Malcorra-Serra: rearmando el vasallaje y la internacional del terror
Aram Aharonian|
En un fuerte giro de la política exterior de Brasil que sintoniza con lo ocurrido también en Argentina al asumir Mauricio Macri la presidencia, el canciller José Serra será recibido este lunes 23 en Buenos Aires por la canciller Susana Malcorra, en el que será el primer contacto en persona entre ambos.
Desde Brasilia, Serra, perdedor de las anteriores elecciones presidenciales, dijo que la Argentina, México, Estados Unidos y la Unión Europea, son, literalmente en ese orden, las prioridades del gobierno interino de Michel Temer. “La sociedad con Argentina es fundamental”, lanzó.
Serra llamó abiertamente a construir desde el Mercosur “puentes con la Alianza del Pacífico”, que nuclea a Chile, Colombia, México Y Perú, un punto que también está en la agenda de Macri, quien confirmó que estará presente en la cena de los presidentes de la cumbre del Pacífico, en Puerto Varas, el 1 de julio.
“La diplomacia volverá a reflejar de manera transparente e intransigente los legítimos valores de la sociedad brasileña y los intereses de su economía al servicio de Brasil como un todo, y no más de las conveniencias y las preferencias ideológicas de un partido político y de sus aliados externos”, dijo.
Serra, quien fue siempre profundamente crítico del Mercosur, ahora dice que el bloque debe fortalecerse aunque también flexibilizarse, tal como lo propusiera –sin aval del partido de gobierno ni del Parlamento-, el canciller uruguayo Nin Novoa al asumir la presidencia protémpore del grupo regional.
Más allá de ser una demostración de vasallaje, la “flexibilización”, la “refundación” significan lisa y llanamente el desmonte de los procesos de integración regional -Mercosur, Unasur, Celac- que lograron su mayor impulso gracias al entendimiento de los gobiernos progresistas de la región, y la promoción de un nuevo proceso de total dependencia de la región
El Mercosur tiene prohibido por una cláusula hacer acuerdos con terceros países si no es de manera grupal y consensuada, pero desde hace tiempo hay intenciones de abrirlo.
Ahora que en Brasil lograron desplazar, aunque por ahora sea solo temporalmente, a Dilma, todas las baterías de la derecha internacional se han enfilado hacia Venezuela, y no van a descansar hasta obtener un resultado que satisfaga su necesidad de revancha. Han tenido la paciencia y el apoyo necesario para construir las condiciones que les permitan pensar en ir al asalto del poder político.
En esta ofensiva están echando la casa por la ventana y tratan de no dejar ninguna punta de la madeja descuidada; aún así, la Revolución Bolivariana se mantiene en medio del griterío histérico.
Por lo visto en Argentina y Brasil ya se sabe qué les esperaría a los venezolanos: una venganza en toda regla para tratar de dejar bien claro que quien se atreve a desafiar al los poderes del estatus quo y pax estadounidense, lo paga caro.
Malcorra fija las pautas de Washington
Días antes de regresar desde Estados Unidos a Buenos Aires, ya confirmada como nueva canciller de Argentina, Susana Malcorra se reunió con Thomas Shannon, Subsecretario de Estado para asuntos políticos de América Latina. Este la felicitó por su nueva responsabilidad y le adelantó que estaban dadas todas las condiciones en América Latina para que antes de finalizar el primer semestre del 2016 el presidente Barack Obama visitara su país.
Aquello que Shannon le dijo a Malcorra en diciembre, es lo que estamos viviendo hoy. El golpe judicial-mediático-parlamentario que desplazó a Dilma Rousseff de la presidencia brasileña, además de sacar del poder al Partido de los Trabajadores y suspender los programas sociales y otros beneficios para los más desposeídos, buscaba dejar en claro que un nuevo gobierno neoliberal en Brasilia significa una amenaza a sus vecinos, como Venezuela, Bolivia, Ecuador, en un listado que bien puede extenderse.
