Narcos y ladrones que reconocen ser delincuentes…y los otros
Juan Guahán-Question latinoamérica|
Hay denuncias cruzadas sobre la presencia en la Argentina de la banda que dio el golpe a Prosegur en Paraguay. Es la historia de delincuentes que reconocen serlo y que parecen dispuestos a pelear el poder, en sus diversas manifestaciones, a otras “bandas” que parecen legales.
El aviso de peligro lo dio Mario Mendoza, Comisario General de Corrientes, quien alertó a los puestos fronterizos sobre la posibilidad que el “Primer Comando Capital (PCC), que diera el golpe contra Prosegur en Paraguay, pudiera poner pie en territorio argentino. Hay informes de inteligencia que dan cuenta que parte de esa banda ya se encuentra en esa provincia. Circularon versiones que habrían amenazado al presidente Mauricio Macri.
La ministra de Seguridad Patricia Bullrich Luro Pueyrredón desmintió ambas posibilidades. Lo hizo con la solvencia y seguridad que le dan el cargo y la cuna pero cargado de las dudas e incertidumbres que brotan de la realidad en la que tiene que desenvolverse.
Brasil: dos grandes organizaciones delictivas
En Brasil hay dos grandes organizaciones delictivas que nacieron en las cárceles. El Comando Vermelho (rojo) –CV- surgió en Río de Janeiro en 1979 de un acuerdo entre algunos presos políticos y delincuentes comunes. Su origen estuvo en la necesidad de defender sus derechos mientras purgaban delitos. Con el paso del tiempo fue derivando a una organización que se relacionó con el tráfico de drogas.
En San Pablo, en la cárcel de Taubaté, surgió en 1992 el PCC –Primer Comando Capital-, dedicado a la defensa de los derechos de los presos. Éste se fue desplegando y creció en cantidad, extensión y profundidad, ampliando su accionar al narcotráfico. En el 2001 aprobó un Estatuto que rige la vida de sus socios, que se hacen llamar “hermanos”. Éstos deben pagar una cuota mensual de 16 dólares, si están presos, que asciende a los 320 si están en libertad. Esos fondos están destinados a mantener la organización y las necesidades más apremiantes de familiares de los socios.
Para ingresar se requiere ser “presentado” por un miembro y tener tres padrinos que lo sostengan. Hoy esa organización se extiende por el 90% de las cárceles de San Pablo y llegan a 22 de los 27 estados brasileños.
Ambas organizaciones coexistieron –casi pacíficamente- durante varios años hasta que en el 2016 se desató una feroz lucha que ya ha dejado varias decenas (posiblemente algún centenar) de muertos en diversas cárceles del país.
Hay coincidencias en sostener que el Primer Comando Capital (PCC) es el autor del atraco a la empresa Prosegur, en Paraguay. Allí participaron entre 30 y 50 personas y el impreciso botín rondaría los seis millones de dólares. Dicho esto queda pendiente saber el pensamiento que hay detrás de este tipo de organizaciones y qué pasa al respecto en la Argentina.
Las bandas carcelarias brasileñas y sus porqué
En ese sentido es ilustrativo el pensamiento de Marcos William Herbas Camacho “Marcola”, quien aparece como la figura más representativa del PCC mientras cumple una condena de 44 años, por asalto a bancos, en una cárcel paulista. El diario O’Globo publicó (23/05/2009) un polémico reportaje (luego negado por “Marcola”) donde aparecen las principales ideas de este líder que lleva leídos más de tres mil libros donde se mezclan los clásicos de la literatura con los de las ciencias sociales.
“Marcola” dice: “yo soy una señal de nuestro tiempo…nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social… No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo ahí afuera, cultivándose en la llama, educándose en el absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo alienígena escondido en las márgenes de la ciudad. Ya surgió un lenguaje nuevo… Es otro lenguaje”
“ Estamos delante de una especie de post-miseria. Eso genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes. Mis comandos son una mutación de la especie social… Ustedes son el Estado quebrado, dominado por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos y burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes en tierra extraña. Nosotros no tememos la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados… Estamos en el centro de lo indisoluble, exactamente… Ustedes en el bien y yo en el mal, en el medio, la frontera de la muerte, la única frontera”, añade.
