Alberto Castilla, senador y líder campesino: “En el balotaje se define el continuismo y la guerra o el progresismo y la paz”
Lucio Garriga y Gerardo Szalkowicz|
En 2014, Alberto Castilla se convirtió en el primer líder campesino en llegar al Congreso colombiano. Venía de una larga trayectoria como dirigente del Congreso de los Pueblos en la región del Catatumbo. Este año logró mantener su banca en el Senado desde el Polo Democrático Alternativo, coalición que apoyó a Sergio Fajardo en la primera vuelta pero que para el balotaje del 17 de junio promueve el voto a Gustavo Petro. Castilla analiza este momento como “de aliento y esperanza”, y advierte: “En caso de ganar Iván Duque (candidato del uribismo) todo lo avanzado en los procesos de paz se pondría en riesgo, en cambio un triunfo de Petro puede generar unas condiciones distintas para la participación de la sociedad”.
-¿Cuáles son los principales elementos de análisis que deja la primera vuelta electoral?
-Lo primero es que la política tradicional ha recibido un golpe, sus estructuras quedaron debilitadas y quedó demostrado que esta vez la gente votó teniendo en cuenta otros elementos. Tradicionalmente han ganado los partidos con mucha estructura política, que tienen muchísima plata y una “clientela electoral”, esta vez hubo un fuerte golpe a esas prácticas. Lo que viene ocurriendo en Colombia es la búsqueda de construir un país en condiciones distintas en cuanto a lo que significa poder terminar la guerra y de una vez por todas generar mecanismos de participación diferentes.
Nuestra democracia sigue teniendo muchísimas fallas. Desde 2011 está aprobado el voto electrónico y aún no se ha implementado, todavía siguen habiendo sospechas y denuncias de fraude, el sistema tiene fallas. Pero los resultados generan un aliento y una esperanza, esta vez la votación fue un poco más consciente, un poco más decidida.
-¿Qué expectativas se abren de cara a la segunda vuelta? ¿Hacia dónde podría ir el 23% de votos que sacó Sergio Fajardo?
-La votación que obtuvo Sergio Fajardo es una demostración también de que la sociedad colombiana está buscando un proyecto más de centro, no tan tirado a la izquierda o de extrema derecha. Respecto a ese 23%, no es que con una orden se va a endosar a uno o a otro. Desde el Polo Democrático Alternativo definimos el respaldo a Gustavo Petro.
De cara al 17 de junio el país queda polarizado entre Duque y Petro, polarizado entre la guerra y la paz. Seguramente se incrementará el voto en blanco y la abstención, así que es incierto lo que ocurra. De todas maneras se está abriendo un camino importante. No es la llegada tardía de Colombia a los gobiernos progresistas pero sí una opción muy importante que alienta al pueblo colombiano a creer que es posible ser gobierno. Ojalá gane la esperanza y Colombia pueda entrar en la construcción de unas condiciones distintas, con respeto a los derechos. Esperamos que el 17 de junio Colombia parta la historia política y entierre a la tradición y las maquinarias.
-¿Cuál sería el futuro de los acuerdos de paz firmados entre el gobierno y la FARC y la mesa de diálogo con el ELN de ganar uno u otro candidato?
-De ganar Iván Duque sin duda todo el proceso de paz, o de búsqueda de solución política al conflicto, tendrá serias dificultades. Duque ha expresado recientemente que sólo hará algunas reformas pero hay que recordar que su entorno político, su partido y los sectores que lo respaldan están en contra de los acuerdos y han expresado “hacer trizas” lo acordado. Con el triunfo de Iván Duque todo lo avanzado se pondría en riesgo.
Mientras que Gustavo Petro ha expresado en toda su campaña darle continuidad a la implementación de los acuerdos e impulsar la solución política. Por eso decimos que esta es una definición entre el continuismo y la guerra o el progresismo y la paz. El 17 de junio se va a resolver ese futuro. Espero que la sociedad colombiana le dé la oportunidad a la paz, a la solución política. No va a haber los cambios y transformaciones profundas que nosotros esperamos, pero de ganar Gustavo Petro esperamos que se abran los escenarios de respeto y se puedan generar unas condiciones distintas para la participación de la sociedad.
-La primera vuelta también ratificó el poder político de Álvaro Uribe. ¿Cómo se explica que, a pesar de las múltiples denuncias de violaciones a los DDHH, los falsos positivos y los vínculos del ex presidente con el paramilitarismo y el narcotráfico, el fenómeno político del uribismo siga teniendo tanta fortaleza?
-El uribismo incluso aumentó su votación respecto a 2002 y 2006, Iván Duque ganó en 23 de 32 departamentos. Está creciendo y es una preocupación que tenemos. Es una derechización que vive nuestro país. Es un proyecto de derecha que considera que la terminación de la guerra debe hacerse a través del triunfo militar y no de la solución política. Un proyecto que utiliza muy bien la estrategia del miedo, que ha generado lo que hoy llaman una “posverdad” haciendo creer que es el proyecto que puede salvar al país, que es el único que tiene las condiciones para generar inversión, generar empleo, cuando la demostración de sus gobiernos ha sido todo lo contrario.
Pareciera que le colocan un manto en las mentes de una parte de la población, que sigue apoyando un proyecto guerrerista, de profundización de la vulneración de los derechos humanos que en el pasado ha dejado una estela de muerte y sangre que no queremos repetir. Nos preocupa mucho ese comportamiento en la sociedad colombiana.