Rumbo a la Asamblea
Richard Canan
Los cuadros han sentido el calor de un partido forjado por el Comandante Chávez con esmero, estudio y disciplina. Todos los procesos para elegir a nuestros representantes en las distintas estructuras del Partido, han sido abiertos y transparentes, contando siempre con una alta participación, elevada organización y la alegría y respaldo de un pueblo con elevada conciencia y dignidad. Nuestra gente siempre está dedicada al estudio, al debate de ideas y al análisis de la coyuntura nacional e internacional, herramientas para guiar nuestro proceso revolucionario por el camino trazado por el Comandante Chávez, basado en la solidaridad, la igualdad y la justicia social. También adquirimos, en el debate de ideas, los elementos discursivos necesarios para defendernos de los múltiples enemigos de la Revolución, los cuales todos los días se ensañan contra el pueblo venezolano a través de la Guerra Económica, los Golpes de Estado o las agresiones imperiales.
En este contexto de construcción de la Revolución Bolivariana y de defensa permanente ante los ataques y agresiones de la derecha, es imprescindible defender y proteger todos los espacios de poder político. La Asamblea Nacional es una instancia vital dentro de la vida política del país. Garantiza la gobernabilidad y la viabilidad de las políticas que desarrolla el Gobierno Bolivariano. Nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 187, establece claramente las funciones y tareas que le corresponde ejecutar. En tal sentido, destacan: “Legislar en las materias de la competencia nacional y sobre el funcionamiento de las distintas ramas del Poder Nacional; Proponer enmiendas y reformas a esta Constitución; Ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración Pública Nacional; Organizar y promover la participación ciudadana en los asuntos de su competencia; Decretar amnistías; Discutir y aprobar el presupuesto nacional y todo proyecto de ley concerniente al régimen tributario y al crédito público; Autorizar los créditos adicionales al presupuesto; Aprobar las líneas generales del plan de desarrollo económico y social de la Nación; Autorizar al Ejecutivo Nacional para celebrar contratos de interés nacional; Dar voto de censura al Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva y a los Ministros o Ministras; Velar por los intereses y autonomía de los Estados; Autorizar la salida del Presidente o Presidenta de la República del territorio nacional cuando su ausencia se prolongue por un lapso superior a cinco días consecutivos; Aprobar por ley los tratados o convenios internacionales que celebre el Ejecutivo Nacional”.
Todas estas atribuciones le otorgan al Poder Legislativo la capacidad de trabajar armoniosamente con el Poder Ejecutivo en el desarrollo de las leyes que requiera la nación para su desenvolvimiento en el marco de la Constitución y del “Plan de la Patria, Proyecto Nacional Simón Bolívar 2013-2019”. Igualmente, la Asamblea Nacional, mediante sus distintas comisiones y subcomisiones, atiende temas de elevado interés político y social para el país.
Sin embargo, los diputados opositores, a pesar de ser minoría, han jugado el rol de desestabilizadores en el seno del Poder Legislativo, negando y rechazando ciegamente la totalidad de leyes y debates que se presentan. Con este disociado comportamiento, más sus antecedentes golpistas, solo habría que imaginar una Asamblea Nacional con mayoría opositora, donde de seguro reeditarían libretos golpistas como los de Honduras y Paraguay, donde sus asambleas participaron activamente en el derrocamiento de presidentes elegidos por el voto popular. Así actúa la derecha, sin escrúpulos, imponiendo sus ambiciones de poder.
Solo hay que leer las aspiraciones e impúdicos sueños del esperpento que funge como jefe de la Mesa Coja (MUD), Chuo Torrealba, el cual ha confesado sin disimulo alguno que la intención de los partidos de derecha, si llegan a tener mayoría en la Asamblea Nacional, es “aprobar una ley de amnistía” para que los crímenes cometidos por los terroristas de la extrema derecha queden impunes. También buscarían “acabar con la Ley Habilitante”, arrasando sin contemplaciones con normativas legales como la Ley Orgánica de Misiones, Grandes Misiones y Micromisiones, programas que atienden y benefician al pueblo más necesitado. Además, Don Chuo confesó sin reparo alguno, que no perderían la oportunidad de atacar a los ministros del Presidente Maduro, al aplicarles “moción de censura y van para afuera”. Como se observa, la derecha en su pretendido camino a la Asamblea no tiene propuestas ni agenda para el pueblo. Ellos solo quieren asaltar el Poder Legislativo para restaurar sus privilegios y descargar todo su odio contra la Revolución Bolivariana.
