Venezuela: crisis, importación, dólares, inflación-escasez y el default inevitable

Workers stand in a bakery with no baked products in Caracas January 14, 2014. Venezuela's President Nicolas Maduro blames capitalist "speculators" for excessive price hikes, while critics say Venezuela's high inflation and shortages of many basic products symbolize the failure of socialist policies including strict currency controls. Bakers in the country don't have enough flour to make bread due to shortage of flour, according to Venezuela's Federation of Bakers. REUTERS/Jorge Silva (VENEZUELA - Tags: POLITICS FOOD BUSINESS)
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Manuel Sutherland – Aporrea

La situación económica del país es muy grave. La inflación más alta del mundo (68,5%, 2014), déficit fiscal de dos dígitos, caída del 60 % de los precios del petróleo, el riesgo país a la inversión internacional (RP) más alto del globo (JP EMBI+ 2400 puntos, 2015), la estrepitosa caída del PIB (cerca del 4 % en 2014), la cantidad de divisas operativas en las reservas internacionales más baja del decenio y una tremebunda escasez de toda clase de bienes y servicios. A ello se le suma la fuga de capitales más fuerte del planeta. Ante ese deslucido panorama se erige la certeza de que la situación puede ser mucho más grave. Podemos brevemente ver algunas aristas de los inconvenientes más severos y de las posibles medidas obreras o capitalistas para luchar contra la crisis.

La economía venezolana está en manos del sector privado

La idea que se vende en el mundo es que el gobierno bolivariano ha estatizado casi toda la economía. Pero esto no es más que una falacia que se adorna con una supuesta necesidad de privatizar para mejorar, ya que segúnultraliberalesy anarquistas, todo Estado es ineficiente por definición. Si aguzamos la vista, notamos que en países como Suecia y Finlandia el sector estatal puede rozar el 70 % del PIB, en el mayor de sus picos históricos (World Bank) y en esos países las empresas estatales son ejemplos mundiales de eficiencia, calidad y rentabilidad.En el gráfico uno, podemos ver que el sector público es apenas 0,37 % ciento más grande en 2014 que en 1999, primer año del gobierno bolivariano. El guarismo es bastante interesante, ya que siendo el Estado dueño de la empresa que genera el 95 % de las divisas que ingresan al país (PDVSA, año 2012), y viendo que esta empresa a quintuplicado sus ingresos, sería normal una fuerte elevación del sector público. Más eso no ha sucedido.

Gráfico 1: Participación sectorial del PIB

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El empresariado local nos arruina gracias a su devastador déficit comercial

Siendo el Estado muy “grande”, se deja vender la idea de que existe una burguesía productiva y eficiente. Más allá de exámenes exhaustivos de los los rubros que acá se producen, se puede notar que la totalidad de empresas privadas en Venezuela (en manos de capitalistas venezolanos y extranjeros) genera apenas entre el 2 % y el 4 % de las divisas que ingresan al país. Aunque forjan una parte microscópica de las exportaciones, estas empresas gastan una parte mayoritaria de las importaciones totales. Al generar pocas divisas y gastarlas que el Estado les vende a precio preferencial, generan un dramático: “déficit comercial externo”, debido a que por su extrema ineficiencia no pueden insertarse en el mercado mundial, vender mercancías y generar divisas por su cuenta. Ello tiende a arruinar al país de manera inexorable. En el pico de esta dolorosa relación, el sector privado de la economía generó apenas 2 mil millones de dólares, y se gastó (importaciones FOB) más de 30 mil millones de dólares (2012), es decir, gastó más de 15 veces lo que produjo. En el 2008 el déficit privado medido a través de las importaciones CIF, rozó los 40 mil millones de dólares, el equivalente a 26 puentes sobre río Orinoco ó 25 líneas “5” del metro de Caracas.

A continuación podemos ver un gráfico que ilustra el déficit comercial de nuestra querida, contaminada y única burguesía local:

Gráfico 2: Déficit externo del sector privado en Venezuela

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Un caso especial en este “déficit comercial externo”del sector privado en Venezuela, lo representa el caso del café. Dicho rubro ha recibido ingentes créditos estatales a tasas de interés diminutas y plazos de pagos muy favorables. Siendo mayoría los pequeños productores, los beneficiarios de los generosos préstamos han cesado completamente de exportar y junto con las empresas estatales han aumentado las importaciones FOB de café en más de 8 mil 200 por ciento (2003-2013) (INE). Dicha importación se vio relacionada con una escasez que el BCV reconoció en 94 % (enero de 2014). Adicionalmente, los interesantes ingresos en divisas por la exportación de café desaparecieron. La caída en la exportación de café fue de 99,61 % (INE, 1999-2014).

