Díaz Rangel-Beltrán Haddad: Debatir la nueva Constitución
Debatir la Constitución
Eleazar Díaz Rangel-ÚN|
Desde que la Comisión especial de la Asamblea Nacional Constituyente presidida por el constitucionalista Hernán Escarrá elabora el proyecto de la nueva Constitución, no se habían producido tantos comentarios como ahora. Hasta un movimiento en defensa de la vigente carta magna, donde incluso figuran muchos de quienes estuvieron contra ese proyecto y hasta llamaron a no votar cuando fue sometida a referendum. Lo peor es que no ofrecen razones para esa defensa, ni para cuestionar un proyecto que seguramente no conocen, pero que sospechan que contiene artículos que hará mas presidencialista el régimen democrático venezolano.
Cuando Escarrá informó que estaba listo el 80% de los artículos y se refirió al proceso para su discusión una vez aprobado en la comisión dijo que pasaría a la plenaria de la ANC, donde, seguramente, con las reformas del caso, sería aprobado y luego se sometería a referendum, en esa ocasión escribí que faltaba la opinión del soberano, que el proyecto debía ser conocido por los ciudadanos, por el pueblo, y que sus observaciones debían llevarse a la plenaria, tal como ocurrió con la vigente Constitución.
Recuerdo que participé en un foro, en el mismo Capitolio, sobre los artículos relacionados con la comunicación, la información y la libertad de expresión, y muchas de nuestras recomendaciones, que habían sido discutidas en reuniones de periodistas que coordinamos el abogado Beltrán Haddad y el suscrito, fueron acogidas y forman parte de la Constitución.
¿Qué impide una apertura como entonces?, con amplia participación, también hubo un autobús que se movilizó al interior y recogió miles de proposiciones y sugerencias, con las correcciones del caso, se llevaron al seno de la Asamblea, donde igualmente se discutieron. ¿Por qué ese procedimiento tan democrático no se repite ahora? No hay ninguna urgencia ni otra razón conocida que lo impida.
La primera observación crítica al contenido del proyecto es la que hace Luis Britto Garcia, y que les recomiendo leer hoy nuestra página web. Me limito a transcribirles estos tres párrafos bastante elocuentes: “…. ya en su artículo 1 el Proyecto de Constitución incurre en grave omisión al proponer sólo: “Son condiciones irrevocables e irrenunciables de la nación venezolana, la libertad, la soberanía, la independencia, la integridad territorial, la autodeterminación nacional y la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador, como fundamento de su patrimonio moral y sus principios de libertad, igualdad, justicia y paz internacional”.
“Con ello omite el Principio Fundamental de Inmunidad, que la Constitución vigente consagra así: “Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”.
“¿Qué significa esta “inmunidad” que se erradica de los Principios Fundamentales del Proyecto en curso? La “inmunidad de jurisdicción” es el derecho y el deber de Venezuela de resolver todas las controversias sobre la aplicación de sus leyes de acuerdo con éstas y con sus propios tribunales, y de no estar por tanto sometida a tribunales, cortes o árbitros extranjeros”.
Las primeras discrepancias salieron de Luis Britto; esperamos que Escarrá responda.
Breves
+ Escasea la gasolina, varias estaciones de servicio en Caracas han cerrado porque se les agotó la existencia. La situación en Occidente es peor, se forman grandes colas, de automovilistas y transportes esperando durante varias horas. Y no me pregunten qué dice en Pdvsa, porque sus directivos desentendidos. ¿Disminuye la refinación? No se sabe por qué en un país petrolero, con plantas refinadoras, pueda agotarse la gasolina. Pero nadie lo explica.
+ Nuestro fotógrafo principiante José Simoza fue detenido por estar tomando fotos de las enormes colas en los alrededores del Saime, le quitaron la cámara, le inutilizaron su trabajo y solo fue liberado, cinco horas después, cuando regresó el teniente que dio la orden. Procedimientos de la Cuarta.
