Unasur vuelve a las fuentes
Martín Granovsky-Página 12
Sus compañeros de escuela secundaria, como José Salvini, cuentan que quería ser gobernador y después presidente. Pero ninguno relata que el sueño de Néstor Kirchner era ser uno de los protagonistas de la integración sudamericana. La inauguración de un monumento en Quito y la colocación de su nombre a la sede definitiva de la Unión de Naciones Suramericanas parecen marcar un sello: la verdadera agenda política termina siendo construida como respuesta regional a los desafíos de la política cotidiana, y el mérito de cada presidente o presidenta es saber cómo articular con los demás para solucionar problemas.
Primer secretario de la Unasur elegido por consenso el 4 de mayo de 2010, el Kirchner sudamericanista es un producto tan empírico como la cumbre del jueves y el viernes en Guayaquil y Quito.
Sin usar esas palabras lo dijo la presidenta brasileña Dilma Rousseff en la reunión de los jefes de Estado. Dilma construyó una agenda surgida de la necesidad:
-Exhortó a sus colegas a ejecutar proyectos comunes de integración y de infraestructura logística y energética.
-Mencionó un problema que afecta como mínimo a Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, que es la baja del 30 por ciento en el precio del petróleo. “En la actual coyuntura de crisis internacional, con la caída del precio de las materias primas y principalmente del petróleo, el desafío del desarrollo es todavía mayor”, afirmó Rousseff.
– La cooperación entre los países de Sudamérica debería aumentar estimulada por los problemas mundiales que surgen del “difícil cuadro en Europa y la recesión en Japón” y la recuperación todavía débil de la economía norteamericana.
Cristina Fernández de Kirchner participó de la coincidencia en relacionar la Unasur con problemas concretos. En su discurso del viernes mencionó “construcciones previas”, como “la que llevamos a cabo en el Palacio de La Moneda, cuando nos reunimos los distintos mandatarios de la Unasur para parar –literalmente– el golpe contra el compañero Evo Morales, en Bolivia”. Otras construcciones anteriores al edificio Néstor Kirchner fueron, según la Presidenta, “cuando en Buenos Aires nos convocamos para defender el gobierno de Rafael Correa, que quería ser derrocado por un golpe suave, esta vez no de fuerzas armadas, sino de fuerzas policiales”, y cuando “detuvimos un enfrentamiento por la violación de la soberanía de Ecuador, allá en Santo Domingo, acompañando a Rafael en sus justos reclamos”. Cerró así Cristina su alusión a los antecedentes: “Y esta construcción tiene, finalmente, su coronación –diría yo– cuando esos dos grandes hombres que fueron Hugo Chávez y Néstor Kirchner, pudieron, junto a otro gran presidente como Juan Manuel Santos, en Santa Marta, construir la paz definitiva entre Venezuela y Colombia”.
En sus conversaciones informales, la Presidenta argentina informó a los demás jefes y jefas de Estado sobre el litigio argentino con los holdouts que siguen sin aceptar el acuerdo sobre deuda soberana alcanzado con el 92,4 por ciento de los acreedores en 2005 y 2010.
Este diario pudo saber que también Evo Morales se preguntó y preguntó a los demás hasta qué punto la región está blindada frente a la crisis mundial y qué debería hacer para disminuir más aún la vulnerabilidad.
Ante los periodistas, el presidente Nicolás Maduro fue directo: “Propuse que priorizáramos para 2015 el tema económico, el tema de la cooperación económica, el tema del enfrentamiento a las dificultades financieras y fiscales que tienen varios países de América del Sur”, informó.
“Separados será el capital transnacional el que nos imponga las condiciones”, dijo el anfitrión Rafael Correa en el punto exacto del Ecuador. “Unidos seremos nosotros los que impondremos las condiciones al capital internacional.”
Todos los presidentes salvo Cristina ya no tienen elecciones pendientes a corto plazo en sus países. Pasaron por comicios en 2014 Venezuela, Brasil, Bolivia, Uruguay, Colombia y Chile.
