Venezuela Vota
Aldemaro Barrios R.|
“Venezuela Vota” es el título de una exposición gráfica y documental sobre el devenir electoral desde los años 40 hasta los más recientes procesos electorales en Venezuela. La idea del Centro Nacional de Historia, es mostrar las evidencias de cómo se han manifestado estos procesos durante más de 70 años en un país que ha experimentado, como muchos países en América Latina , dictaduras, democracias liberales, neoliberales, protagónicas y participativas como la de los últimos 20 años.
Desde 1830 cuando se constituyó la República en un territorio conocido como Venezuela hasta nuestros días los avatares de la vida política se han movido en un diapasón entre la democracia y la dictadura, la antonimia entre la justicia y la injusticia social, la verdad y la mentira, todo ello ha sido documentado, es público y notorio, todavía mejor, revelados desde que se han puesto de manifiesto públicamente a través de la prensa o de investigaciones que con rigor así lo han demostrado.
Las comparaciones históricas destacan como método historiográfico desde los años 90 con las propuestas del alemán Jürgen Kocka entre otros, cuyo principio establece que el núcleo del análisis está enfocado en “examinar sistemáticamente, a partir del planteamiento de preguntas directrices, las semejanzas y las diferencias de dos o más fenómenos históricos” o sociales. Esa es la idea que se expresa en esa exposición sin dudas, pedagógica.
Cuando observamos en la exposición “Venezuela Vota”, notas de prensa o documentos, automáticamente nos remitimos al presente en personajes como el líder de oposición Antonio Ledezma que en la década de los ochenta expresaba abiertamente su deseo de ser presidente de Venezuela, deseo que aún no se ha cumplido pero que cavila en la actual posición de ese líder de derecha, no importa la manera como llegar a ser presidente aún por la vía de la violencia o la intervención extranjera, como el mismo lo ha expresado.
Los contrastes expuestos sobre la cantidad de elecciones que Venezuela ha experimentado nos permiten comparar como desde 1958 a 1998 se realizaron 14 elecciones, a diferencia de los 20 años desde que Chávez impulsó el proceso bolivariano cuando se han efectuado 29 elecciones. No es solamente un asunto cuantitativo, que ya es demostrativo de la expansión del derecho a la participación política, sino desde lo cualitativo cuando el mismo Centro Carter reconoció en un informe de 2006: “El sistema automatizado de votación, o “voto electrónico”, presenta sustantivas ventajas para el proceso electoral, tales como la posibilidad de realizar el escrutinio en forma inmediata; posibilitar mayores niveles de seguridad; aumentar la confiabilidad…”
Es bueno comparar también estos procesos con lo que ha ocurrido u ocurre en otros países como México o Colombia, especialmente en el debate sobre la fuentes del financiamiento de los partidos políticos, o la persecución y ejecución física de líderes con posibilidades o ventajas electorales, la aplicación de mecanismo confiables para la obtención de resultados justos y verificables son asuntos superados en el caso venezolano que poca atención tienen por parte de los medios de comunicación.
La muestra ahora ocupa los espacios de la Casa Bicentenario antigua sede de la Biblioteca Nacional en el centro de Caracas, donde ahora ocurre y se desarrolla el fenómeno nuestro americano de la reapropiación de la historia por parte del ser común como lo señaló Hugo Chávez hace algún tiempo al proponerse transformar la sociedad venezolana junto a un pueblo que soporta una guerra con el estrangulamiento económico y el bloqueo financiero.
No es poca cosa lo que los venezolanos están demostrando en términos de resistencia política ante la fuerza de presión que ejerce el gobierno de Estados Unidos cuya diplomacia imperial a tendido toda clase de obstáculos para exterminar una simbología como el chavismo que lejos de aminorarse ha crecido en sentimientos nacionalistas y patriotas y se devuelve como bumerán a las pretensiones de dominación de Washington y sigue corriendo la “amenaza” de una expansión popular a otros espacios de la región al sur del Río Grande.