Vy’Apave Heñói (Feliz Navidad)

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Juan Guahán|

La noche del 24 de diciembre el mundo cristiano celebra la Nochebuena. Los guaraníes se suman a este festejo homenajeando al “Niño Ára”. Otros pueblos lo recuerdan de modos diferentes.

 Es Navidad y se recuerda la fecha que la Iglesia Católica ha establecido como el día del nacimiento del niño Jesús. Si bien en la Biblia no figura un día específico, fue el Papa Julio quien, en el año 350, fijó esa fecha como una de las solemnidades más importantes para la Iglesia.

Así fue incorporada a la cultura occidental, que estas tierras -luego de ser conquistadas- heredaron. La elección de ese día apunta a la necesidad de la Iglesia, en los tiempos de la antigua Roma, de sustituir la fiesta pagana de las Saturnales por una recordación de una de sus creencias y sustento cristianismo. Los cristianos consideraban a esas fiestas, hasta esa decisión del papado, como una manifestación del paganismo reinante. Recordemos que las fiestas saturnales coincidían con un hecho de la naturaleza, los momentos en los que se da la mayor diferencia de duración entre el día y la noche. Es lo que se conoce como solsticio y son dos: de verano e invierno. En Roma coincidía con el de invierno.

La Navidad reconoce diferentes formas de recordación.

Dentro de los pueblos originarios, a quienes solemos agrupar bajo el nombre de indios, hay dos formas de recordarlo. Una se arraiga en su propia cultura y la otra es resultado de su vinculación con la europea.

En la cultura indígena ese tiempo es muy importante por tratarse, del otro lado de los europeos, en el solsticio de verano. Es el momento en el que la producción de la tierra se manifiesta y permite acumular las reservas anuales. Ese el sentido y motivo de su festejo ancestral.

En pueblos guaraníes se desarrolló una cultura navideña que sintetizó las viejas tradiciones con las que trajeron los conquistadores. Según los historiadores de la región mesopotámica los guaraníes celebraron su primera Navidad en 1613. De allí en adelante sus celebraciones pusieron como centro del festejo en las canciones dedicadas al nativo Niño Ára (niño Jesús), bastante lejos del importado Papá Noel y su bolsa.

Vinculado a la natividad (nacimiento de Jesús) giran las fiestas navideñas, simbolizadas en el tradicional pesebre, que van desde esta Nochebuena hasta la llegada de los Reyes Magos, en la noche del 5 al 6 de enero.

La otra constante es el arbolito navideño que para la tradición de la Iglesia es un símbolo de unidad y alegría. En el origen pagano de esta fiesta, para los europeos, era una expresión del culto a los árboles y se lo manifestaba colocando un arbolito en la entrada o dentro de la casa durante esas fiestas invernales. Ese símbolo sobrevivió a la conversión de los romanos al cristianismo.

Los valores de solidaridad, unión, amor, paz y esperanza que el cristianismo ha insistido en darle a las fiestas navideñas pierden la carrera la expectativa de los regalos de Papá Noel y el consumo de esas fiestas.

Esto es así si los que mandan lo permiten…

Juan Guahán