Irak, drones y el rediseño de Medio Oriente
JUAN GUAHÁN| En Irak se reanudaron los abiertos enfrentamientos militares en medio de una guerra soterrada que desde hace muchos años no conoce la paz. Es muy difícil explicar, en estos breves espacios, lo que allí ocurre. Digamos, como introducción al tema, que se trata de varias cuestiones superpuestas.
A partir de allí y de acuerdo al aspecto que sea considerado como el centro de la mirada aparecen diferentes y muchas veces contradictorias explicaciones. Hay por lo menos tres grandes cuestiones cuyas problemáticas se superponen y manifiestan en estos graves enfrentamientos.
Allí se está dirimiendo la lucha por el control mundial y de buena parte de la producción de petróleo y de las rutas a través de las cuales se distribuye. Este tema es, desde el punto de las estrategias mundiales de las grandes potencias, el aspecto principal de lo que allí viene ocurriendo desde hace varios años. Estados Unidos, Europa teniendo como aliados a Israel y Arabia Saudita vienen bregando por asegurarse el control de dicha área, para lo cual necesitan dominar Irán. Buscando ese objetivo invadieron y ocuparon Irak y pusieron fin a un acelerado desarrollo y cierta paz interna.
De un modo semejante a lo que ya habían hecho en Libia -con Kadaffi- derrocaron y asesinaron a Saddam Hussein, provocando la muerte de cientos de miles de personas. Lograron destruir al país pero no pacificarlo. Ahora retoman ese plan, siempre teniendo como objetivo central Irán, la mayor potencia de la zona. En ese camino está la guerra desatada en Siria, un fuerte aliado del régimen iraní. Fracasados en su intento de hacerlo directamente por las oportunas advertencias de China y Rusia, ahora apelan a este conflicto regional.
Una segunda mirada, que explica el encarnizamiento de la lucha y arraigo de las confrontaciones en grandes masas populares, tiene que ver con el aspecto religioso en disputa dentro de los musulmanes. Dos grandes ramas dividen a esa creencia: Una mayoría sunnita, fundamentalmente asentada en Arabia Saudita, y una minoría chiita, que gobierna en Irán y que es fuerte en Siria, donde el gobierno no es confesional. En Irak, derrocado Saddam Hussein -otro gobernante laico pero vinculado a los sunnitas- se formó un nuevo gobierno que fue entregado a fuerzas próximas a los chiitas. La no integración de los sunnitas al nuevo gobierno y las luchas ancestrales sirvieron de marco a los enfrentamientos actuales.
Por último está el hecho de las fronteras nacionales que diseñaron los colonizadores ingleses y franceses, luego de la Primera Guerra Mundial. Esas fronteras nacionales no son respetadas por una corriente de los sunnitas que en los tiempos actuales han conformado las fuerzas rebeldes del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), que son quienes combaten en Irak y Siria.
Del nuevo estado islámico que proponen formarían parte Chipre, Palestina, Jordania, Irak, Siria, Líbano, Israel y el sur de Turquía. Incluso manifiestan poseer armas nucleares -provistas por sus simpatizantes pakistaníes- con las cuales expresan que pueden poner fin al predominio sionista en la región.
Los drones nos sobrevuelan
Sin entrar en preciosismos técnicos y lingüisticos podemos decir que drone es un vehículo aéreo no tripulado. Sin considerar como drones a los misiles que se autodestruyen, podemos concluir que la historia conocida de los drones se inicia a mediados del siglo pasado. Su origen está fundado en necesidades militares y su mayor desarrollo investigativo responde a esos mismos intereses. No obstante ello su fabricación y uso está comenzando a tomar vuelo en distintas actividades civiles: fotografías, acceso a sitios difíciles, estudios climáticos, incluso se ha publicitado la pizzería rusa que ofrece a sus clientes el servicio mediante drones dotados de un GPS y una especie de soga para bajar las chorreantes mozarellas.
Desde el punto de vista militar su uso es muy variado y va desde misiones de exploración hasta ataques directos, sin mayores riesgos para quienes los producen. Bajo esa mirada se constituye en una delicia para los países invasores. Este ha sido el uso más reciente y generalizado en las luchas en Medio Oriente, particularmente en Irak, Afganistán y Pakistán.
Ahora vuelven a servir para los patrullajes norteamericanos en Irak. Inclusive suelen ser útiles para ataques selectivos a líderes de movimientos rebeldes a las políticas norteamericanas. Según la CIA el ataque a Ben Laden solo se hizo posible a partir de controles y monitoreos realizados por este tipo de aparatos.
Junto a estas “ventajas” oculta problemas tales como que, en esos ataques, muchas veces no se distingue entre combatientes y civiles. Ello ha pasado en un número importante de acciones en la reciente lucha de Afganistán.
Estados Unidos contaría con unos 10 mil drones y los ataques realizados con estos aparatos sumarían, solo en Pakistán, unos 350. A partir del 2017 operarían desde 110 bases norteamericanas. Según las cifras oficiales, los muertos por esos ataques rondarían unas 3 mil personas.
Un 20% de las víctimas serían civiles ajenos a los enfrentamientos. Para las universidades norteamericanas de Stanford y Nueva York, las cifras serían significativamente distintas y la mayoría de los muertos por la acción de los drones no serían militarmente relevantes.
Hoy más de 70 países cuentan con drones destinados a uso militar, pero solo Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel ya los han utilizando ofensivamente.
Son mucho menos seguros que los tradicionales vehículos tripulados. Desde el inicio de su aplicación Estados Unidos habría perdido, en diferentes accidentes, unos 400 aparatos de este tipo. En nuestro país se estarían haciendo investigaciones para su fabricación con destino militar. Aparatos más pequeños, para uso civil, ya se están produciendo.