Casi un estado de sitio en espera de la Cumbre del G-20, cazando anarquistas e islamitas
Rubén Armendáriz|
En el marco de supuestos atentados en Buenos Aires en las últimos días atribuidas a anarquistas y la detención de personas acusadas de estar vinculadas a Hezbollah, el gobierno argentino empezó a “intensificar las tareas” de coordinación en seguridad con agencias de inteligencia y funcionarios del servicio secreto presidencial de al menos siete países, de cara a la Cumbre del g20 a realizarse a fin de mes.
Las calles del centro de Buenos Aires se van vaciando de argentinos y ahora se destacan turistas brasileños y chilenos y funcionarios de inteligencia, en especial estadounidenses e israelíes (Israel no participa en la Cumbre), que asesoran al gobierno argentino, ostentando su equipos de comunicación, escondiendo sus armas, mostrando su prepotencia.
Buenos Aires sitiada
La ministra de Seguridad lanzó una insólita recomendación para los habitantes de la ciudad de Buenos Aires de cara a la cumbre del G20 que se realizará a fin de mes. “Que se vayan, que disfruten del fin de semana largo”, dijo Bullrich y aseguró que prepara un operativo “con muchísimas fuerzas de seguridad en la calle”. Nadie lo duda.
En la Ciudad habrá “muchas zonas vedadas”, adelantó. “Las decisiones que vamos a tomar si existe violencia serán inmediatas”, se adelantó al plantear escenarios de protestas violentas y montada sobre la reciente aparición de artefactos de explosión caseros adjudicados a grupos anarquistas.
Tanto el Ministerio de Seguridad que dirige Patricia Bullrich como la Dirección de Migraciones que preside Horacio García, mantienen contacto permanente con referentes de la seguridad internacional de Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel, Francia, Australia y China, señala el portal oficialista Infobae.
La semana pasada llegó a la Argentina una avanzada de las agencias de inteligencia y del servicio secreto de los presidentes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y China. A ellos se les sumarán los jefes de servicio de custodia presidencial del resto de los países del G20, la semana que viene. Todos vinieron a evaluar el “terreno de operaciones” y las zonas más complejas para la seguridad de mandatarios.
Migraciones informó que ya hay un listado que envió Interpol y las agencias de inteligencia de varios países con información de gente relacionada con otros incidentes en cumbres del G20.
Anarquista e islamitas
Trece ciudadanos fueron detenidos a raíz de los episodios con bombas caseras del miércoles último, uno en la casa del polémico juez Claudio Bonadío, donde fue arrojado un explosivo que no detonó, y otro en el cementerio de la Recoleta en el mausoleo del ex jefe policial Ramón Falcón (asesinado el 14 de noviembre de 1909 por el anarquista Simón Radowizky), donde un artefacto estalló en las manos de una militante anarquista, le arrancó tres dedos y le perforó la cara.
El gobierno y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) le dieron fuerte despliegue a la detención de dos ciudadanos argentinos, Axel Abraham Salomón y Kevin Abraham Salomón, de familia libanesa, a los que vincularon con la organización Hezbollah. En el despliegue se mencionó la existencia de un arsenal que –según la defensa de ambos hermanos– está constituido por armas viejas, propiedad de su bisabuelo y que tienen todos los permisos y las facturas de compra. También se aportaron los carnets del bisabuelo del Tiro Federal y del Club de Caza.
El origen de la denuncia fue un mail anónimo –habitual método policial o de los servicios de inteligencia– dirigida a la DAIA que, a su vez, se presentó a la justicia. El titular de la entidad sionista, Alberto Indij, argumentó que la Argentina podría ser escenario de episodios como los que hoy se viven en Europa y Medio Oriente. “Ahora podemos tener los problemas a la vuelta de la esquina”, sostuvo, en referencia a los ciudadanos franceses o belgas, oriundos de países árabes, que participaron de atentados.
En la comunidad islámica la detención provocó fuerte disgusto. Los hermanos Abraham Salomón son parte de una familia muy conocida de Floresta. Un vocero de la comunidad sostuvo que “vivimos un permanente clima de persecución, pretenden arruinarle la vida a dos pibes muy sanos”.
La nueva escalada contra los anarquistas permitió al oficialismo dejar rápidamente de lado la aprobación del Presupuesto 2019, con los ajustes que pactó con el Fondo Monetario Internacional. El presidente dijo que los hechos “son llamativos” a pocos días de la Cumbre del G20 y que “han captado la atención del gobierno”.
Tapar el desastre económico y social
El gobierno, obviamente, aprovecha estos temas para correr el foco del desastre económico, mientras crece un clima de temor por la seguridad alrededor del G-20 y muestra estos episodios como el hallazgo de grupos terroristas, aunque quedó a la vista la precariedad de su accionar ante la intención de darles mucha publicidad a los hechos. Macri avisó que actuarían “con todo el peso de la ley”, mientras la ministra de Bullrich no dudó en hablar de atentados y de relación entre ellos.
Como en las épocas en las que eligió a los mapuches como enemigos, el gobierno argentino salió a cazar anarquistas, dice Página 12. “Vamos actuar con todo el peso de la ley”, afirmó Macri, La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no dudó en calificarlos de “atentados” y aseguró que ambos hechos están vinculados. Macri en este punto fue más prudente y había dicho que se iba a investigar si existía una conexión.
Según fuentes judiciales reflejadas por la prensa local, el Gobierno viene presionando en los juzgados federales para que se investigue a personas vinculadas a posibles atentados o incidentes en torno a la cumbre del G20, acicateado por los servicios de inteligencia argentinos, que vienen recibiendo la presión de los servicios extranjeros, en especial de los de EEUU e Israel.
La campaña del gobierno argentino tuvo distintas interpretaciones. El gobierno de Gran Bretaña advirtió a sus ciudadanos en el país sobre posibles atentados y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, salió a desmentirlos y a reclamar que se retracten. “No estamos de acuerdo. Creemos que en la Argentina estamos siguiendo atentamente todos los acontecimientos que pueden suceder y esperemos que en estos días vuelvan a revisar esta situación”, le reclamó Bullrich al Foreing Office.
Como es su costumbre, Macri dejó de lado la presunción de inocencia y no dudó por un instante de la versión policial. El secretario de Seguridad de la ciudad autónoma de Buenos Aires, Marcelo D’alessandro, sostuvo que se trata de “grupos anarquistas peligrosos” y remarcó que no se podía descartar que ocurran otros hechos similares ante la cumbre del G20.
¿Se pondrá en marcha nuevamente la fábrica de fakenews para justificar una mayor represión? La Cumbre no será una fiesta para los argentinos, invitados por el gobierno a abandonar la capital, que será ocupada en toda su zona costera por fuerzas de seguridad.
. * Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)