Argentina: El pueblo entre el ajuste y la corrupción

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Juan Guahán-Question latinoamérica|

Mientras los defensores de la globalización temen que el futuro se pueda desmadrar con las elecciones norteamericanas, en Argentina la situación encuentra a un pueblo apretado entre un ajuste sin misericordia y el bombardeo cotidiano de más y más signos de corrupción.

Allá, lejos, bien lejos, en la cumbre de los que gobiernan al mundo hay preocupación, y no poca. Las teorías y tendencias globalizadoras, aquellas que nos quieren encaminar hacia un gobierno mundial del poder económico, están siendo puestas en duda.

Esas ideas se instalaron como verdades hace más de 50 años atrás. Pensaban que ésa era la mejor forma para garantizar un capitalismo eterno. Uno de los grandes ideólogos de ese movimiento Zbigniew Brzezinski, un polaco asesor de los gobernantes demócratas de los Estados Unidos, planteó la necesidad del “establecimiento de un sistema internacional que no pueda verse afectado por los chantajes del Tercer Mundo”. Imaginaban que -de esa manera- evitarían  que las contradicciones y competencias, al interior del capitalismo, derivaran en enfrentamientos como los que motivaron la Primera y Segunda Guerra Mundial. Ya los “aliados” habían ganado la Segunda Guerra Mundial y la preeminencia de la alianza de los Estados Unidos y Europa sobre el mundo socialista era un objetivo que se demostraba viable.

Más allá de las peleas con los comunistas, los acuerdos de los aliados occidentales  que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial se perfeccionaron a la sombra de estas ideas. Los Estados, sin perder su rol central, fueron cediendo facultades a instituciones globales donde dos grandes actores tallaban fuerte: Los bancos y las empresas trasnacionales.

Edmond de Rothschild uno de promotores de esta idea y descendiente de la familia que “inventó” a los bancos dijo: “La estructura que debe desaparecer es la nación”.

El inefable David Rockefeller, el gran mentor de esta propuesta, sintetizó esta tendencia diciendo: “De lo que se trata es de sustituir la autodeterminación nacional que se ha practicado durante siglos en el pasado por la soberanía de una elite de técnicos y de finanzistas mundiales”.crisis1

Esta idea iba de la mano con la noción de una mayor interdependencia de las naciones al servicio de ese poder económico mundial. Una de expresiones más altas de esta tendencia fue la creación de la Unión Europea. Pero la crisis global del capitalismo la está afectando seriamente. Mientras -a nivel mundial- intentan que China se vaya integrando a esta globalización se encuentran con que en Europa se desatan “fenómenos nacionales” difíciles de absorber. El globalismo los denomina como fuerzas “neo nazis”. En realidad se trata de un cierto nacionalismo conservador, de tinte xenófobo,  asentado en países centrales que busca resguardar o ampliar el espacio de sus respectivos poderes económicos empresariales. Pero el gran golpe se acaba de dar, hace pocas semanas, con la decisión pueblo del Reino Unido de separarse de la Unión Europea.

Como si esto fuera poco, en pocas semanas más, en Estados Unidos habrá elecciones presidenciales y las perspectivas de un crítico al globalismo -Donald Trump- no se puede ignorar.

No es que estas perspectivas alienten la expectativa de un futuro mejor, más aún, es posible que sea peor “el remedio que la enfermedad”. No olvidemos que el Papa nos recuerda que ¡Ya estamos en guerra! De lo que se trata es que las concepciones puestas a andar después de la Segunda Guerra Mundial están en crisis y nadie se atreve aventurar cuál será el futuro que sobrevendrá.

El ajuste da dolor, la corrupción tristeza

En Argentina también estas tendencias mundiales están en los meandros del poder, la oposición y sus diversas internas y relaciones. De eso nos ocuparemos en otro momento. Ahora el escenario político no deja espacio más que para dos cuestiones: los temas vinculados al ajuste que no da tregua y los detalles de la corrupción de los integrantes del gobierno anterior, porque los datos que afectan al macrismo siguen envueltos en una gasa judicial y mediática que los resguarda y protege.ar cacerolazo16a

Ambos protagonistas de esta realidad -ajuste y corrupción- van de la mano, se necesitan, sin este binomio compensador ¡vaya a saber los rumbos que la realidad podría tomar!

El ajuste -en el pueblo- produce dolor, conmociones, cambios de hábitos. Frente a un cierto desconcierto inicial, que el gobierno publicitó como apoyo silencioso, le está siguiendo una bronca importante. El “ruidazo” del otro día no es el primero y mucho menos aún será el último. Para el próximo 7 de agosto, día de San Cayetano, una marcha arrancará desde esa Iglesia -en Liniers- para llegar a Plaza de Mayo. No olvidemos que ese lugar, bajo la consigna “Paz, Pan y Trabajo” fue el símbolo de la dura resistencia sindical al alfonsinismo que condujo -hace más de 30 años atrás- Saúl Ubaldini. Ahora los principales protagonistas serán diversas organizaciones sociales. Lo cierto es que la bronca crece y ya está instalada en amplias franjas de la sociedad y no será sencillo sacarla de ese lugar. La pérdida del poder adquisitivo de los ingresos salariales o de los planes sociales y el temor a perder empleos son sus principales motivaciones. Los tarifazos y la inflación sus evidencias.

