Una revolución democrática: La transición posible
Hugo Chávez Frías |
«Estamos en plena transición. Fuerzas desatadas la impulsan, las más de las veces sin control. Esa transición se inició a finales de los años 70, cuando la situación A (capitalismo de estado –Pacto de Punto Fijo) comenzó a dar signos de agotamiento. El reto hoy está en impulsar esta transición hacia una situación B deseada, preconcebida. Para impulsarla puede haber varios caminos. Se trata, entonces de vislumbrar esos posibles caminos. Y de orientar la transición por aquél o aquéllos que ofrezcan mayor viabilidad».
Hugo Chávez Frías, Octubre 1996
La transición posible (propuesta del 11 de abril de 1998)
Así como en el orden mundial comenzó, hace ya varios lustros, una verdadera mutación histórica, también en Venezuela estamos ahora mismo viviendo —y de qué manera— un auténtico proceso de transición. Éste se ha acelerado de manera notable, intensamente, desde los mismos inicios de esta última década del siglo XX.
Esto significa que el paso de la situación actual a otra es inevitable. Pudiéramos decir que el desarrollo de los acontecimientos ha sobrepasado un horizonte de «no retorno».
El problema entonces hace tiempo dejó de ser el cómo o el cuándo, impulsar el proceso y pasó a ubicarse en la necesidad de definir con la mayor claridad posible hasta dónde puede ser controlable yhacia dónde puede ser conscientemente conducido por los hombres y las mujeres que formamos parte de las fuerzas transformadoras.
Escribía: «Estamos en plena transición. Fuerzas desatadas la impulsan, las más de las veces sin control. Esa transición se inició a finales de los años 70, cuando la situación A (capitalismo de estado —Pacto de Punto Fijo) comenzó a dar signos de agotamiento. El reto hoy está en impulsar esta transición hacia una situación B deseada, preconcebida. Para impulsarla puede haber varios caminos. Se trata, entonces de vislumbrar esos posibles caminos. Y de orientar la transición por aquél o aquéllos que ofrezcan mayor viabilidad».
La primera parte del problema (hasta dónde) tiene que ver con un enfoque de profundidad, en el cual trataremos de visualizar varios niveles posibles (¿o imposibles?).
Y la segunda parte (hacia dónde) se refiere a la dirección estratégica del proceso, sobre cuya proyección ya comienzan a hacerse más claros un conjunto de ejes y una serie de etapas que vienen siendo impulsados y se irán consolidando a medida que se vaya haciendo realidad el Poder Constituyente.
Antecedentes
Este proceso comenzó hace ya bastante tiempo en Venezuela. En verdad son dos procesos que marchan en paralelo y forman parte de la misma historia. Por una parte, desde sus propios inicios en 1958, el intento por construir un país democrático nació con el rumbo torcido y con la semilla de su propia degeneración en las entrañas.
Apenas dos décadas después, ya había entrado en la primera de sus grandes crisis, haciéndose evidente además su incapacidad para corregir y autorregular sus propias perturbaciones.
El conjunto de cada crisis acumulándose sobre las precedentes, fue produciendo la catástrofe venezolana. Pero al mismo tiempo, el otro proceso que venía latiendo en las entrañas, fue acelerando su crecimiento en la década de los años 80, para surgir con fuerza propia al inicio de los 90. Este proceso lleva una profunda carga regeneradora y ahora, al final de la década y tocando las puertas de un nuevo siglo, ha construido su propio cauce, ha definido su propio rumbo y ha penetrado en el alma misma del colectivo nacional.
Hoy es ya un Proyecto de Transición, indetenible, democrático, revolucionario.
La transición
De la crisis-catástrofe actual ha nacido la necesidad de la transición. Y de su propio seno vino conformándose el actor político nuevo capaz de impulsar el proceso. Del Movimiento Bolivariano Revolucionario-200 surgió en 1997 el Movimiento V República y en tomo a éste, primero se ha conformado el Polo Patriótico, una alianza de fuerzas transformadoras que avanza con vigor creciente en el mapa político venezolano. Esto constituye una condición necesaria para garantizar la transición.
Y ha permitido a su vez el surgimiento de una segunda condición, igualmente necesaria, la cual no es otra que la capacidad para visualizar y por tanto planificar el proceso, en base a un conjunto de áreas o polos de transición y de una serie de fases, con lo cual, además de proceso, pasa a ser proyecto.
El proyecto de transición: cinco polos para una nueva República
Este primer documento regoge la visión de conjunto del proyecto y plantea los cinco polos de la transición venezolana de este agitado fin de siglo.
Al mismo tiempo, presenta la idea dinamizadora de las fases a través de las cuales puede impulsarse la transición.
Cada uno de los cinco polos persigue el logro del equilibrio en su respectiva área, de forma tal que todo el conjunto plantea la búsqueda de la estabilidad sistémica y el paso a una situación de equilibrio dinámico.
Todo esto lleva implícita la profunda convicción democrática y ratifica nuestra firme intención de construir una nueva República que encarne un verdadero Proyecto Nacional, sobre la base del más amplio consenso posible y el respeto a las más diversas posiciones o visiones de los sectores nacionales.
Así tenemos que el documento presenta en primer lugar el Polo macropolítico, cuya línea central es el proceso constituyente y su objetivo de transformar el marco político-jurídico actual, ya agotado, para dar paso a una auténtica democracia participativa. Al mismo tiempo, esta búsqueda del equilibrio político a través de la Asamblea Constituyente, indica la primera fase del Proyecto de Transición.
Luego aparecen en orden sucesivo el Polo de desconcentración territorial, el desarrolló humano para lograr el equilibrio social, la transformación productiva para el equilibrio económico, haciendo énfasis en la disciplina macroeconómica y finalmente, la visión internacional y geopolítica del Proyecto, orientada dentro de la mundialización reinante, con una concepción clara hacia las relaciones de paz y mutuo respeto con todas las naciones del mundo.
Este conjunto de áreas, al dinamizarse, configuran las fases subsecuentes del Proyecto de Transición. Los límites de tales fases irán definiéndose con mayor claridad a lo largo de las innumerables y creativas discusiones a las que dará origen la presentación de este documento.
Porque de eso precisamente se trata. Generar ahora un periodo de discusiones para arribar en los próximos meses a un documento de mucha mayor profundidad y solidez, en torno al cual se haga realidad un verdadero Proyecto Nacional.