Britto García: Comuna o nada/ Stelling: Vamos a entendernos/ Curcio: Nuevo orden económico

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Comuna o nada, una creación popular

Luis Britto García

“Comuna o nada”, expresa Hugo Chávez Frías, y añade: “Donde quiera que el Gobierno Revolucionario esté dándole vida a un proyecto nuevo de corte socialista, ese proyecto debe incluir el impulso y la conformación de la comuna, o las comunas en su alrededor, en su cercanía, en su ámbito”. E insiste: “La comuna debe ser el espacio sobre el cual vamos a parir el socialismo. El socialismo desde donde tiene que surgir es desde las bases, no se decreta esto; hay que crearlo. Es una creación popular, de las masas, de la nación”.

Primera forma de organización. La comuna fue la primera forma de organización económica y social, y preponderó durante milenios. En lo que Marx y Engels llamaron “comunismo primitivo”, primera etapa de organización de la humanidad, los medios de producción y el producto pertenecían de manera indivisa a todos los integrantes del grupo social. El esclavismo, el feudalismo y finalmente el capitalismo y el imperialismo se apropiaron de los bienes colectivos y saquearon el planeta hasta reducir las organizaciones comunales a fenómenos marginales.

De la utopía a los soviets. Pero la idea de la comuna siguió dominando el campo del llamado socialismo utópico, y está en las bases de la Comuna de París en 1871, de los primeros soviets o Consejos Obreros y de las Comunas Chinas.

Comunas en Venezuela. Nuestras sociedades originarias vivían en organizaciones comunales, y todavía lo hacen aquellas que no han perdido su identidad. También fueron comunas la mayoría de los cumbes, o sociedades libertarias de esclavos fugados.

En el Decreto de Haberes militares, mediante el cual Bolívar ordenó en 1817 repartir los bienes confiscados a los realistas entre los soldados de la Independencia, se establecía que cuando los fundos no pudieran ser divididos sin perjuicio de su productividad, podían ser adjudicados en comunidad a varios beneficiarios. Zamora suspendió el cobro de la renta de la tierra en los sitios donde ejerció autoridad militar. Kleber Ramírez, uno de los insurrectos del 4 de febrero de 1992, e ideólogo temprano del bolivarianismo, propuso el “estado comunero”, constituido por federación o agregación de comunas.

Reconocimiento legal e institucional. Sin embargo, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 no aparecen previstas las comunas ni el Estado comunal. En la propuesta de reforma de ella sometida a referendo en 2007 son reconocidas, pero la iniciativa fue derrotada por escaso margen en referendo popular.

En 2009 se crea el Ministerio del Poder para las Comunas, y en 2010 la Asamblea Nacional sanciona la Ley Orgánica de las Comunas y la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal. En sus extensos articulados se regulan sus categorías, estructuras y funcionamiento.

Desde mucho tiempo antes se habían constituido numerosas comunidades, como la Comuna Ataroa, que lucha por el acceso al agua y los servicios desde los años ochenta, el movimiento Alexis Vive en el 23 de Enero, y otras para gerenciar empresas recuperadas o fundos expropiados.

Pero a pesar de los pronunciamientos de Chávez, el nuevo sistema no necesariamente encuentra acogida favorable entre la jerarquizada y burocrática administración Estatal.

La creación de un Ministerio del Poder Popular para las Comunas facilita el pretexto para considerarlas un mero sector administrativo y no, según lo deseaba Chávez, como base potencial de la nueva estructura del Estado Comunal. Al extremo de que entre 2010 y 2012 sólo se crean 50 comunas. Agendas urgentes, como la violencia de la oposición entre los años 2016 y 2017 hacen que se les preste escasa atención. Esta situación ha llevado a protestas por parte de los integrantes de las comunas ante el ministerio respectivo.

Sin embargo, el presidente Maduro establece en 2014 el Consejo Presidencial Nacional de las Comunas, y bajo su administración se crean unas 350 nuevas comunas, Muchas de ellas dependen de los aportes del Ejecutivo, hasta representar a veces la mayoría de los ingresos del Banco Comunal, por lo que más que unidades de producción se convierten en centros de redistribución.

Expectativas y realidades. Hacia febrero de 2017, estimaba Marco Teruggi que en Venezuela funcionaban unas 1.700 comunas. Y añade que “Como todo proceso de organización popular, las comunas tienen desniveles, tiempos dispares, diferencias según su relación con el Estado, el acompañamiento o no de movimientos populares etc. ¿Algunas son maquetas antes que experiencias reales de autogobierno? Sin dudas. ¿Cuántas son? Difícil saberlo”.

