Libre comercio Mercosur–UE: ¿Quién sale ganando?

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Ernesto Navarro-RT|

Paraguay, que ocupará durante el primer semestre de 2018 la presidencia pro tempore del Mercado Común del Sur (Mercosur), apuesta por cerrar los temas pendientes con la Unión Europea (UE) para que cobre vida el tratado de libre comercio entre ambos bloques, que se negocia desde hace dos décadas.

Aunque aún no se ha concretado la fecha de la reunión, el canciller paraguayo Eladio Loizaga aseguró que se realizará “este mes de enero” en Asunción.

Hasta el momento, precisó el diplomático paraguayo, el tema “agrícola en su totalidad” y lo referido al “etanol”, resultan las de mayores dificultades para lograr un acuerdo definitivo.

Los negociadores de ambos bloques no lograron acercar posiciones durante 2017, ya que la UE solo permitirá la entrada de 600.000 toneladas anuales de etanol y 70.000 toneladas de carne bovina. Ambas cantidades fueron consideradas como insuficientes por el Mercosur.

El bloque suramericano está integrado por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela. Esta última nación, de momento, se encuentra suspendida de la alianza.

Analistas coinciden en asegurar que Brasil y Argentina son los gobiernos que, dado su peso económico en la región, aspiran a la concreción del tratado.

Largo camino sin final

El periodista y escritor uruguayo Aram Aharoniam explica que en los últimos años de reuniones entre ambos bloques comerciales, los negociadores de la UE han presionado “por una liberalización vertiginosa para sus exportaciones”, porque contaban con que en el seno del Mercosur existen “gobiernos dispuestos a abrir sus mercados en forma inédita”.

Señala el periodista que los gobiernos de derecha en Suramérica han facilitado la promoción de un “demoledor combo de capitulaciónante la UE y (de) sometimiento a EE.UU.”.

¿Mal acuerdo para Brasil?

En un artículo publicado en el portal Nodal, el exsecretario general de la Cancillería de Brasil Samuel Pinheiro Guimarães, luego de analizar las condiciones y los efectos del tratado que se persigue, precisa que un mal acuerdo con la UE, podría ser el inicio del fin del Mercosur, y también de la posibilidad de desarrollo autónomo y soberano del gigante amazónico.

Con la eventual firma de un acuerdo entre ambos bloques comerciales, “la UE ya habría alcanzado, al obtener la eliminación de los aranceles para el 90 % de las líneas arancelarias industriales, su objetivo estratégico, que es la apertura del mercado brasileño (y del Mercosur) para sus exportaciones, mientras que podría mantener su política agrícola proteccionista y la supervivencia de su agricultura subsidiada, e ineficiente”.

Caso argentino

En la narrativa del Gobierno argentino, explica Aharoniam, quien fuera uno de los fundadores de Telesur, el acuerdo de libre comercio con la UE es promocionado como “un escalón en la ‘ingeniería de reinserción internacional’ del país, en la que también figura el intento de ingreso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”.

Aspectos como “liberalización, desregulación y apertura, a pesar de la evidencia histórica, se presentan (por parte del Gobierno argentino) como ineludibles para conseguir la confianza de los inversores”, expone Aharoriam.

Por ese motivo, no descarta que algunos gobiernos del Mercosur acepten, incluso sin consulta, “las restricciones europeas a cambio de promesas de cooperación y futuras aperturas”.