Los cuernos de Pepe Mujica
Melquiades Iguarán|
Al ex-dirigente del Movimiento de Liberación Nacional- Tupamaro (MLN-T), no se le pueden negar las virtudes y capacidades mostradas, principalmente, en el uso de la palabra como poderosa herramienta de comunicación. La cadencia gaucha y el dominio del verso propio del payador del brazo oriental, es un imán que atrae a muchos. No se le puede negar que logró que el Frente Amplio (FA) alcanzara la Presidencia y la reelección en dos oportunidades, siendo su partido, el Movimiento de Participación Popular (MPP) quien ha aportado el mayor porcentaje del caudal electoral.
No podemos obviar su sobrevivencia como preso político, donde pasó una gran parte del tiempo como “rehén”, es decir metido en un hueco donde apenas podía estar parado.
}Mucha gente foránea, al llegar a Montevideo, se desvive por participar en la peregrinación que los lleva a la chacra donde vive modestamente El Pepe y Lucía Topolansky, su compañera, militante tupamara en su juventud y ex–presa política; no pierden la oportunidad de tomarse una foto al lado de él, que inmediatamente cuelgan en su Whatsapp, Facebook o twitter. Y es que El Pepe se ha convertido en un símbolo-vedette, que cae simpático a los que buscamos un izquierda fresca y con unos recursos simbólicos alternativos.
Sin embargo, en los actos públicos, declaraciones y entrevistas, Mujica siempre trató de mantener una posición pendular con respecto a Venezuela y especialmente con respecto a Chávez. Si bien reconocía que era muy afecto al Comandante y que el gobierno chavista había sido “muy generoso” cuando el Gobierno del Frente Amplio pasaba por tiempos de mengua, también se apresura por tomar distancia, calificando a Chávez -eufemismos de por medio- de inmaduro, improvisado y soñador. Repite insistentemente que la invocación al socialismo por parte de Chávez, a esta altura del Siglo XXI, era una charada, un capricho peligroso, casi un anacronismo, porque –según él- hay que aumentar la productividad y la riqueza. Igual, hay que reconocer que , en esa toma de distancia con el chavismo, decía cosas interesantes como que el socialismo es para repartir riqueza y no pobreza.
Lo que sucede realmente es que Mujica , junto con un sector cortesano del MLN-T, desde hace tiempo, dejaron de pensar en la Liberación Nacional. Otro fundador del MLN-T, Julio Marenales, afirmaba hace apenas un mes sobre Pepe Mujica lo siguiente : “Ponerme a discutir con quien no tiene ninguna aproximación a mi pensamiento no vale la pena. Nosotros en el MLN surgimos como una organización antisistema, ahora todas las señales que dan los tupamaros son de aceptación total del sistema capitalista dependiente”.
Lamentablemente el MPP, con Mujica en la vanguardia, devino en un partido pro-sistémico. Disfrutan sufrir de una bipolaridad muy conveniente: al tiempo que alcanzan el gobierno con las elecciones, dejan que otros manden. Gana el FA, colocan a Tabaré o a Mujica de Presidente, y en realidad manda y ordena un neoliberal encubierto: Danilo Astori; gana el Frente Amplio y quien marca la política exterior es un Blanco, el Canciller Nin Novoa. Este matrimonio “por arreglo” le sale con algunos hijos genuinos y ambiciosos, Almagro por ejemplo. El actual Secretario General de la OEA, Luis Almagro, viene de ese MPP, por tanto no sorprende su simpatía por el Diablo.
Sin duda alguna, es una izquierda cornuda. Es una “izquierda” socialdemócrata que apostó a un matrimonio con los grandes grupos empresariales, y a mantener una relaciones armónicas con los Estados Unidos. Debido a éste último vínculo, Mujica se convierte en el pacificador de la guerrilla colombiana, el domador de la efervescencia venezolana; quiere que el proceso venezolano logre la paz y diálogo que se dicta en las aulas de la democracia burguesa.
Esos aliados del FA, en aras de alternarse en el poder político, no ocultan su infidelidad. Ciertamente, el FA hizo crecer continuamente la economía, aumentó el nivel de consumo de la población, y logró consolidar políticas sociales que beneficiaron a sectores de la población. A pesar de ello, la derecha fuera y dentro del FA reclama su turno. Apuntando sus ataques contra el Frente Amplio y especialmente contra los más cercanos al mujiquismo, para sacarlos del camino del poder político, utilizando la estrategia de denunciar la corrupción y la ineficiencia. Esta estrategia de la derecha, utilizada en Argentina y Brasil, cuenta con aliados incondicionales dentro del Frente Amplio. Parece que llegó la hora para la declinación del MPP y de Mujica, es la hora de desecharlos. La derecha endógena se pasea por el gobierno uruguayo con los estandartes del libre comercio y del acercamiento con Estados Unidos y Europa.
Es evidente que el Presidente Nicolás Maduro, cometió un gran desliz cuando utilizó el micrófono y las cámaras para acusar a Almagro como agente de la CIA y señalar que “conoce sus secretos”. No dudamos que Almagro sea un agente, lo contrario: tal vez quien le paga directamente no es la CIA, sino el Pentágono, pero como un empleado de su política exterior. Sin embargo, declamarlo en público y a nivel mundial, contradijo lo que acertadamente Maduro dijo al principio de su referencia sobre Almagro: “a Ud. ni lo ignoro”.
A contrapelo al legado chavista, el Presidente continuó siendo un “águila cazando moscas” cuando repetidas veces se refirió a los españoles, dándole propaganda gratuita, cuando apenas la derecha española es la cagarruta en el ataque injerencista a Venezuela… Todo eso lo hizo Maduro en una rueda de prensa internacional, con lo cual le ahorró esfuerzos a los que dirigen el ataque mediático… De esta forma, sin quererlo, le ofreció un plato a chacales y oportunistas.
Reconocemos que esa rueda de prensa y los manotazos dados por el Presidente Maduro están dentro de los esfuerzos desesperados por romper el aislamiento al cual es sometido el proceso bolivariano. Comprendemos el contexto y las circunstancias. Pero precisamente, por estar conscientes del contexto de injerencia, de agresión y bloqueo que están sometiendo al proceso venezolano, no aceptamos el trato despectivo del Pepe Mujica. Especialmente, porque él sabe que su lengua puede hacer mucho daño, no sólo a Maduro, sino al pueblo revolucionario de Venezuela.
Esta “izquierda” uruguaya siempre nos miró como un joven aventurero y caribeño. Siempre como unos locos, que no comprendíamos que las revoluciones eran cosa del pasado. Pero como en el pasado reciente, teníamos recursos, debimos ser los aliados incómodos. Lamentablemente, Pepe, la realidad de América Latina te va a echar a perder tu rol de “pacificador” e intermediario. La derecha se ha recuperado de forma agresiva en el espacio de los gobiernos, en Argentina y ahora con el Golpe institucional en Brasil. En Paraguay y en Uruguay ya tenía todo controlado. Ahora van por Venezuela. La derecha está celebrando sus victorias y los cornudos le llevan la música.