La casa de Venezuela: Un asunto de derecho internacional
Aldemaro Barrios|
La casa de la Embajada de Venezuela en Washington, propiedad del Estado venezolano ha sido asediada por agentes de la oposición venezolana con complicidad de la policía norteamericana, señalan los reportes de prensa y los videos en las redes sociales, aduciendo la supuesta usurpación del Gobierno Bolivariano, cuando es todo lo contrario, ese disparate que se llama presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y que algunos nombran presidente interino, encargado, temporal no es más que una caricatura barata que ha desdibujado el propio Gobierno de los Estados Unidos de América para seguir agrediendo al país suramericano.Los oposicionistas venezolanos son expertos en asedio de embajadas cuyos gobiernos no les parece o no les agrada, ya lo hicieron con la Embajada Cuba en Caracas en abril de 2002 con una contundente respuesta del entonces embajador Germán Sánchez Otero y su equipo diplomático para defender la dignidad y soberanía de ese pueblo en el que los agresores vieron frustrados sus objetivos.
Los asuntos diplomáticos tienen un tiempo distinto a los tiempos políticos o militares y están normalizados por convenciones internaciones como los acuerdos suscritos en la Naciones Unidas, la Convención de Viena del 8 de mayo de 1969 o en otras instancias de diálogo político y diplomático internacional, eso lo sabemos, pero cuando a Usted le allanan su casa sin fórmula legal, es distinto que cuando Usted autoriza con pleno derecho a que esa casa sea ocupada para fines que Usted acordó con terceros porque lo autorizó. Es lo que ha pasado con los espacios de la Embajada venezolana en la capital norteamericana.
Veamos el asunto en retrospectiva histórica en las relaciones de Estados Unidos con América Latina. Los casos de mayor resonancia en la memoria es el de Cuba que desde 1961 rompió relaciones con EEUU pero ya desde 1959 se inició un asedio contra la isla caribeña que ha durado 60 años, durante más de medio siglo hubo amenazas de sectores terroristas de los grupos extremistas de Miami quizás con complicidad secreta interna de las autoridades para atentar con espacios diplomáticos cubanos, pero no tan descaradamente como ahora lo hacen contra Venezuela y su sede diplomática en Washington.
En cambio, la sede diplomática de EEUU en Cuba permanece intacta y protegida por el Gobierno cubano no obstante las denuncias infundadas de “agresiones sonoras” de cubanos contra ese espacio que no pasó de ser un escándalo propagandístico de sectores conservadores políticos norteamericanos y cubanos miameros para boicotear las aproximaciones diplomáticas entre ambas naciones en tiempos de Barack Obama.
Lo mismo ocurre con la Embajada de EEUU en Caracas desde que el 14 de marzo, su personal diplomático abandonó la sede, que por cierto ha sido protegida por las autoridades venezolanas para evitar falsos positivos que incrementen las tensiones entre ambas naciones y que agentes norteamericanos han promovido como provocaciones que a lo largo de su historia diplomática ha sido evidente.
Sin embargo, desde los años 60 en los pasaportes de los ciudadanos norteamericanos, se aprecia las advertencias de seguridad en países como Vietnam, Cuba, Nicaragua incluso en países donde las hostilidades políticas son menores como México, que alertan a sus ciudadanos sobre riesgos de violencia, drogas, asedio sexual, delincuencia común y otras criminalizaciones propias de una cultura racista y segregacionista de los gobiernos de Estados Unidos.
Lo ocurrido a nuestra sede y su resguardo por parte de organizaciones autorizadas por el Gobierno Bolivariano identificados como Collectives for Peace, que agrupa a ‘Popular Resistance’ y ‘Codepink’, es histórico aun siendo una acción mediática de solidaridad con Venezuela, representa un hito en las relaciones diplomáticas entre EEUU y Venezuela o cualquier otro país latinoamericano en tiempos contemporáneos.
Pero ha sido la organización “Veterans for Peace” una de las organizaciones más numerosa y extendidas en el territorio de los Estados Unidos, que agrupa a miles de veteranos de las guerras que ha emprendido ese país en el mundo, la que ha liderado la defensa de Venezuela y su derecho a la paz, que con la detención de Gerry Gordon (72) representante de esta organización en Washington DC, detonó las acciones violentas de la policía contra estos internacionalistas solidarios del pueblo norteamericano.