Argentina: complicidad estatal en la expansión del narcotráfico
Es sabido que toda la complejidad del narcotráfico, es en última instancia, una actividad subsidiaria del sistema de poder –particularmente financiero- mundial. Por debajo de ese gran poder están las múltiples formas y niveles del “mercadeo”. Quienes lo manejan van tomando de rehén a los Estados y muchas de sus instituciones han sucumbido ante el poder económico de estas estructuras paraestatales.
Ese poderío económico se manifiesta de los más diversos modos que les facilitan la compra de conciencias y acciones con las que construyen innumerables redes. Muchas de esas redes estatales han sido cuestionadas en Brasil por esta estructura delincuencial que aspira a tener autonomía en su despliegue y competir con las propias instituciones y funcionarios estatales.
Eso no ocurre, al menos hasta ahora, en Argentina. Aquí no hay CV, ni PCC, tampoco hay “marcolas” que se asuman como lo que son. Por más que nos duela y hasta pueda inspirarnos temor hay que decirlo: es inimaginable que las difundidas redes del narcotráfico funcionen sin la protección de las estructuras estatales. Funcionarios o ex funcionarios de los tres poderes estatales están comprometidos en esa actividad.
Es posible que en algunos casos eso ocurra por incompetencia o para alcanzar algún otro beneficio colateral, pero el resultado es el mismo: la complicidad estatal está en la raíz de la actual expansión del narcotráfico.
Ayer, hoy y mañana la deuda ¡siempre la eterna deuda!
Nuestra ¡eterna deuda! Reaparece una y otra vez sobre el escenario político, amenazando –aún más- la grave situación que venimos atravesando. Dos hechos de estos días motivan este comentario. Uno: La provincia de Mendoza enfrenta un juicio en Estados Unidos que amenaza con interrumpir los pagos de deuda; Dos: La expresidenta, en un reciente reportaje televisivo, acusa al gobierno de Mauricio Macri por “su política irresponsable de gobernar con deuda”. Partiendo de la base que los puntos Uno y Dos son ciertos, es interesante el material que nos provee un trabajo del economista Héctor Giuliano, del Foro Argentino de la Deuda Externa, sobre “La deuda pública Kirchner-Macri”.
Allí nos recuerda cómo el kirchnerismo y el macrismo son “enemigos íntimos” que se necesitan mutuamente. Uno para justificarse con el tema de la “pesada herencia”, el otro para confrontar desde la oposición y encubrir su propio desmanejo y corrupción. Pero cómo, más allá de eso, la realidad los encuentra como “dos caras de la misma moneda”. Uno como parte de una propuesta progresista y como restauración liberal el otro.
El kirchnerismo desde sus inicios desarmó la campaña, fuertemente arraigada en grandes sectores populares, demandando el “no pago” hasta que una efectiva investigación de la deuda determinara el monto real de la misma. Luego pagó hasta el cansancio, llegando a la autodefinición de ser “pagadores seriales”. Está demostrado que bajo la advocación del “desendeudamiento” hizo crecer la deuda en más 100 mil millones de dólares (de 152 mil a 254 mil millones) Se lo encubrió ocultando la Deuda Pública Nacional, que vació las arcas del Estado central y de otros organismos del mismo.
De allí salieron los fondos para lo que se llamó “desendeudamiento”, es decir los pagos hechos para cancelar aspectos parciales de la Deuda Externa, para lo cual se dispusieron –según propias afirmaciones- unos 190 mil millones de dólares. Lo concreto es que durante el kirchnerismo, que terminó con un 30% de la población bajo la línea de pobreza, el sector que tuvo los mayores beneficios fue el financiero. Ahora, que el Partido de los Bancos gobierna mucho más directamente, ese proceso va camino de una profundización cuyo destino final será muy doloroso para todo el pueblo argentino. De hecho durante este año y medio de gobierno macrista la deuda ha crecido en más de 34 mil millones de dólares.