Imperialismo sexual y Plan Colombia
Avanzaba ‘tortugosamente’ en un taxi por las calles de Bogotá, mientras en la emisora que sintonizaba el conductor se sucedían las entrevistas en Washington por el éxito del quinceañero ‘Plan Colombia’. Un libro reposaba inmerso en el forro del asiento delantero… En la carátula, una hermosa mujer levemente arropada en una tela vinotinto. Un título: Las mujeres del Tío Sam. Su autora, Pilar Triviño Arguello, comunicadora de La Sabana, definía su obra como “una novela basada en hechos reales”.
Le pregunté al conductor qué hacía ese libro ahí. “Me lo dejó una funcionaria de la Embajada de los Estados Unidos”, respondió. Y hojeando mientras comenzaba a aceptar que era mejor bajarme y consumir la distancia caminando, encontré que se trataba de 12 casos de mujeres colombianas “de diferentes clases sociales, edades y procedencias que se involucraron con los norteamericanos que hacían parte de la ayuda de los Estados Unidos al Plan Colombia”.
La autora concedió una entrevista en agosto del 2012. Dice que el gran mérito de su texto es describir quiénes son como seres humanos estos soldados mercenarios y profundizar en relaciones, como las que tienen esos migrantes de guerra con sus esposas que dejan en casa. Dice Pilar que le causó mucha impresión cómo, en Colombia, en situaciones sexuales, incluso con menores de edad, “la familia consiente este tipo de relaciones, por tener estatus frente a la vecina y poder decir, ‘mi hija está saliendo con un gringo’”. También menciona el boom periodístico acerca de las violaciones en Tolemaida…
Tres años después se habló de este último tema. En febrero del 2015, 12 expertos de origen paritario del gobierno y las Farc, agrupados en una ‘Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas’, configuraron un documento de 809 páginas que debería ser de obligatoria consulta para entender lo que está pasando.
Se trata de ‘Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia’. En el aparte ‘Imperialismo sexual’, el profesor Renán Vega Cantor, de la Universidad Pedagógica Nacional, escribe: “Hay abundante información sobre la violencia sexual, en total impunidad gracias a los acuerdos bilaterales y a la inmunidad diplomática de los funcionarios de Estados Unidos, que forma parte de un comportamiento sexista y discriminatorio, denominado como “imperialismo sexual”, similar a los efectos que se producen en todos los lugares donde se encuentran militares de los Estados Unidos, como en Filipinas, Japón o Corea del Sur. En uno de los casos más sonados, en Melgar y en la vecina Girardot, 53 menores de edad fueron abusadas sexualmente por mercenarios, quienes además filmaron y vendieron las cintas como material pornográfico. También en Melgar, un contratista y un sargento de Estados Unidos violaron a una niña de 12 años en el 2007…”.
La versión del profesor Vega no ha sido oficialmente desmentida. Sobre el asunto ha caído un silencio lapidario. ¿Qué pasó realmente? ¿Dónde está la ‘abundante información’? El incremento de recursos para Colombia en el Plan Colombia II incluye atención a las víctimas. Si las hubo como consecuencia del ‘imperialismo sexual’, el asunto debería investigarse. Porque ellas no son del Tío Sam, sino de este país de magia salvaje.
*Publicado en Portafolio
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Addendo
Soldados de EE.UU. violaron a niñas en Colombia y grabaron abusos
Al menos 53 menores de edad colombianas fueron violadas años atrás por soldados y contratistas de EE.UU., quienes grabaron los abusos y vendieron los videos como material pornográfico, según denuncia el”Informe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas”.
Este estudio de 809 páginas, publicado en febrero de 2015, fue encargado a 12 expertos, seis seleccionados por el Gobierno y otros seis por las Farc, en el marco de los diálogos de paz que llevan a cabo en La Habana desde noviembre de 2012.
En el apartado elaborado por Renán Vega Cantor, profesor titular del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional, se recogen esos abusos que fueron cometidos en Melgar y Girardot, próximas a la base militar de Tolemaida, la más importante de Colombia.
En esas dos poblaciones, 53 menores fueron abusadas por soldados y contratistas norteamericanos en territorio colombiano durante la ejecución del Plan Colombia, entre 2003 y 2007, “quienes además filmaron y vendieron las cintas como material pornográfico”, siempre según el informe de Vega.
También en Melgar, un contratista y un sargento de Estados Unidos, cuyo nombre no facilita, violaron a una niña de 12 años en el 2007, agrega el informe, que no detalla las fechas en las que ocurrieron los otros abusos.
Vega asegura que hay “abundante información sobre la violencia sexual, en total impunidad” que cometieron los estadounidenses en Colombia, que califica como “imperialismo sexual” y considera que “forma parte de un comportamiento sexista y discriminatorio”.
“Esta impunidad es posible “gracias a los acuerdos bilaterales y a la inmunidad diplomática de los funcionarios de Estados Unidos”, según el profesor universitario.
“Tanto por las actividades que realizan (los estadounidenses), como por su estatus de inmunidad, contribuyen a la inseguridad de la población en zonas de conflicto, pero también en otras áreas en las que se concentran y están en contacto con la población civil”, concluye Vega.
El docente también destaca que más allá de esos ataques sexuales directos, “son frecuentes las violaciones y agresiones sexuales por parte del Ejército colombiano” tal y como refleja en una entrevista con un oficial de inteligencia de la Marina que recoge en el informe.
“Yo infiltré (en la guerrilla) a una pelada con un GPS así de grande (apuntando al mouse de un computador) en su vagina”, dijo el oficial citado en el informe.
El profesor de la Universidad Pedagógica Nacional también menciona que se han producido “otros casos graves que involucran a soldados y mercenarios” e incluyen “homicidios, narcotráfico y venta de armamento a paramilitares”.
Esta información forma parte del apartado “La dimensión internacional del conflicto social y armado en Colombia: injerencia de los Estados Unidos, contrainsurgencia y terrorismo de Estado”.
En él, Vega -quien contó con total libertad tanto para elegir el tema a tratar como en su redacción- hace un análisis del papel de los Estados Unidos en el conflicto armado de Colombia durante los últimos cincuenta años.
El texto inicia la documentación sobre las relaciones entre ambos países desde el momento mismo de la independencia de Colombia de España y hace un recorrido histórico durante el periodo de la Guerra Fría que marcó la segunda mitad del siglo XX.