+ La agencia AFP tiene un equipo para detectar las más gruesas mentiras que se transmiten en las redes sociales; en Uruguay se discute una ley para controlarlas; y en EEUU y varios países europeos estudian procedimientos para sancionar a quienes difundan mentiras por las redes. Entretanto, aquí siguen siendo importantes vehículos de difusión de mentiras.
+ El presidente electo de México Lopez Obrador tomó una importante decisión que generó posiciones adversas de los mas poderosos empresarios, como fue no seguir la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad México, atendiendo los resultados de una consulta entre la población de las vecindades organizada por una encuestadora francés. Es una nueva manera de gobierno democrático, consultando y atendiendo las opiniones de la gente, explicó AMLO.
+ Con las primeras visitas de estado que hará a Estados Unidos, Israel y Chile, que rompe la tradición de comenzarlas por Argentina, Bolsonaro confirma lo que será su política exterior. Y en cuanto a sus declaraciones de no embarcarse en una invasión militar a Venezuela, supondrán que si pensara lo contrario, no lo diría. Dependerá de las decisiones de Washington.
+ No podía ser mas abrumadora la votación en la ONU sobre la condena al criminal bloqueo de Estados Unidos a Cuba. Esta vez se sumaron hasta los pequeños paisitos que antes acompañaban los votos de EEUU e Israel!. pese a las maniobras y presiones que estuvieron ejerciendo hasta última hora. De las 27 derrotas en los últimos 27 años, esta es la mas abrumadora, porque también perdió las ocho votaciones de sus propuestas de enmiendas.
+ Debió extrañarles que 61 oficiales de la Fuerza Aérea estén bajo investigación, y que les den 15 días de plazo para que se reincorporen a sus unidades. ¿Acaso pueden considerarse desertores? ¿No es algo grave, tratándose de tantos oficiales? Pero en el Comando Aéreo tampoco explican.
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La nueva Constitución
Beltrán Haddad|
Venezuela se prepara para su nueva Constitución. Es un proceso que ha significado la constitucionalización de su ordenamiento jurídico, la vida de sus habitantes a partir de las comunas y la profundización de los derechos humanos y la democracia participativa.
Pero ahora la nueva Constitución deberá fijar sus mecanismos de defensa contra el fascismo y no suceda lo de Brasil, hoy a riesgo de una tiranía política salida de los trolls o troles que inundaron Internet con la infamia, el odio, el racismo y la discriminación; así como de mentiras engañosas y noticias falsas que hicieron posible la anti política. Cuando uno piensa en el fascismo y de lo que es capaz, viene a la memoria ese adiós en busca del opresor, como en aquel canto de lucha antifascista de los guerrilleros o partisanos italianos de la primera mitad del siglo XX, y lo digo para no olvidarlo nunca: ¡oh bella ciao, bella ciao, bella ciao!
La nueva Constitución debe salvar cualquier error u omisión y reformular normas constitucionales como las referentes a los “estados de excepción” en los que la no suspensión del derecho a la información hace ineficaz e inútil el decreto, tal como sucedió en el golpe militar de 2002 y en el “paro petrolero” que pretendía sacar al Presidente Chávez. De nada servía decretar el estado de excepción si los medios eran protagonistas de la conspiración. La nueva Constitución debe establecer -como se dijo- los principios básicos para sustituir el modelo económico rentista petrolero y hacer posible una alternativa de producción no petrolera, de mayor participación popular, de control y distribución justa.
Con la nueva Constitución no solo se trata de la profundización de los referendos (consultivo, abrogatorio y revocatorio) sino también de la incorporación de mecanismos de consulta a nivel de las comunas y demás entidades políticas que permitan fortalecer la democracia participativa. De igual modo, la nueva Constitución debe crear la Corte Constitucional como órgano autónomo de garantía jurisdiccional, al margen del TSJ, y mantener el sistema de control que impide que una ley inconstitucional pueda entrar en vigencia.
Vivimos en un Estado Constitucional de Derecho donde es posible la aplicación directa de las normas constitucionales, muy distinto al viejo Estado Legislativo de la Constitución de 1961. En fin, vivimos un nuevo constitucionalismo, pero aún no está consolidado.
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