La ceguera del Crisis Group

Leopoldo Puchi

En un reciente análisis del Grupo Internacional de Crisis titulado “Imaginando una resolución a la crisis venezolana”, se hacen importantes observaciones que sugieren como posible un acuerdo entre Gobierno y oposición en Venezuela.

En esta perspectiva, se establecería un calendario en el que primero se celebran las parlamentarias, se crean condiciones electorales concertadas y se levantan gradualmente las sanciones. Las recientes posiciones de varios partidos y dirigentes de la oposición a favor de la participación se inscriben en esta óptica.

El proceso se llevaría adelante en el marco de un entendimiento mayor de “garantías legalmente consagradas que pueden mitigar los temores del eventual bando perdedor en la nueva votación”. Se retomarían así los avances realizados en las distintas rondas de negociación.
En realidad, tanto el adelanto de presidenciales como el de un acuerdo para que Nicolás Maduro culmine su período en 2015 son opciones viables, si es algo aceptado por las partes y realizado en el cuadro de un entendimiento de garantías mutuas.

Punto ciego

Ahora bien, las reflexiones del Crisis Group solo abordan una dimensión del conflicto, la interna, la que enfrenta Gobierno y oposición, pero deja completamente de lado el conflicto que opone a dos Estados, el estadounidense y el venezolano.

Un pulso que es anterior a la crisis económica de años recientes y a los informes sobre derechos humanos, que no deriva de esas circunstancias y tiene sus razones propias, distintas a las de la situación interna.

Como se sabe, Venezuela se fue separando progresivamente del dispositivo geopolítico estadounidense, adoptó una nueva doctrina militar defensiva para sus fuerzas armadas, diferente a la de los países de la zona de influencia de Estados Unidos, separó los servicios de inteligencia, realizó un acercamiento económico con Rusia y China y se ubicó en la visión de la multipolaridad.

Washington

Este distanciamiento de Venezuela de Estados Unidos es contrario a la política oficial de Washington hacia Latinoamérica, que se basa, según informó en la ONU Donald Trump, en la doctrina Monroe, que no permite la separación de los países de la región de la órbita geoestratégica estadounidense.

El conflicto geopolítico reside en que EEUU quiere que Venezuela regrese a su órbita y Venezuela no está de acuerdo. En este pulso, EEUU tiene países aliados, como Colombia, Brasil y varias capitales europeas. Igualmente, Venezuela tiene países aliados, como Rusia, Cuba y China.

Esta dimensión del conflicto no es un asunto complementario o secundario, sino que es el punto de contradicción principal, que modula la disputa interna, con la que se entrecruza. Es necesario entonces un diálogo para llegar así a acuerdos de cooperación Venezuela-EEUU fuera del marco de la doctrina Monroe. Esos acuerdos facilitarán la solución del problema interno.

Día a Día

• Nuevas sanciones a pesar del coronavirus, Carlos Vecchio las apoya y EEUU. Colombia hacen ejercicios militares en la frontera. Vecchio señaló que se continúa presionando para “cortar la línea de oxígeno” de Rusia y “lograr que Maduro salga del poder”.
• Francisco Rodríguez señaló que “Decir que las sanciones petroleras no impiden la compra de medicinas es como decirle a alguien que acaba de perder su trabajo que no se preocupe porque puede seguir comprando lo que quiera”. La Embajada Virtual de EEUU dice que sanciones “no incluyen medicinas, insumos médicos, piezas de repuesto y componentes para productos sanitarios o médicos”.
• Nicolás Maduro le pidió a la cancillería que asumiera la gestión “para que el gobierno de Estados Unidos, en medio de esta pandemia, levante todas las sanciones”. Se trataría de detener el bloqueo a la venta de petróleo de la que se obtienen las divisas para importar medicinas y alimentos. Igualmente, que se permita la transferencia de los pagos de importaciones y el cese de las sanciones permitiría el uso de los fondos bloqueados en Reino Unido, Portugal y otros países.
• El Departamento de Estado anunció que sancionó a la empresa TNK Trading International, por comercializar petróleo venezolano.
• El canciller de China, Geng Shuan: “En este momento de lucha mundial contra Covid-19, EEUU se empeña en seguir agitando a su antojo el garrote de las sanciones contra Venezuela”. “Esto va en contra del espíritu de humanidad”, añadió Geng Shuan.
• El canciller Jorge Arreaza informó que el gobierno venezolano ha intentado coordinar con Brasil y Colombia las acciones contra el coronavirus, pero no ha recibido respuesta de esos países.

*Publicado en  El Universal

Viejas y nuevas formas

Maryclen Stelling|

El pasado 10 de marzo anuncia un reposicionamiento y reconfiguración de las fuerzas en un nuevo escenario político, a la vez que demanda otras formas de hacer política.

El estamento político tradicional permanece atado a la confrontación y destrucción del contrario en diversos escenarios más o menos violentos, transitando rutas más o menos constitucionales e institucionales. A pesar de las presiones, obstáculos, prejuicios y miedos, nuevos sujetos políticos irrumpen y emergen otros intereses y formas de ejercicio político

Luego de tortuosas y lentas negociaciones con miras a renovar el CNE, se destraba ese grave escollo. Sorprende el inesperado acuerdo parlamentario, antesala del nuevo ajedrez político. Bajo la promesa de funcionar con autonomía, legalidad y legitimidad, se acuerda por consenso la designación del Comité de Postulaciones del CNE, liderado por PJ.

Destacan en el escenario electoral las voces de Ramos Allup y Maduro, quienes intentan romper fronteras y tender puentes discursivos.

El primero alerta a la oposición sobre la necesidad de prepararse “para las elecciones que la Constitución dice que hay que hacer, que son las de la AN, porque este año se vence el periodo”. El segundo, resalta que “se va a nombrar un nuevo CNE por consenso, para dar amplias garantías”.

La confrontación política salta del pugilato y cotejo de calle al terreno de la medición electoral. Ello abre la puerta tanto a nuevas relaciones y articulaciones entre las fuerzas políticas como a nuevos sujetos políticos y una repotenciada institucionalidad; a diferentes intereses, legitimidades y representaciones simbólicas.

En tal panorama destaca el papel de la sociedad organizada provista de nuevos elementos discursivos y de negociación, con importante capacidad de interpelación y articulación de intereses a objetivos comunes. Presta a cumplir un papel clave en la reconfiguración del escenario político.

Especial atención a los factores geopolíticos que, en una suerte de causalidad circular, afectarán el juego político interno. Se configuran nuevos escenarios nacionales e internacionales que indudablemente incidirán en la recomposición y reposicionamiento de las fuerzas y estrategias políticas.

Nuevas formas de lo político que ameritan nuevas formas de análisis.