Resistencia a los cambios
Eleazar Diaz Rangel – Últimas Noticias
Si en algo se parecen políticamente Argentina y Venezuela, es en la resistencia a ciertos cambios que pretenden introducir: en el Sur, el nuevo gobierno de Macri y aquí, la Asamblea Nacional que se instala el 5 de enero.
En Argentina está aprobada desde hace dos años la Ley de Medios, que dividió el espectro radioeléctrico (radio y tv) en tres sectores: un tercio al sector privado, otro a las comunidades y el tercero al Estado.
El grupo Clarín, que domina 240 canales por cable y al diario de mayor circulación en América Latina, como es lógico suponer, es un gran poder que estuvo al servicio de la campaña electoral de Macri, ahora quiere “cobrar” y presiona para que esa ley, que aún no se aplica, sea derogada.
La gente ha salido a la calle, con mucha fuerza, en su defensa, y se ha convertido en el primer choque frontal del kirchnerismo con el macrismo. Incluso por encima de algunas de las primeras medidas económicas, que generaron una devaluación del peso del 40%, y aumentos de precios entre el 25% y el 40%.
Aquí, los anuncios oficiosos de la oposición sobre la posibilidad de privatizar algunas empresas, como la Cantv, por ejemplo, y controlar a Pdvsa, ha activado la movilización de sindicatos y trabajadores, que han salido a la calle para mostrarse radicalmente contra cualquier intento de privatización.
Los dirigentes de la MUD habrán visto el chavismo activado, seguramente han calibrado sus fuerzas, y es probable que habrán fortalecido las corrientes internas partidarias de buscar mínimos acuerdos y no llegar el lunes 5 al Capitolio cortando oreja y rabo.
La oposición carece de la capacidad de movilización que tiene el Gran Polo Patriótico, con el Psuv a la vanguardia, demostrada en tantas plazas y oportunidades, incluso el domingo 6 cuando movilizó al 42% del electorado. Subrayo este hecho porque tendrá mucha presencia en los tiempos venideros, cuando se vislumbra una confrontación de poderes como pocas veces hemos visto en Venezuela, si es que las voces contemporizadoras no son escuchadas en uno y otro lado.
En la encerrona que hubo entre expertos chavistas para debatir un plan económico que ayude a recuperar la producción, se dijeron cosas duras, tanto sobre la situación actual como sobre las perspectivas.
Se habló a calzón quitao. Alí Rodríguez Araque, por ejemplo, dijo que esta crisis se puede extender hasta el 2017, con más escasez y niveles de pobreza, y recomendó que se le explique al pueblo de manera honesta, anque tenga que pagarse su costo político. Parece que continuarán las colas y la escasez, y los altos precios seguirán subiendo todavía más.
Confiamos en que se cumplirán los compromisos del presidente Maduro de hacer una “rectificación a fondo”, anunciada el martes ante los consejos presidenciales, donde admitió que “hay muchas cosas que cambiar y mejorar”.
Es de suponer que emergerán propuestas del debate que se desarrolla en diversos niveles y escenarios del chavismo, incluido ese Congreso Económico, y cuyas conclusiones serán debida y oportunamente estudiadas y de allí extraídas las acciones y medidas correspondientes, que tendrán que ver con movidas de mata, sanciones a responsables de corrupción, enfrentamiento al burocratismo, y voluntad y urgencia de acuerdos para recuperar la producción.
Creo que el país así lo espera y que este acercamiento que le han pedido al gobierno y al Psuv les estará ayudando a ver esas realidades.
Dos anuncios presidenciales han dejado expectante a muchos venezolanos: uno, los cambios en el gabinete, la espera ha sido tan larga que hasta los ministros deben estar nerviosos, y el otro, la desmilitarización de la administración pública; con excepciones, todos los militares deben regresar a la Fanb. ¿Cuál fue el motivo? ¿Que ha pasado?
El destacado constitucionalista Hermann Escarrá encontró en el problema de los “presos políticos”, con o sin comillas, un asunto que podría ser escenario para iniciar algún diálogo. Ambas partes tienen instrumentos legales para enfrentar esa situación: la AN con su facultad de decretar amnistía, e igualmente el Ejecutivo de demandar su inconstitucionalidad ante el TJS y de dictar indultos, ¿Por qué no buscar un acuerdo que limite la extensa lista que han elaborado en la oposición? Cediendo ambas partes, es posible coincidir.
Una función nueva de la Asamblea Nacional será la designación de nuestras delegaciones ante los parlamentos regionales. Como se supone que todos o la mayoría será de oposición, igualmente se supone que no representarán las políticas nacionales.