Señala Teruggi como ejemplo exitoso el desarrollo de la institución en el estado agrícola de Portuguesa: “En números: para que todo su territorio -15.200 km2- sea comunalmente cubierto son necesarias unas 130 comunas. En la actualidad existen 110. De esas 110, 64 tienen las principales instancias de autogobierno constituidas -el Parlamento, el Banco, la Contraloría, el Ejecutivo. Las demás están en el proceso de conformación” (Teruggi: https://www.telesurtv.net/opinion/Existen-las-comunas-en-Venezuela-20170215-0027.html).

Katrina Kozarek señala varios ejemplos más de comunas exitosas. Algunas preceden a los gobiernos bolivarianos, tales como las comunidades indígenas originarias y el movimiento Alexis Vive, en el 23 de Enero. Con el bolivarianismo surgen, entre otras, la Comuna El Maizal, instalada el año 2000 en terrenos expropiados. La Comuna José Pío Tamayo, que se establece hacia 2012 en tierras que la cervecera brasileña Brahma había abandonado, y en las cuales comienza la producción de cebada para extenderse luego a otros ramos agrícolas. La Comuna Negro Miguel, entre los estados Lara y Yaracuy, en terrenos del fundo pecuario abandonado La Horqueta (Kozarek, Katrina: Venezuela’s Communes: a Great Social Achievement, CounterPunch, 24 de noviembre de 2017).

El problema fundamental del socialismo es el de la propiedad de los medios de producción. Mientras ésta siga estando esencialmente en manos de la empresa privada y del Estado, las comunas no podrán desarrollar todo su potencial.

Vamos a entendernos

Maryclen Stelling|

La reciente propuesta de “diólogo, entendimiento y paz” presentada por representantes de un amplio espectro político y social del país, parte del reconocimiento de la diferencia, diversidad y pluralidad política, con miras a desarrollar un proyecto colectivo de convivencia social en democracia (Rueda de prensa 23-08-2019).

Sin demeritar las dificultades internas que se observan en el país y sin obviar el serio escollo que suponen para la paz, las recientes medidas tomadas por el gobierno de EEUU, prevalece en la propuesta la aspiración a entendernos y a vivir juntos en un mismo lugar, Venezuela. Plantea la necesaria superación de la polarización y radicalización prevalecientes en el país, que nos conmina a ubicarnos en posiciones extremas y en conflicto.

Presupone la percepción del adversario político en tanto actor legítimo en la aspiración de entendimiento. No apuesta a la política de la despolitización; no pretende la exclusión de otros discursos; ni plantea ocultar la dimensión conflictiva de la política. Menos aún, impulsa la antipolítica en tanto despolitización del juego político.

Por el contrario, promueve el fortalecimiento de las identidades políticas. Procura la reconfiguración de los imaginarios y de las categorías sociales a través de las cuales nos conocemos, reconocemos y nos aproximamos a la realidad. Denuncia la violencia discursiva contra “un enemigo” satanizado y/o invisibilizado, expresión de las relaciones de poder prevalecientes en la cultura política imperante.

Llama la atención de medios de comunicación, devenidos en actores políticos, donde se imponen y transmiten narrativas simplificadoras, estigmatizadoras de la pluralidad política y promotoras de posiciones extremas en conflicto, suerte de marco interpretativo a través del cual leemos la realidad venezolana. Aboga por un lenguaje despolarizado que reconozca al “otro”.

La filósofa Chantal Mouffe, acuña el concepto de pluralismo agonista, cuando el disenso se manifiesta no bajo la forma del antagonismo, sino a través del agonismo, donde el adversario reconoce la legitimidad del oponente y el conflicto se conduce a través de las instituciones.

En una democracia pluralista es necesario transformar el antagonismo en agonismo y al enemigo en adversario.

Nuevo orden económico mundial

Pasqualina Curcio

La tragedia que hoy caracteriza el orden económico mundial comenzó en 1941. No había finalizado aún la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ni siquiera había entrado formalmente en el conflicto bélico. A bordo de un barco, en medio del océano, Franklin Delano Roosevelt y Winston Churchill suscribieron la Carta del Atlántico, documento precursor del Acuerdo de Bretton Woods, partida de nacimiento de la economía mundial de hoy.

Bretton Woods, 1944
Los países establecieron las normas de las relaciones comerciales, monetarias y financieras que regirían el nuevo orden económico mundial. Estaba toda Europa destruida como consecuencia de la guerra, EEUU producía el 29% del total mundial y era el principal prestamista. El dólar estadounidense sería la moneda de referencia mundial. Estaría respaldado al oro: 35 dólares por onza para aquel momento.
Le otorgaron a EEUU la licencia del arma más poderosa para controlar, someter y explotar al mundo: el control del dinero.

Soltando las amarras del oro, 1971
Al pasar de los años la ambición de dominar el mundo iba in crescendo, inundarlo de dólares fue la estrategia. Richard Nixon, unilateralmente, con la excusa de una supuesta guerra contra el dólar y aprovechándose de que EEUU era una de las economías más fuertes se desprendió del respaldo en oro. A partir de ese momento, el precio de dólar no se fijaría con base en el oro, sino que dependería de “la confianza” en la moneda.

