Alerta sobre el lenguaje escatológico desacreditador
Maryclén Stelling|
Actualmente en Venezuela se está agudizando la confrontación entre Gobierno y oposición desde diversas dimensiones. Agotados varios frentes, una de las aristas que ha ido tomando cuerpo es el “torneo de legitimidad y credibilidad” en torno fundamentalmente a la figura del presidente Nicolás Maduro y su gestión.
Cuando un presidente gana unas elecciones, hay un discurso ganador que, además de los votos y el triunfo, lo dotó de legitimidad y credibilidad. El equipo de gobierno constantemente tiene que trabajar para reforzar la credibilidad y, por supuesto, la oposición comienza a trabajar para deslegitimar y horadar la credibilidad de la gestión del gobierno, del Presidente y del discurso ganador. En este momento, en el país la pugna por la legitimidad y credibilidad se ha exacerbado, como una manifestación más de la confrontación.
La oposición desarrolla una estrategia dirigida a desacreditar, minar la credibilidad y deslegitimar al mandatario y su equipo. El Gobierno cae en esa “trampa” y es obligado a atender dos frentes: el primero, la defensa del discurso “ganador” en unas elecciones presidenciales, reforzar la confianza y renovar la legitimidad; y, en paralelo, desplegar una estrategia del mismo tenor dirigida a socavar la credibilidad y legitimidad de la oposición.
Los recientes sucesos ocurridos en Villa Rosa, estado Nueva Esparta, constituyen un claro ejemplo de la estrategia oposicionista. Una vez que comienzan a circular desde las redes de oposición los primeros videos con sus respectivas narrativas, vía twitter se concluye que lo ocurrido es una demostración fehaciente de la pérdida de la legitimidad del Presidente y del miedo al gobierno.
La oposición ejecuta una estrategia muy fuerte dirigida a deslegitima al Presidente y su gestión, a la pérdida de la confianza y de la cualidad de “ser creíble”. De esa manera van empujando al gobierno hacia la coacción o el uso dela fuerza. Creemos que está planteado y ello persigue como una última meta la procura de la violencia . Probablemente se trate de una campaña, de una estrategia que viene de afuera, pero que, además, tiene una expresión en medios internacionales y en gobiernos de otros países.
Venezuela es una presa codiciada en este momento por poderosos intereses internacionales. Aquí tenemos todo lo que es el arco minero, el petróleo… Somos una presa apetecible en un contexto regional en el que le acaban de dar un golpe parlamentario a Dilma Roussef, Mauricio Macri llegó a la presidencia en Argentina… de manera que hay un caldo de cultivo regional que aumentan las ganas de la oposición interna y también las apetencias externas.
Reforzar la legitimidad y credibilidad
Es necesario reforzar la legitimidad y credibilidad del gobierno, demostrar que la gestión es positiva, que ya están llegando productos a los anaqueles, que se está confrontando y desmontando a la guerra económica. Se debe visibilizar, posicionar el discurso de paz y la diplomacia de paz que tiene en este momento el gobierno, porque deja al descubierto una oposición que en realidad no está buscando la paz, sino la violencia.
Estamos en un momento difícil, critico, en el que se horada de la credibilidad y legitimidad y, además, se llama a marchar, a llenar las calles, a la Toma de Caracas. El límite entre una marcha pacífica y democrática y en paz, está igualmente fracturado, porque la cantidad de gente que se ha convocado a marchar ha perdido la credibilidad, no perciben al gobierno como legítimo, tampoco como legítimo al presidente. Vivimos un momento peligroso, estamos en situación de alerta.
La opción es el diálogo
Es necesarísimo poner en marcha la opción del diálogo, que en verdad lleguemos al diálogo, que conversemos. Será difícil. Han habido conversaciones, reuniones, se designaron los mediadores de ambos bandos políticos, pero percibo diferencias discursivas. El discurso del Gobierno, está dirigido a un diálogo por la paz, por la no violencia, es una propuesta más amplia. El que demanda la oposición es un diálogo sobre el referéndum revocatorio. Tenemos entonces dos grupos que aparentemente se están reuniendo, pero dos grupos donde se perciben dos dimensiones diferentes.
En Colombia el problema era mucho más grave porque se instauró una violencia física estructural. Las ventajas del momento venezolano es que hemos encontrado diversos frentes y espacios para confrontarnos y, hasta el momento, no hemos elegido la violencia física como vía de eliminación del otro.
