CLACSO: un sueño colectivo que unifica a latinoamericanos y caribeños
Luis Bonilla-Molina|
Hace 50 años, cuando se fundó el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), resultaba difícil imaginar la importancia que tendría nuestra institución en la región, no solo en el plano académico sino como referente para quienes pensamos a Latinoamérica y el Caribe como un territorio de independencia económica y cultural, integración, inclusión y a la vanguardia de los debates y propuestas que permitan abordar la crisis civilizatoria del nuevo milenio.
Hoy CLACSO es un referente para la ciencias sociales en el mundo y eso, se lo debemos a generaciones de investigadores que han trabajado para ello; debemos sentirnos muy orgullosos de nuestras raíces plurales que hicieron posible la construcción, en la realidad, de un sueño colectivo.
Las ciencias sociales no son una moda, ni un nicho de sectores académicos, sino un factor clave en los procesos de toma de decisiones, que permean a la gestión de los asuntos públicos, eso si, aún con timidez. Es hora de convertir el esfuerzo de miles de científicos sociales del continente, en la fuente inagotable de ideas y conocimientos para la construcción de un destino de justicia social, bienestar colectivo y progreso para los habitantes de este hermoso y muchas veces sometido territorio nuestroamericano.
En ese sentido, tenemos que allanar los caminos para que los procesos y las dinámicas, que se generan a partir de logros tan importantes como la red de postgrados o los Grupos de Trabajo (GT) CLACSO, se conviertan en un referente sustantivo para la toma de decisiones gubernamentales; en consecuencia debemos elevar nuestra capacidad de interacción, de mediación política con el mundo de los decisores.
Ello no implica desconocer la disputa ideológica presente en nuestras sociedades, se trata de escuchar, proponer y trabajar en diálogo permanente con los gobiernos, desde nuestros referentes, para contribuir a alcanzar mayores niveles de inclusión y justicia social en la región.
En consecuencia, las ciencias sociales tienen el desafío de allanar el camino de la viabilidad política para las propuestas resultantes de la investigación social, y CLACSO es una de las pocas instituciones en la región que está en la capacidad de hacerlo, convirtamos esta fortaleza en voluntad de transformación.
Esta posibilidad adquiere una especial relevancia, dadas las profundas modificaciones que el neoliberalismo impulsa en el marco de la cuarta revolución industrial. La seguridad social, el mundo del trabajo, los sistemas escolares y de salud, están en la primera ola de choque que amenaza a retrotraernos en materia de seguridad jurídica a los albores de la segunda revolución industrial.
La crisis civilizatoria que implica la posibilidad de extensión de la jornada laboral en la región a 12 horas diarias y más de 200 mensuales, son solo la punta del iceberg del ataque a la seguridad social de los trabajadores, los derechos a la educación, salud y la vida misma, presentados de manera “amigable” con el discurso de la singularidad tecnológica.
CLACSO tendrá que jugar un papel estelar en los próximos años, en la construcción de narrativas y políticas que permitan la apropiación positiva del desarrollo tecnológico y la innovación que generará esta cuarta revolución industrial, sin descuidar con ello el análisis, explicación y contribución a la articulación de las resistencias a nuevas formas de explotación, dominación y pérdida de derechos fundamentales que forman parte, desde hace décadas, de la cultura de paz de la humanidad.
El crecimiento exponencial de los las actividades de CLACSO en los últimos años abre posibilidades reales para este trabajo, pero nos presenta nuevos desafíos al interior de la institución. Contar hoy con más de 600 centros de investigación y más de 100 Grupos de Trabajo, obliga –de cara a los próximos años- a revisar el modelo de gestión institucional.
Se trata de redimensionarnos y adaptarnos al salto organizacional que hemos dado. No es un cuestionamiento a estilos ni modelos de gestión alguno. Nuestras exigencias de mayores niveles de democratización en la región, deben tener un capítulo especial en la construcción de una institución horizontal, con métodos abiertos y que incorporen a todos en la toma de decisiones fundamentales, tanto del Comité Directivo como de la secretaria ejecutiva.
Precisamente, el desarrollo tecnológico y la plataforma virtual actual de la institución, hacen que sea posible pensar en un mayor protagonismo de todos los centros miembros, en la orientación y destino de CLACSOpara los próximos años. Atrevámonos a modelar desde nuestras dinámicas la sociedad que soñamos.