Gráfico 3, la caída en las exportaciones de café

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La enorme sobrevaluación del tipo de cambio, es decir, que el Estado vende dólares muy baratos a quienes eran productores, fue un impulso para que fueran migrando al sector de la importación, es decir, al campo de apropiarse la renta petrolera a través de la compra de divisas preferenciales, el negocio más lucrativo del planeta. En el gráfico 3, vemos la importación de café y su incremento de ocho mil doscientos por ciento.

Gráfico 4: La importación de café (FOB)

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Quizás el caso más impresionante de la importación con sobrevaluación y además fraudulenta, lo representa el caso de las medicinas. Si vemos el gráfico 4, podemos observar el crecimiento exponencial de lo que se ha pagado por concepto de importaciones de fármacos, protagonizadas por grandes empresas transnacionales que supuestamente importan insumos para elaborar medicamentos. Empresas como PFIZER, MERCK y P&G, encabezan la lista de las máximas beneficiadas por la entrega de divisas preferenciales que realiza nuestro munificentegobierno. Dichas empresas han multiplicado por 11 (once) el costo de su importación total (barra roja) pero disminuido en 87 % la cantidad de mercancías que traen (barra azul) –año 2014-.

Gráfico 5, el fraude en la importación de fármacos (volumen y costo (FOB))

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En la tabla 1, a continuación, podemos ver el devenir detallado de esta incoherentesituación.

Tabla 1, importación de fármacos (FOB), para años seleccionados

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Nuestra burguesía lleva bastante tiempo ejecutando este negocio. Sin ninguna atrición, ha importado más de 354 mil millones de dólares (INE, 2003-2013). Desdichadamente aquella medusa que llaman: “opinión pública”, está convencida que la escasez y desabastecimiento se debe a la insuficiencia en la distribución de divisas. Por ende la solución del sentido común mercantil es: “el gobierno debe vender más y más fluidamente las divisas a los importadores”. Cuando precisamente dicha venta fluida y en ganga, ha llevado al país a la bancarrota.

La chiflada impresión de dinero inorgánico y la vía hacia la república de Weimar

Los enormes huecos fiscales que dejan subsidios suicidas como el de la gasolina, que según el mismo estado se vende 35 veces por debajo de su costo de producción, y el brutal déficit comercial de nuestros capitalistas, han llevado al gobierno a “monetizar el déficit fiscal” imprimiendo cantidades de dinero que exceden en mucho a las necesidades reales de la economía. La fabricación de “dinero” inorgánico en Venezuela ha roto verdaderos paradigmas por la brutalidad con que se ha hecho.

Si bien la economía se ha expandido, de 1999 a 2013 creció en casi 50 %[i]((BCV), 2014), podemos apreciar, según el gráfico a continuación, que la base monetaria (dinero que emite el Banco Central de Venezuela (BCV)) ha sido incrementada en 17.000 por ciento para el período que abarca de 1999 a inicios de 2015((BCV), 2014). Una expansión tan grotesca es evidentemente nociva para cualquier economía, y sobre todo para la clase obrera. La emisión de “dinero” sin respaldo de manera efusiva, crea un deterioro evidente del poder adquisitivo de la moneda con respecto a otras (depreciación del tipo de cambio) y con respecto a otras mercancías (inflación). El hecho de que Venezuela tenga por segundo año consecutivo la inflación más alta del planeta no es un hecho accidental. Más grave es que los obreros que devengamos salarios en bolívares,observamos que el incremento de la generalidad los precios es mucho mayor al que refleja el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Por ello las caídas oficiales en los índices del salario real son mucho menores de lo que deberían ser en realidad.

Gráfico 6, el aumento de 17 mil por ciento en la base monetaria

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La burguesía se arruina con la miseria acelerada de la clase obrera

La abrupta caída de los precios del petróleo empeora drásticamente el panorama que mostramos anteriormente. Teniendo la fuga de capitales más alta del planeta y cerca de un 75 % de fraude en la importación de mercancías, es natural que la escasez se agudice. Si los dólares entran en menor proporción y se escurren con cada vez mayor velocidad, es normal que el tipo de cambio se deteriore con fuerza. La depreciación del tipo de cambio paralelo (dólar today-Cúcuta) incide directamente en los precios de las mercancías importadas: materias primas, insumos, manufacturas terminadas, maquinaria etc. Siendo la cotización de dólar today-Cúcuta, la que sirve de referencia al empresariado para fijar sus precios, es obvio que los precios de las mercancías se van a disparar dejando en una minúscula gota el aumento de salarios decretado hace poco tiempo. La baratura del bolívar sirve de perlas al gigantesco contrabando que protagonizan mafias que sustraen mercancías subsidiadas en Venezuela para llevarlas a Colombia. Ello aumenta la escasez y por ende aumenta los precios. Dicha espiral destruye por completo el salario real.

