Siria, una ojeada al futuro

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JUAN GUAHÁN|En los acontecimientos que están sucediendo en Siria se está disputando algo más que la suerte de ese país, allí se ventilan los prolegómenos de lo que luego –si triunfan en Siria- veremos en Irán.

Como siempre ocurre, se están remodelando las áreas de influencia de los diferentes poderes mundiales. Ello está ocurriendo en medio de una paradoja que le está trayendo y le va a dar grandes dolores a la humanidad. Estados Unidos, centro del actual poder mundial y cabeza del sistema capitalista que fija las reglas de juego de la producción y el consumo de la inmensa mayoría del planeta, está en crisis. Pero esa crisis –fundamentalmente económica- no quita que solo ese país gaste, en cuestiones militares, más que todo el resto del mundo.

Esos dos datos (crisis económica y poderío militar) son claros, rotundos y sobre ellos ya hemos reflexionado en otras oportunidades. Estados Unidos tiene un destino claro: procurar resolver o amortiguar la crisis económica apelando a su poder militar. Primero fueron ocupaciones directas, lisas y llanas. Irak y Afganistán, son la prueba de ello. Luego –junto a los países de Europa- se montó sobre la oleada de bronca y rebeldía de los jóvenes árabes y exhibió el show de Libia. Ahora está haciendo algo parecido en Siria.

El objetivo final, de esta etapa, es Irán. De lograrlo, asociados con Israel controlarían Medio Oriente y su vastedad de recursos en materia de hidrocarburos. Con ello también pretenden apuntalar la primacía de occidente conteniendo -lo que es para su concepción- el “peligro islámico”. Las banderas que agitan para alcanzar esos objetivos, son la llamada “democracia occidental” y la defensa (a su gusto) de los Derechos Humanos.

Es por esto que los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) encabezados por Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua y acompañados por otros estados centroamericanos -en una reciente Declaración- apoyaron al actual Presidente de Siria y condenaron la injerencia extranjera en ese país.

Situación del conflicto

Estados Unidos intentó repetir la maniobra ejecutada respecto de Libia y lograr una autorización del Consejo de Seguridad para intervenir “por razones humanitarias”. Está vez Rusia y China no le dieron el apoyo que si le habían dado en el caso de Libia. Luego de esa frustración Estados Unidos consiguió, esta semana, una Declaración favorable a sus intereses por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sin  que ella autorice a intervenir militarmente en ese país.

De todas maneras y sin esa autorización las fuerzas de la OTAN (Estados y Europa) están interviniendo en Siria. Lo hacen proveyendo de armas sofisticadas, instructores militares y mercenarios que atacan a diferentes fuerzas e instituciones Sirias. Luego la Prensa Internacional se encarga de hacer aparecer algunos de esos hechos como protagonizados por el gobierno de ese país.

Turquía, el único país islámico que se está incorporando a la Unión Europea, colabora abiertamente con las fuerzas de la OTAN. Obviamente aspira a recuperar –con un control sobre Siria- una parte de la historia del viejo imperio otomano.
La gran duda sobre el futuro de Siria pasa por la actitud final que van adoptar China y Rusia. Si éstos se limitan a protestar y dejan lugar al avance de la injerencia de la OTAN el futuro de Siria es claro y será semejante al vivido en Libia

. Esto supondría que la apuesta de China y Rusia es al progresivo debilitamiento de los Estados Unidos. Claro está que una recuperación económica estadounidense los encontraría debilitados. Si, por el contrario, China y Rusia deciden actuar ahora y poner límites al unilateralismo norteamericano, Siria puede ser la frontera de estos avances de la OTAN. Este camino supone el riesgo de una confrontación abierta, cuyo destino final nadie puede predecir.

Estas son cuestiones sobre cuya evolución hay diferentes opiniones. La resolución de este conflicto definirá el futuro de Siria e Irán y los próximos pasos de la política internacional.

*Analista de Question Latinoamérica