Petro-dólar-papel
En 1975, la Opep acordó que toda compra de petróleo debía realizarse en dólares. Los países necesitarían y comenzarían a demandar dicha moneda para adquirir el combustible. EEUU, sin las ataduras de la cantidad de oro en sus bóvedas, comenzó a forrar con papelillos verdes el orden económico mundial.

La hegemonía del dólar es un arma poderosa no solo por el dominio que puede ejercer EEUU al tener el control del suministro de la moneda a nivel mundial y las transacciones financieras que con ésta se realicen, sino que además, basar el sistema monetario en “la confianza” y no en activos reales y palpables le ha permitido al país norteamericano accionar otra de las armas imperiales más poderosas: el ataque a las monedas de los países que no se alinean a sus intereses. Manipular los tipos de cambio resulta más sencillo cuando el precio depende de una variable tan etérea como es la fiducia.

Derrumbe del orden económico mundial
Las amenazas de guerra y las mismas guerras amparadas en el relato de la supuesta condición de potencia militar y económica, han permitido a EEUU mantener a flote ese orden mundial que hoy se hunde en arenas movedizas.
Desde hace décadas la economía estadounidense dejó de ser la más fuerte del mundo. De allí el desespero de EEUU y la decena de frentes abiertos hoy: Irán, China, Siria, Venezuela, Corea del Norte, por mencionar algunos.

Veamos algunos números
La deuda externa más alta es la de EEUU. Alcanzó los US$ 20 billones. Según la Oficina de Gerencia y Presupuesto de la Casa Blanca se estima que superará los US$ 28 billones en 2024. Desde 1970 su deuda ha aumentado 5.879%. Para ese año representaba el 36,4% de su PIB, ahora ronda el 100%. El principal tenedor de los bonos del tesoro de EEUU es China, tiene US$ 1,6 billones de dólares en su poder.

Según el Banco Mundial, EEUU tiene US$ 449.900 millones de reservas internacionales, de las cuales el 74,5% son oro (6.725TN al precio actual). Con esa cantidad solo cubre el 1,6% del total de su deuda externa. Necesita 64 veces esa cantidad de oro para saldar todos sus compromisos, algo así como 430.629TN.

Si EEUU quisiera saldar su deuda con los chinos necesitarían 4,8 veces el oro que tiene de reserva, más o menos 32.107TN.
Según el Consejo Mundial del Oro, se estima que sobre el suelo hay 193.472TN: joyería 92.043, en manos privadas 41.279, en bancos centrales 33.230, otros 26.921. Bajo el suelo hay 54.000TN.

Las reservas internacionales de EEUU solo cubren 1,4 meses de importación de bienes. La de los chinos dan para 14 meses y si quisieran pagar su deuda, éstas representan el 189% del total.

En 1944 había 35 dólares por cada onza de oro propiedad de la Reserva Federal de EEUU. Hoy, según el Banco Mundial, por cada onza de oro hay 68.831 dólares. Desde 1944 hasta 2018 ha aumentado 196.560% la cantidad de dólares que circulan a nivel mundial con respecto a la cantidad de oro (claro que este aumento de la cantidad de dinero no se ha reflejado en incrementos proporcionales de precios. Gran enigma para los discípulos de Milton Friedman).

Reordenando la economía mundial
El presidente del Banco de Inglaterra Mark Carney criticó recientemente el rol desestabilizador del dólar estadounidense en la economía mundial y manifestó que “el mundo tiene que poner fin a su peligrosa dependencia del dólar”.

Años atrás, en 2011, el director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, propuso adoptar los derechos especiales de giro (DEG) como divisa de reserva y sustituir el dólar por una cesta de monedas. Extrañamente fue detenido por una acusación de ataque sexual.
Rusia acaba de vender el 84% de sus tenencias en dólares y China avanza con la internacionalización de su divisa el yuan respaldado en oro.

Los capitales se están desprendiendo masivamente del dólar y migrando al oro que se estima alcanzará un precio de 10.000 US$/ONZT. Hoy es de 1.521 US$/ONZT.

En este inminente reordenamiento económico mundial aprendamos de los errores del pasado.

El nuevo orden económico y monetario no debe basarse en una sola divisa, si no en varias; debe respaldarse en activos reales para garantizar la estabilidad y no en la manipulable confianza; cada país debe contar con su moneda y ser independiente en su política monetaria. Una moneda supranacional y única atenta contra la soberanía de las naciones.

En 1790, Mayer Amschel Rothschild de la dinastía Rothschild, actual dueña, junto a siete más, de la Reserva Federal de los EEUU dijo: “Permítanme emitir y controlar el dinero de una nación y no tendré por qué preocuparme de quién emite las leyes”.
De eso se trata.