Si el 99 % de las decenas de miles de bienes tienen precios correlacionados con la cotización de dólar today-Cúcuta, y si ésta se depreció en seis meses en alrededor de 400 %, es evidente que los precios se cuadruplicarán tarde o temprano. Esto lejos de hacer felices a los empresarios, como lo afirma la insensata y absurda ideología de la “guerra económica”, tiene que tender a quebrarlos, ya que no pueden traspasar los costos a sus asalariados clientes. A ver, si hace tres años una botella de vino se vendía en 45 bolívares en un abasto, y el salario mínimo rondaba los 3600 Bs, un obrero podía adquirir 80 botellas de vino. A 2015, el salario mínimo integral ronda los 11300 Bs. y la botella más barata de vino ronda los 3.500 Bs., con ese salario sólo se podría adquirir 3,22 botellas. Ello representa una caída del 96 % del poder adquisitivo de la clase obrera. Eso hace que al obrero le sea imposible comprar vino, el empresario deja de vender botellas y su ganancia se viene al suelo. Luego debe despedir a sus obreros y cerrar su negocio. Eso que pasa con el vino sucede con el 99 % de los bienes de la economía que se rigen por la dinámica Dólar-Cúcuta.

Peor aún, la velocidad de depreciación del bolívar impide reponer inventarios, ya que los incrementos de precios de precios son tan fuertes que no permiten volver a comprar las mercancías que otrora se adquirieron. Eso redunda en escasez y precios más altos. Esta espiral mortal se traga a la economía sin remedio y hunde a la clase obrera en un lodazal de miseria que la impele a la realización de actividades propias del lumpen: bachaqueo, delincuencia, contrabando, prostitución, corrupción etc.

Default a la vista, medidas a favor de la clase obrera o en su contra

Como he explicado en mi programa de radio (economìa obrera), la situación de próximos vencimientos de bonos de la deuda este año (alrededor de 5 mil millones de dólares) y el año próximo (aproximadamente 20 mil millones de dólares), hace que para el 2016 el default sea un escenario bastante probable. Ante esa perspectiva las medias tintas, caminos moderados, soluciones salomónicas y demás brebajes muestran su esterilidad. La catástrofe económica actual no tiene precedentes en la historia del país. Por ello, las medidas que se requieren para enfrentarla no tienen parangón en la historia de la república. Lo drástico y radical de las medidas está por encima de cualquier magnitud que podamos imaginar. Si recordamos nuestra gravísima crisis de 1989, vemos que el estallido social (el 27 F) se prende por un aumento de la gasolina de 100 %. El aumento de la gasolina que se plantea en la actualidad es de 3500 %, con lo cual al menos se podrían recuperar los costos operativos básicos.

Ahora bien, lejos de discutir la dantesca magnitud de las medidas a ejecutar, lo que está en juego es hacia donde apuntarían dichos ajustes. Es decir, si el acomodo de la economía va en contra de la clase capitalista (expropiaciones de las grandes empresas, cesación de pago de deuda externa e interna, estatización de la banca y del comercio exterior, etc.) o si va contra la clase obrera (dolarización, ultra devaluación, despedidos masivos, reducciones de pensiones y salarios, privatizaciones masivas, represión policial-militar, etc.). Eso es lo que está en juego en estos momentos.

Lamentablemente la izquierda marxista es diminuta y tiene todas las de perder ante la yunta que forman la derecha tradicional y el reformismo progresista bien acomodado burocráticamente, que se hace la vista gorda ante la crisis (negándola o hundiéndose en el delirio de la guerra económica/conspiración mundial). La miseria de lo “posible” empuja al país al plan de ajuste estructural más drástico en la historia económica contemporánea. Los rastreros y viles acuerdos firmados por el “progresista” Tsipras, serían una comiquita con lo que se nos puede venir encima.

Manuel Sutherland
Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO_ALEM)
twitter@marxiandoCcs. 31/08/2015 [email protected]

Referencias
(BCV), B. C. (21 de mayo de 2014). Obtenido de www.bcv.org.ve: http://www.bcv.org.ve/c2/indicadores.asp
(INE), I. N. (Diciembre de 2012). Recuperado el 10 de Junio de 2015, de www.ine.gov.ve
World Bank. (s.f.). Recuperado el 19 de Julio de 2015, de http://www.worldbank.org/:http://www.worldbank.org/en/country/sweden

[i]PIB medido a precios constante en base a 1997