La visita de Barack Obama a la Argentina y su apoyo al proyecto neoliberal de Mauricio Macri, junto a su silencio cómplice respecto al golpe en Brasil, revela los objetivos centrales de EE.UU. en la región: romper su aislamiento con lo que aún considera su “patio trasero” y lograr, con otros formatos, rehacer el ALCA. Lo planificado por Shannon con Malcorra y Macri –a quien le hicieron creer que era un líder regional- era garantizar el retorno a los años en que la política de EE.UU. era determinante para la política exterior de todo el continente. Y para ello es muy importante concretar una sólida alianza entre Brasil y Argentina, Sin Kirchner ni Lula, sin Dilma ni Cristina.
Susana Malcorra, que fue la primera en reconocer el gobierno de Temer como legítimo, ha presentado –contra las resoluciones de la ONU- su postulación a la Secretaria General del organismo, y habla de la necesidad de “desideologizar” la política exterior y su preocupación por la posibilidad de una “guerra civil” en Venezuela. La traducción de desideologizar significa volverse a alinear con los intereses de las potencias occidentales, tal como lo expresó tras su reunión con el canciller británico.
“Hay un enorme potencial de cosas que podemos hacer en el comercio, en inversiones, en cultura, en turismo. Hay un espacio común, hay una historia con Gran Bretaña que ha sido una oportunidad perdida cuando nos dedicamos a mirar desde el foco chico de Malvinas. El presidente Macri dice que España es un buen espejo para mirarnos porque no podemos negar lo qu es Gibraltar para los españoles y para los ingleses, y sin embargo son socios estratégicos en una enorme cantidad de cosas, incluyendo un millón de ingleses que tienen residencia en España. Entonces, argentinos, ¡a las cosas!”, señaló.
Y adelantó lo que sostendrá ante Serra: “Necesitamos que Brasil salga de esta crisis lo más rápido posible. No solo es Brasil nuestro principal socio vecino, ya que representa un 40% de nuestro comercio, estamos condicionados mutuamente a un futuro mejor o peor. La crisis está afectando a nuestro comercio seriamente. Cayó el 30% en el primer trimestre de este año”. Lo que olvidó decir es que eso se debe, en gran parte, a los medidas tomadas por su gobierno.
Dejó en claro que más allá de las declaraciones públicas, hay un mundo subterráneo y secreto en las relaciones: “Somos muy conscientes de que la diplomacia no significa necesariamente hablar públicamente y en voz alta”. Y la meta de Serra y Malcorra es una sola, que la región quede definitivamente sometida como hasta hace 15 años al arbitrio de Washington, con el gobierno de Barack Obama o el de Trump, Clinton a quien lo suceda, porque en Estados Unidos el poder fáctico no cambia..
Argentina y ahora Brasil quedaron gobernados por las multinacionales. El objetivo de Malcorra es claro y parereciera ser que accederá al premio mayor si logra la desestabilización definitiva de Venezuela, último bastión de resistencia de la región. La desintegración regional y los Tratados de Libre Comercio son los objetivos concretos.
Habría que preguntarse qué intereses están jugando Chile y Uruguay en este escenario, en el día de hoy los cancilleres de los tres países han hecho un “urgente llamado al diálogo político” en Veneuela, que “atraviesa una grave polarización”. Si bien han aclarado que respetarán el principio de no injerencia soberana, el solo hecho político de la declaración constituye en sí mismo una intervención en la vida política interna de Venezuela .
Ay, Brasil
En pocas horas, la derecha canceló los ministerios de Cultura, del Trabajo, del Desarrollo Agrario (que se ocupaba de agricultura familiar), e incorporó los ministerios y secretarias de la Mujer, de la Igualdad Racial, de los Derechos Humanos al Ministerio de Justicia, cuyo titular es nada menos que Alexandre de Moraes, tristemente famoso por la represion homicida en Sao Paulo, y que ha comparado las manifestaciones de masa que se han tomado la calle con las acciones de la guerrilla, sostenendo que tienen que ser tratadas como tales.