La violencia en el lenguaje es una válvula de escape que podría incidir en alejar las posibilidades de violencia física. En este momento habría que alertar sobre ese lenguaje escatológico, de violencia, desacreditador del otro, que demuestra una suerte de sordera y de distancia del liderazgo político, tanto de uno como de otro bando.
Las encuestas señalan que hay un 80% que desea diálogo, y este 80% es la víctima final de todo lo que está pasando aquí, porque ese 80% lo único que quiere es vivir en paz. Observamos una desconexión del lenguaje empleado por los políticos con la realidad: hay un pueblo que está pidiendo diálogo y, en contraste, unos líderes políticos que tienen una mirada a corto plazo, una mirada muy cerrada.
Empoderamiento popular
La posibilidad del golpe siempre está, pero parece lejana, primero porque existe ese compromiso del pueblo con procesos democráticos, luego porque este aprendizaje que ha hecho el pueblo desde que llegó Hugo Chávez al poder, es un aprendizaje de participación a través de diversos canales.
Ha habido un empoderamiento del pueblo bien importante y además se han descubiertos otros canales y vías de participación. Sin duda hay factores radicales en este momento que estén jugando a un golpe de estado, dado el fracaso de la oposición. Cualquier posibilidad de golpe no está cancelada definitivamente, pero sería bastante dificultoso en esta Venezuela. Las posibilidades de un golpe están canceladas en este momento a pesar de que hay intereses internacionales jugando a ello y se han topado con una oposición que fracasa en eso, además de un pueblo que no está ganado para la idea de un golpe.
Perspectiva comunicacional
Desde la perspectiva comunicacional, en este momento está jugando un papel muy importante la internacional mediática, además por supuesto de los medios nacionales. Se construyen sobre la realidad venezolana narrativas y relatos transmediáticos que involucran tanto a medios nacionales como internacionales además de las redes sociales. Desde allí se consolida un poder transmedático que impone su versión de los hechos.
Prefiero hablar de narrativa mediática, por cuanto lo que se está construyendo en relación a las realidades de Venezuela y otros países son relatos y narrativas que se elaboran en los medios nacionales e internacionales y las redes sociales.
En cuanto a lo sucedido en Villa Rosa, la tardía respuesta oficial llegó con posterioridad a los videos grabados prácticamente en el momento de los hechos, después de las narrativas construidas en las redes y replicadas sin confirmaciónen páginas web. La respuesta oficial llegó una vez que la gente había aceptado la narrativa construida en redes y creía ver en los videos aquello que los relatos afirmaban.
El poder oficial está inerme frente a ese tipo de política comunicacional, hay una suerte de parálisis… El país tiene problemas urgentes y los medios públicos deberían, de alguna manera, reseñar también ese país, por supuesto desde una perspectiva oficial, de medios públicos, pero ese país tiene que ser reseñado. Si no “la siembra del pesimismo” será exitosísima.
La siembra del pesimismo
El pesimismo es la negación de cualquier futuro y se ha plantado el pesimismo. Tal situación incide en el clima socioemocional del país y tiene relación con la fuga importante de gente joven que se está yendo del país. Tiene que haber una estrategia comunicacional de siembra del optimismo, del futuro, de siembra de la Venezuela que es y de la que podría ser. Eso no está sucediendo, porque siguen enganchados en desmontar la otra versión, ahí hay un elemento de enganche en la versión del otro y con la destrucción del adversario.
La oposición se está preparando para la posibilidad de que no haya revocatorio este año. La llamada a la Toma de Caracas del primero e setiembre y otras convocatorias se está preparando activamente para acudir a los espacios públicos. Esas marchas no son gratuitas, tienen una finalidad.
La oposición está en estado de desesperación, ha colocado todos sus huevos en una sola canasta, el revocatorio. Y por los vientos que soplan, el revocatorio no puede ser este año. Han cometido varios errores: si el revocatorio no se da, ahí hay un fracaso. Y el mismo hecho de haber colocado el revocatorio como un fin en sí mismo de la estrategia de la oposición, los está desarticulando internamente.
Hoy tengo un optimismo permeado por una preocupación ante el momento político que estamos viviendo, en el que los dos bandos políticos están entrampados en una lucha que yo llamaría intestina, de destrucción de las cúpulas y que, de alguna manera ha ido olvidando a los ciudadanos comunes. Pareciera que se están abriendo puertas en este momento, pero estoy altamente preocupada por lo que se está convirtiendo la confrontación política ante el próximo escenario electoral.
(Texto sobre un diálogo de Stelling con José Vicente Rangel en la televisipon venezolana)