La agenda actual de integración física, solución concreta de problemas políticos y actitud común ante litigios financieros se completa con el blindaje geopolítico que supondría el final exitoso del proceso de paz en Colombia, que volvió a su curso con negociaciones en La Habana entre el presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Ernesto Samper, que fue presidente entre 1994 y 1998 y hoy es secretario de la Unasur, lo planteó de manera abierta. “Por favor, presidente Santos, consiga esa paz que será no solamente la paz de los colombianos, sino la de todos los sudamericanos”, dijo Samper. Y agregó dirigiéndose a los demás: “Ayúdennos a encontrar la paz; la paz que está buscando el presidente Santos no es sólo la paz de los victimarios, sino también la paz de las víctimas”. Samper dijo que “la generación a la que pertenecemos con el presidente Santos no ha conocido un solo de día de paz: nacimos en la violencia, hemos crecido, hemos hecho política, nos hemos educado todo en medio de la violencia armada”.
El problema es más complejo pero resiste una simplificación: la Colombia de Santos decidió no imitar al México de Felipe Calderón, el presidente anterior, que consagró como política central una supuesta guerra contra el narcotráfico con el resultado de 100 mil muertos entre asesinados y desaparecidos. Ahora, por la masacre de los estudiantes de magisterio de Ayotzinapa, México entró en una crisis profunda de la que el presidente Enrique Peña Nieto busca salir sin pagar el costo de que la narcopolítica se convirtió en una serie de crímenes en masa cometidos por el Estado.
De eso hablaron también los presidentes reunidos en la Unasur, una agrupación heterogénea de gobiernos donde hasta Colombia se siente cómoda entre administraciones de centroizquierda y en la que, hasta ahora, la agenda es definida con mayor dedicación por los jefes y jefas de Estado cuando sienten que fuera de Sudamérica hace frío, mucho frío.
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UNASUR: ¿a quién le hablaba el Pepe Mujica cuando hablaba de corrupción?
Mario Puerta-Matriz del Sur
Impresionante el discurso del presidente sabio de Uruguay, José “Pepe” Mujica, en su toma de la presidencia Pro Tempore de la UNASUR.
El Pepe dijo: “El que quiera tener plata que se vaya al mundo del comercio, de la industria, que entregue su existencia al mundo financiero y está bien, (…) pero el afán de plata en el mundo político, no es que no existen intereses, vaya que existen, pero no son intereses tangibles, sino la preocupación de cómo vive la gente, tener responsabilidad, sintonía y cariño con la gente. Es otra historia”, expresó este jueves el presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica.
No sabemos si alguno de los presidentes o presidentas de las naciones del sur se miraban entre ellos o pestañeaban al escuchar las palabras del más pobre de los presidentes de la región (y del Mundo) refiriéndose a quienes dedicándose a la política (y los presidentes que allí estaban llegaron a sus cargos mediante la política) se apropian de dinero mediante fuentes de recaudación legales o ilegales provenientes de actividades económicas públicas o privadas de diversas clases.
Pero Mujica fue más allá: “No puede ser que la sociedad capitalista transforme todo en un mercado, las políticas no pueden ser un mercado. Por eso apelo a los señores presidentes, habrá una América integrada no solo por concordancias que podamos tener o diferencias de ideas, todo es negociable, pero lo que no puede ser negociable es el alma y el compromiso que tenemos con la gente y los pueblos”, expresó en un emotivo discurso.
“Solo alcanzaremos el desarrollo si somos capaces de construir la Patria que soñaran nuestros libertadores, todo depende de la altura y compromiso que tengamos”, agregó.
“Hay que tener esperanzas y creer en la gente que gobierna, y la gente que gobierna, para ser creíble, tiene que asumir la fe y el compromiso republicano. Las repúblicas vinieron para gritarle a los reyes que los seres humanos somos iguales por derecho de nacimiento y las mayorías mandan”.
“Y está pasando en el mundo, no puede ser, que el señor mercado nos mandata en todo, y no puede ser”.
“Por tanto, los que gobiernan tienen que pertenecer en alma y compromiso con las mayorías”, sentenció.
Mujica pidió perdón por su discurso. “Por la pasión que tenemos en estas cosas, pero se me va la vida en estos sueños”
Pero, ¿A quién le hablaba el Pepe Mujica cuando hablaba de corrupción?