enfrentan en un único debate televiso. Pero Sarkozy ha planteado que se podrían organizar dos y hasta tres debates, lo que ha rechazado Hollande.
Por otra parte, la decisión de varios medios extranjeros de no esperar a las ocho de la noche para dar a conocer los resultados puso en dificultades a los medios electrónicos franceses, amenazados de multas hasta de 75 mil euros si violaban la ley. La propuesta de cerrar todos los centros de votos a la misma hora el 6 de mayo ha sido rechazada por el Ministerio del Interior. Lo que da a pensar que los tuiteros seguirán inventando ingeniosos mensajes para anunciar el nombre del nuevo presidente de la república ¡a las seis de la tarde!
*Informe especial para La Jornada de México