Esta democratización de CLACSO pasa por pensar e impulsar una nueva y funcional estructura de funcionamiento, que descentralice y desconcentre algunas de las funciones y tareas que hoy asumen los órganos directivos. Es importante territorializar algunas de las dinámicas internas de gestión, por ello propongo una modificación estatutaria que haga posible la creación de tres subsecretarias operativas, integradas al comité directivo.
Una en el Caribe, otra al Norte y Centro del continente y una tercera en algún otro país del sur. Esto tendría la ventaja de concentrar a la secretaria ejecutiva en el trabajo estratégico de articulación regional y mundial y posibilitaría una gestión más eficiente de los recursos conforme a la expansión que hemos vivido en los últimos años.
CLACSO debe profundizar su capacidad de relacionamiento con los órganos multilaterales para tener mayor capacidad de incidencia en las decisiones que toma la llamada “gobernanza” mundial en la era de la globalización económica y la mundialización cultural.
Tenemos que revisar y retomar con fuerza nuestra relación con Unesco, Unicef, Pnud, Pnuma, Unrisd, entre otras. Y esta ruta nos puede permitir avanzar en la construcción de un plan estratégico financiero que posibilite diversificar las fuentes y mecanismos de financiamiento. El futuro de un CLACSO que ha crecido exponencialmente, está asociado a nuestra capacidad de acceder a distintas fuentes de financiamiento que hagan sustentable esta expansión. Ello hace que el tema de la transparencia y la gestión horizontal de los recursos, se convierta en un tema clave en el modelo organizacional de CLACSO para los próximos años.
En la era de la imagen y las narrativas emergentes, es urgente elaborar un programa que permita el encuentro creciente, entre las distintas generaciones de investigadores sociales, pero fundamentalmente hacer de CLACSO una institución atractiva para los jóvenes investigadores.
El bono demográfico que vive la región debe expresarse en mayores capacidades institucionales para entender las necesidades, expectativas y sueños de los mas chicos y eso pasa ineludiblemente por una ofensiva institucional que permita atraer a quienes recién se incorporan a la academia y la investigación social. Y dentro de esta perspectiva la mirada feminista, el protagonismo conceptual y organizacional de las mujeres resulta fundamental, junto a una renovada capacidad de interlocución con la diversidad cultural y los procesos migratorios internos.
Por otra parte, se hace necesario convocar a todos los centros miembros para construir juntos una nueva orientación de la política editorial que es la cara más visible de CLACSO, con un hermoso acumulado de logros que deben ser fortalecidos con nuevas experticias que den cuenta de los desafíos del libro impreso en la era digital, en el mundo de la imagen y las narrativas breves.
Al entender la investigación social como parte del mundo del trabajo, es urgente construir juntos un marco común de propuestas para presentar a los gobiernos de la región, que planteen las aspiraciones más sentidas en materia de seguridad social, expuestas en diferentes momentos por parte de los investigadores sociales. Se trata de construir juntos un presente pero también de modelar el futuro.
He puesto mi nombre a disposición de algunos centros miembros de CLACSO, para aspirar a la Secretaria Ejecutiva en la elección que tendremos en 2018. Por ello, estas ideas son un primer aporte, sistematizado a partir del diálogo con mis colegas, texto que estoy seguro será enriquecido en el diálogo que sostendré, durante los próximos meses con integrantes de los distintos centros miembros.
No soy el candidato de la secretaria ejecutiva y eso es bueno. Soy investigador y director de un centro que hace de la divergencia una virtud y por lo tanto valoro, entiendo y estimulo la disidencia como el arte de buscar caminos alternativos que nos permitan crecer. Más que el candidato de una persona o un sector me veo como un investigador que quiere construir con todos y todas ideas y propuestas que potencien la razón de estar juntos. Es bueno porque eso me aleja de cualquier tentación a ser el candidato de un grupo.
No deseo ser parte de las disputas de grupos. Para mi, todos los equipos y las figuras que han dirigido a CLACSO a través del tiempo han hecho posible su éxito institucional. Por ello, quiero trabajar con todos y todas, respetando sus diferencias y aproximaciones, dejando claro que mi interés es garantizar la unidad dialéctica de la familia CLACSO.
* Coordinador Internacional de la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa. Director Nacional de Venezuela ante el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa (Llece-Unesco). Fundador e integrante de la Directiva de la Sociedad Iberoamericana de Educación Comparada (Sibec). Investigador de Clacso, profesor universitario, investigador del Programa de Estimulo al Investigador y al Innovador (PEII) e investigador de Latin American Studies Association (LASA)