Argentina: Más allá del Moyano vs Macri está la crisis social y la militarización
Juan Guahán-Question latinoamérica|
Ambos contendientes, líder sindical y Presidente, dispiutan un juego donde se pueden quemar, donde el que más puede perder es Macri, en medio del deterioro social, inundaciones y una “cláusula gatillo” de doble vara. Preocupantes novedades en la doctrina policial y la intervención militar.
El 8 de octubre del 2015, a dos semanas de las elecciones presidenciales Hugo Moyano vislumbraba una realidad diferente a la que hoy transita. Se recordaba un nuevo cumpleaños de Perón, allí estaba Hugo junto a Mauricio Macri y Gerónimo “Momo” Venegas haciéndole un homenaje a Perón, frente a un busto del Líder que se inauguraba en terrenos de la Aduana. Allí había recalado, aunque ahora lo disimule o niegue, para ser la “pata peronista” del macrismo.
El cristinismo lo había maltratado luego de aquel acto en la cancha de River, el 15 de octubre del 2010. Su mayor victoria política se transformó en una derrota. Unas 60 mil personas lo llevaron a un punto de máxima euforia. Henchido de orgullo sostuvo que era hora que un trabajador accediera a la Casa Rosada. Allí mismo Cristina, con Néstor al lado, le retrucó que ella era una trabajadora. Moyano (Hugo), que mantuvo el control de su gremio (el camionero) y de la Confederación General del Trabajo (CGT), fue aislado políticamente y expulsado del “paraíso” kirchnerista.
Ambos aliados (Macri y Moyano) venían con objetivos distintos. Moyano quería asegurarse una vejez más plácida. Había colocado a su yerno, Claudio “el Chiqui” Tapia, al frente de la Asociación del Fútbol Argentino, mientras él mismo presidía el club Independiente; aspiraba poner a salvaguarda sus negocios y garantizar un importante poder sindical, con sus hijos Pablo en Camioneros y Facundo en Personal de Peajes y su amigo Juan Carlos Smith en la CGT.
Macri tenía otras ideas, lo quería para flexibilizar los derechos del mundo laboral y reducir los costos del transporte. Todo eso era difícil de compatibilizar y después de la muerte del “Momo” se volvió imposible.
Ahora todo estalló. Los negocios de Moyano, con OCA como referente, tienen problemas. La Justicia lo acosa, también se metió en el tema del Club Independiente y otras menudencias; la CGT está rota de hecho. Mientras tanto, Macri le ha mostrado los dientes y avanza en sus políticas de ajuste y flexibilización.
A Hugo, sus hijos no le responden del modo esperado: Facundo, fuera de un gremio que va camino a la decadencia, piensa más en la prensa con la que está lidiando por cuestiones de la farándula que en su rol político y sindical; Pablo, el ala combativa de Hugo, copia las modalidades del padre pero un tanto fuera de contexto, por momentos se parece más a los sindicalistas ortodoxos de los 70, que a los equilibrios que su padre hoy ostenta.
El enfrentamiento Macri-Moyano ha crecido. Moyano, apoyado en el profundo deterioro social, se coloca al frente de la lucha y hasta profiere palabras como aquellas de que “al gobierno le queda poco tiempo”, que algunos interpretan como amenazas. El 21 de ese mes, muchas decenas de miles de personas saldrán a la calle para manifestar su bronca.
Más allá de las formas que adopte ese movimiento el mismo tiene dos claros sentidos: Para la mayor parte de los participantes es la manifestación del drama social que atraviesa el país, para Moyano es su escudo con el cual Macri deberá enfrentarse si mantiene su política económico-social o si pretende avanzar penalmente contra Moyano. También es una exposición más de la trabajosa unidad peronista que se viene construyendo.
Desde el macrismo ven este enfrentamiento como la continuidad mejorada del que tiene con Cristina y que le dio grandes frutos, pero no es seguro que con Moyano tenga idénticas satisfacciones. No deben olvidar que van acumulando demasiados problemas y el vaso puede rebasar. Los inéditos 10 mil evacuados del norte por las inundaciones, casi todos indígenas y pobres, son la contracara de la Argentina europea de la zona pampeana y los centros urbanos de las grandes ciudades.
Macri y su equipo defienden con tanta soberbia los peores intereses que un día los vientos sembrados se pueden volver tempestades. Un botón de muestra: El gobierno reclama a los trabajadores que acepten un aumento del 15% sin “cláusula gatillo”, si la inflación supera esa cifra. Pero emite un bono, para seguir endeudando al país, con “cláusula gatillo” para los intereses, si la inflación sube por encima de lo estimado, todo ello para asegurar las ganancias del sector financiero.
Cambios en la doctrina policial e intervención militar
Dos novedades vinculadas “casualmente” a cuestiones represivas. Uno está vinculado al escandaloso caso del policía Luis Oscar Chocobar, acusado de asesinato y recibido por el presidente Macri. El otro, que pasó casi inadvetido, y es el de integrar las tres fuerzas armadas en las Fuerzas de Despliegue Rápido (FDR).
Semanas atrás, un policía fuera de servicio, fue testigo de cómo un turista extranjero era apuñalado en La Boca por un joven que se daba a la fuga. El policía lo persiguió, le hizo varios disparos y lo mató. Ahora un juez lo procesó por homicidio. El presidente Macri recibió al policía para darle su respaldo. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, le puso letra a esta situación diciendo que “Cambió la doctrina, la policía no es culpable en un enfrentamiento”.
Sostuvo que el policía actuó “de acuerdo a manuales y protocolos internacionales”. Agregó que no se debe encuadrar ese hecho en la figura de la legítima defensa (en este caso no se reunirían las condiciones que justifiquen la acción policial), sino que debe considerarse como una acción desarrollada en cumplimiento del deber de funcionario público, para lo cual propondrían cambios en el Código Penal.
La Ministra consideró que se está construyendo una nueva doctrina según la cual el Estado es el que realiza las acciones para impedir el delito. Eso supone invertir la carga de la prueba en casos de enfrentamientos donde -hasta ahora- los policías iban presos. Para muchos juristas eso sería legitimar el “gatillo fácil” y las ejecuciones sin juicio previo. Además supone una reforma del Código Penal que aún no se ha producido, ni debatido, ni presentado.
La integración de las tres armas en una Fuerza de Despliegue Rápido, para combatir terrorismo y narcotráfico, es una nueva propuesta del Ejecutivo. Desde la oposición sostienen que está en el límite de lo que fija la Ley de Seguridad Interior, donde se prohíbe a las Fuerzas Armadas intervenir en cuestiones de seguridad interior. Según el gobierno solo se trata de actuar como apoyo logístico, en esos casos (terrorismo y narcotráfico) bajo la conducción de las fuerzas de seguridad (policías, gendarmes, prefectos).
Por ahora tendrán como equipamiento 24 helicópteros, cinco aviones adquiridos a Francia, más cutro buques de patrullaje, camiones y blindados. Tal vez sea pura casualidad que Patricia Bullrich y el Ministro de Defensa estén viajando a Miami para entrevistarse con los jefes del Comando Sur y de allí vayan a Washington. Es imposible no recordar que desde el Comando Sur se promueve la intervención de las Fuerzas Armadas en las cuestiones vinculadas con el narcotráfico.