Al igual que el esquema desarrollado por el macrismo, el nuevo ministro de Agricultura es el “rey” de la soja, Blairo Maggi, un oligarca de origen italiano investigado por corrupción, mientras que los ministerios de Educación y de Salud, quedaron bajo la tutela oscurantista del fundamentalismo evangélico y neopentecostal.
Faltando pocos meses para los Juegos Olímpicos, el caótico escenario político y económico de Brasil representa una verdadera incógnita, también para los “mercados” que han apostado al cambio de gobierno. La única certeza es que no será caracterizado por la paz social, sino por una gran turbulencia.
Serra llamó abiertamente a construir desde el Mercosur “puentes con la Alianza del Pacífico”, que nuclea a Chile, Colombia, México Y Perú . Este es un punto que también está en la agenda de Macri, quien confirmó que estará presente en la cena de los presidentes de la cumbre del Pacífico, en Puerto Varas, el 1 de julio.
“La diplomacia volverá a reflejar de manera transparente e intransigente los legítimos valores de la sociedad brasileña y los intereses de su economía al servicio de Brasil como un todo, y no más de las conveniencias y las preferencias ideológicas de un partido político y de sus aliados externos”, dejó en claro el nuevo ministro de Relaciones Exteriores. El PT mantuvo una fuerte alianza, por ejemplo, con el gobierno chavista de Venezuela.
Por su parte Serra, siendo profundamente crítico del Mercosur, ahora dice que el bloque debe fortalecerse aunque también flexibilizarse. El Mercosur tiene prohibido por una cláusula hacer acuerdos con terceros países si no es de manera grupal y consensuada, pero desde hace tiempo hay intenciones de abrirlo.
La reunión en Buenos Aires
Este será el primer diálogo oficial Malcorra-Serra, y en él se seguirá marcando lo “estratégico de la relación bilateral” y se evitará la palabra “golpe de Estado”, para marcar una hoja de ruta en lo regional e internacional. Es probable que el secretario de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete, Fulvio Pompeo; el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y hasta Macri se sumen a la reunión con Serra.
La preocupación del gobierno argentino es que la crisis de su vecino se profundice, lo que haría que la cada vez más deprimida economía argentina no se vea más afectada del impacto sufrido hasta ahora. Desde que se inició el proceso de juicio político a Dilma, las exportaciones argentinas se vieron resentidas sustancialmente: las exportaciones globales argentinas dependen en un 40% del comercio con Brasil.
Pero lo cierto es que el ministro argentino de Ecojomía, Pat Gray coincide con las posiciones de Serra, quien tiene la idea fija de entregar el petróleo brasileño a trasnacionales petrolíferas internacionales (en especial el proyecto Pre-sal) y así se lo hizo saber extemporáneamente a sus representantes en una reunión que intentó ser secreta, realizada en Foz de Iguazú. El ministro argentino también espera entregar la estatal petrolera YPF (y sobre todo el yacimiento de Vaca Muerta en el sur del país) a las trasnacionales y en los sueños de Nin Novoa y sus mandantes para negociar los nuevos yacimientos del Atlántico uruguayo.
El gobierno de Macri también intentará avanzar en temas centrales de la relación, como es la negociación por un eventual acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, tras las frustraciones ante la falta de interés de los europeos.
Serra presentó en Itamaraty una suerte de “decálogo de directrices” donde planteó, que los principales focos de la “nueva política exterior” se dirigirán a la Argentina, México, Estados Unidos y la UE.
En los años 1970 y ’80, el Plan Cóndor fue la coordinación de las dictaduras cívico-militares de América Latina, con la supervisión de Washington y de la CIA, para eliminar los opositores políticos, a través del secuestro, la tortura y el homicidio de millares de dirigentes y militantes de las organizaciones populares.
Hoy, en el cuarto lustro del siglo XXI asistimos a una reedición “moderna” del Plan Cóndor, a través de la nueva modalidad de golpes institucionales. Ya no hacen falta fuerzas armadas, tanques ni bayonetas, hoy basta el control del aparato judicial, de los medios de comunicación y de los parlamentos, para retornar al vasallaje, desconociendo la voluntad de los pueblos.