Ese mismo ajuste tiene –en el gobierno- reacciones divergentes. Algunos lo ven como imprescindible. Se trata de los sectores más “gorilas” que ven allí la oportunidad de poner en marcha un país “achicado” a la medida de sus intereses. La brutal transferencia de ingresos de los sectores populares a las arcas de grandes empresas es parte de ese fenómeno. El Ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren simboliza esa corriente. Otros sectores, del mismo gobierno, temen que la continuidad de esas medidas tenga un efecto “bumerang” y que la bronca que están desatando termine destruyendo el apoyo social con el que llegaron al gobierno, dejándolos a la deriva y a merced de cualquier contingencia. La gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, trata de encarnar ésa otra alternativa y su reciente medida aprobando el boleto estudiantil gratuito es parte de la idea de amortiguar esta creciente indignación.

El Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, también adhiere a esta perspectiva y negocia acuerdos políticos y envíos de fondos a diferentes gobiernos provinciales, procurando evitar “incendios” sociales. Como consecuencia de ello el déficit fiscal se sigue incrementando, haciendo aún más insostenible el “modelo económico” que están aplicando.ar represion2

En lo que respecta a la cuestión de la corrupción la situación ha seguido su evolución, sin grandes cambios.

El macrismo, por ahora, sigue zafando con sus “Panamá papers” y “otras menudencias”. Sin embargo las causas se siguen acumulando, todavía edulcoradas por la mayor parte de la prensa. En esta semana fue el turno de la vice presidenta, Gabriela Michetti, por el origen de unos fondos que –para colmo de males- salieron a luz con motivo que le habían sido robados. Ya vendrán los tiempos en los cuales esas causas que –hoy- ni siquiera “gatean”, de repente comiencen a correr como si fueran atletas de alta competencia.

Respecto del kirchnerismo, sus denuncias en el sentido que se trata de “persecuciones políticas” no alcanzan a tapar la vergüenza que brota de cuanto sitio es sometido a investigación. Ciertamente no caben dudas que se trata de un “acoso” deliberado y todos saben el rol multiplicador que tiene la prensa en esa campaña, del mismo modo que no es difícil comprender que todo sirve para amortiguar los efectos políticos del ajuste que está en marcha. Simultáneamente produce una inmensa tristeza verificar de qué modo se dilapidó, en el altar del beneficio personal, una gigantesca necesidad colectiva de producir cambios sociales y de una mayor justicia social.

La mayor novedad semanal sobre este tema ha sido un proyecto que ha sido presentado en la Cámara de Diputados según el cual se propone suspender el pago de las pensiones vitalicias que cobran los ex presidentes, vicepresidentes y jueces de la Corte Suprema que estén procesados o con condena firme por delitos cometidos contra la administración pública. Entre los principales afectados, de aprobarse esta medida, se encontrarían Carlos Menem, Cristina Fernández y Amado Budou.

El gobierno acaba de promulgar una norma en la que deposita sus mayores confianzas para los tiempos que vienen. Se trata de la “Ley de Reparación Histórica a Jubilados y Pensionados” (N° 27.260), que además habilita un nuevo blanqueo de capitales no declarados.

jubiladosPor esta auténtica “Ley Ómnibus” se crean las condiciones para resolver, a partir de setiembre, los litigios de larga data que los jubilados tienen con el ANSES. Se estima que podría alcanzar a 2,4 millones de personas. Abarca a los que tienen juicios con sentencia firme, los que están en trámite y también a aquellos que, teniendo derechos, no han iniciado acciones legales. También se crea, para personas mayores de 65 años que no tengan otro beneficio social, una “Pensión Universal para Adultos Mayores”. Éstos percibirán el 80% del haber jubilatorio mínimo. Otro aspecto de la mencionada es reintegrar a las provincias el 15% de la coparticipación que les era retenida para engrosar los fondos de la Caja central.

Un aspecto de la Ley que la oposición cuestionó es la norma según la cual, para el pago de los juicios, “pueden afectarse los recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema Integrado Previsional Argentino”, cuyas acciones el Estado puede vender. Esta es una de las pocas Cajas estatales a las que el macrismo puede acceder. La nueva Ley también prevé la posibilidad de elaborar un Proyecto de Ley que contenga un nuevo régimen previsional “universal, integral, solidario, público, sustentable y de reparto”, más allá de estas palabras la clave podría ser incrementar la edad para jubilarse, que podría superar los 65 años actuales.

Por último, la frutilla del postre de esta Ley, contiene normas para un “Sinceramiento Fiscal” -léase “blanqueo de capitales”- que podrá realizarse hasta el 31 de marzo de 2017. Es una apuesta del macrismo para que unos 20 mil millones de dólares se incorporen al circuito legal como una forma de inversión.