¿La “dirigencia” indígena ecuatoriana apoyando a un banquero apátrida?
Fernando Bossi |
Para todos los que estamos involucrados, de una u otra manera, con los postulados de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América, ALBA-TCP, está de más mencionar nuestro pleno y militante apoyo a la candidatura de Lenin Moreno y Jorge Glass para las elecciones presidenciales, en segunda vuelta, en la hermana República del Ecuador.
Tampoco considero necesario aquí redundar aquí en la importancia que el resultado de esa elección tiene para el futuro político de nuestra América, aunque algunos “opinólogos”, como el alemán Heinz Dieterich, lo subestime.
Lo que sí quiero señalar, llamar la atención y denunciar en esta breve nota, es la posición tomada por cierta dirigencia indígena ecuatoriana con respecto a la segunda vuelta electoral. Más teniendo en cuenta que esta “dirigencia” indígena ha desfilado en infinidad de oportunidades por todos los foros habidos y por haber de la izquierda latinoamericana y allende los mares. Lo que quiero resaltar es la acción perturbadora que ejercen una cantidad de ONGs europeas, supuestamente progresistas, en diferentes movimientos populares de nuestra América, y en este caso particular sobre el movimiento indígena ecuatoriano.
La posición de estos “dirigentes”, tanto del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, como de Ecuarunari y la Conaie, ha sido clara: directa o indirectamente han manifestado su apoyo al banquero Guillermo Lasso. Por ejemplo, la dirigente Lourdes Tibán fue categórica en un reciente acto de campaña en Cotopaxi, cuando señaló: “Quiero decirle a los dirigentes de Pachakutik que no anulen su voto, que no lo dejen en blanco, si no que den su voto a Guillermo Lasso”. El presidente de la organización indígena Ecuarunari, Carlos Pérez fue más allá aún, al sentenciar que “es preferible un banquero que una dictadura”. Asimismo Marlon Santi, coordinador nacional del Pachakutik ha declarado: “Hemos analizado y resuelto que Pachakutik, como movimiento político, no votar por el continuismo”.
La Conaie, por su parte, en resolución del consejo ampliado del 23 de febrero 2017 en uno de sus puntos, expresa: “No al continuismo de la dictadura ni a la consolidación del capitalismo”.
Cabe aclarar también, que algunos dirigentes manifestaron que si bien no van a apoyar a Alianza País y sus candidatos en la segunda vuelta, tampoco lo harán por el banquero. Este es el caso de Humberto Cholango, por ejemplo, que declaró a la prensa que “en lo personal y con mi posición ideológica de izquierda yo jamás votaré por un banquero, pero soy respetuoso de la decisión que se tome dentro del movimiento Pachakutik”.
Sin embargo, y hay que destacar, que otros dirigentes indígenas –tal vez no los más renombrados ya que no cuentan con el favor de los medios de comunicación de la derecha ecuatoriana–, sí se han pronunciado a favor de la dupla patriótica de Moreno-Glass.
En síntesis, la mayoría de esta dirigencia indígena, o al menos sus voceros hoy más conocidos, se han pronunciado, por una parte, de manera categórica por el banquero apátrida, y por otro lado contra el continuismo (léase correísmo), con una suerte de artilugio que dice: votamos contra la fórmula Moreno-Glass, no llamamos a votar en blanco ni voto nulo y… seguimos la lucha ¿Cómo se lee entonces eso? Muy simple, como lo manifestó claramente Carlos Pérez: “es preferible un banquero que una dictadura”.
Llama la atención la caracterización de dictadura que hacen estos “dirigentes” al referirse al gobierno de Correa. Y más llama aún la atención cuando lo hacen en el marco de elecciones democráticas y transparentes, a través de los medios masivos de comunicación, en procesos electorales donde ellos también participaron alcanzando menos del 7 por ciento de los votos. ¡Rara dictadura!
Si la posición es tal cual dicen sostener, “No al continuismo de la dictadura ni a la consolidación del capitalismo”, ¿por qué no llamar directamente al voto en blanco o voto nulo? La respuesta es simple: esa dirigencia indígena apuesta descaradamente al triunfo del banquero apátrida.
¿Qué hay detrás de esta conducta política? Me atrevo a afirmar que mucho tiene que ver con la influencia que ejercen las ONGs europeas sobre estas organizaciones indígenas. Cursos, proyectos, viajes, asesorías, conferencias, donaciones, publicaciones, emprendimientos de todo tipo que ejecutan estas organizaciones, casi siempre, aparecen con el financiamiento de fundaciones o asociaciones civiles sostenidas por ONGs socialdemócratas, social cristianas o ecologistas de los países imperialistas.
En otra oportunidad hablaremos de esas ONGs “progresistas” que tanto mal están haciendo a los movimientos sociales latinoamericanos caribeños.