Democracia participativa y protagónica
Para las elecciones a la Asamblea Nacional, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) nuevamente se prepara a conciencia y con disciplina para enfrentar esta nueva contienda electoral y ha realizado debates abiertos y consultas a todo lo largo y ancho del país en sus Círculos de Lucha Popular (CLP) y Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH). Toda la maquinaria revolucionaria está activa y en funcionamiento. El PSUV siempre ha impulsado y promovido la democracia participativa y protagónica. En tal sentido, nuestro Reglamento para la Elección de los Candidatos y Candidatas a la Asamblea Nacional, contiene elementos de vanguardia revolucionaria, ejemplo para todas las organizaciones políticas a nivel mundial. En primer lugar destaca su artículo 2, el cual señala que “Los candidatos y candidatas del Partido Socialista Unido de Venezuela a la Asamblea Nacional serán elegidos mediante sufragio directo y secreto, en elección de primer grado, donde tendrán derecho al voto todos los venezolanos y venezolanas inscritos en el Registro Electoral (RE)”. Es decir, por los candidatos del PSUV pueden votar Raymundo y todo el mundo, sin exclusiones ni limitaciones. Cualquier venezolano, militante o no del PSUV, puede participar en nuestra consulta del próximo 28 de Junio, para escoger a la persona de su preferencia para representarnos en la Asamblea Nacional.
En segundo lugar, el Reglamento señala en sus artículos 7 y 8 el establecimiento de condiciones extraordinarias para garantizar la Paridad de Género (“En cada circunscripción electoral habrá para la elección la misma cantidad de mujeres y hombres”) y la Participación de los Jóvenes (“La lista de candidatos y candidatas a elegir en cada circunscripción electoral estará conformada en un 50% por jóvenes”). Estos elementos inclusivos cuentan con el apoyo y respaldo de todas las fuerzas revolucionarias, garantizando una equilibrada y justa participación de jóvenes y mujeres en la Asamblea Nacional. Diversidad para fortalecer el debate y el trabajo legislativo.
Opacidad en la MUD
En los preparativos para este nuevo proceso electoral, los venezolanos tomamos nota de los disparates, errores y desvaríos que nuevamente la extrema derecha viene realizando. Mientras el PSUV da un ejemplo al mundo de inclusión y participación, en la acera del frente, en la llamada Mesa Coja (MUD), un reducido cogollo ha impuesto nuevamente la dedocracia, escogiendo en contubernio a la gran mayoría de candidatos. “Consenso” es como llaman al dedazo, donde solo “votaron” los cuatro capos de la MUD.
El resultado es más que patético. En la MUD impusieron al grupo dinosaurio. Toda una fauna de botox y marchantes que recuerda a la época colonial cuando los mantuanos compraban sus títulos nobiliarios arrodillados ante el Rey de España. En la mayoría de los estados el cogollo de la MUD no se atrevió a consultar a sus bases. Se impuso la antidemocracia, como si no confiaran en la madurez de sus bases para elegir a los candidatos “potables”.
En los contadísimos lugares donde la derecha hizo primarias (“elecciones falsarias” en 33 de 87 circuitos) solo entraron los potentados, que con fajas de dinero (mínimo Bs. 150.000,00), lograron autopostularse comprando al contado su curul, dejando por fuera a los aspirantes humildes y llanos de las bases opositoras. Los empresarios-dirigentes de la MUD compraron, vendieron y negociaron todas las curules a la Asamblea Nacional. Nada de jóvenes en sus fórmulas (pese a ser su carne de cañón en los actos violentos de la Salida), escasísimas mujeres (solo está segura Mariacori ya que la impuso la embajada gringa) y fue pírrica la consulta a su base de seguidores. Las disputas a cuchillo entre Primero Justicia, Voluntad Popular, AD y Copei, también han florecido, alimentando su desprestigio y el desánimo de sus huestes.
Capriles, el devaluado exjefe de la extrema derecha, conoce bien el juego del macollismo. Recordemos que él mismo fue diputado por el partido COPEI para el estado Zulia. Imaginen ustedes “COPEI y Zulia”, nada que ver este haragán con representar la idiosincrasia y el sentir del pueblo zuliano. Por supuesto jamás ni nunca defendió sus intereses.
Así que reeditando las prácticas adecas y copeyanas, las cuales lleva en su sangre y muy dentro de su alma, Capriles desairó a todos los opositores mirandinos. No consultó con nadie para imponer a sus “bate quebrados” y protegidos, repartiendo los curules a la Asamblea Nacional de acuerdo a sus negociados e intereses. Parece que Capriles padece de “opacidad” democrática, una enfermedad crónica incurable, que poco a poco va destapando las verdaderas intenciones fascistoides de este líder de la extrema derecha.
Que feo huele y se ve debajo de las máscaras de los falsos demócratas. Todo en la MUD está podrido.
Richard Canan
Sociólogo
@richardcanan