Colombia: Cumbres agrarias y populares

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FERNANDO DORADO| Las principales organizaciones agrarias y campesinas del país han convocado la realización de la Cumbre Agraria y Popular para los días 21, 22 y 23 de marzo en la ciudad de Bogotá. En ese marco durante los primeros 15 días del mes de marzo se realizarán en la mayoría de departamentos de Colombia las pre-cumbres preparatorias.
col campesinosEsa gran cantidad de eventos deliberatorios que se realizarán en las diferentes regiones del país tienen una gran importancia para el movimiento popular. Concentran las principales fuerzas que se desplegaron durante el año 2013 y que colocaron en la agenda del país las principales reivindicaciones populares sobre el tema agrario, salud, educación, rechazo de la entrega de nuestros recursos naturales a las grandes empresas transnacionales, a los mega-proyectos y a la locomotora minero-energética.

Las deliberaciones de las pre-cumbres y de la cumbre nacional deberán realizar un balance de las luchas desarrolladas en los últimos 6 años, desde cuando al final del mandato de Uribe (2008), el movimiento popular representado por la Minga de Resistencia Social y Comunitaria, los proletarios de la caña de azúcar del Valle del Cauca (“corteros”) y los trabajadores organizados en Asonal-Judicial, protagonizaron importantes movilizaciones que se constituyeron en el inicio de un nuevo auge de las luchas populares en Colombia.

Ese balance es de una importancia mayúscula y fundamental. La principal conclusión tendrá que ser – indudablemente – que sólo la unidad podrá garantizarle a los trabajadores y campesinos pobres, vanguardia de las luchas populares en Colombia, la fuerza y la capacidad para avanzar por los caminos de soberanía y reivindicación social que ya han trazado los pueblos y los trabajadores de Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Pero debe quedar absolutamente claro que la unidad debe ir más allá de la simple sumatoria de puntos reivindicatorios. La etapa de la unificación de pliegos de exigencias y de coordinación de las fechas de las jornadas de protesta debe ser superada. El Paro Nacional Agrario demostró que el avance del movimiento popular y las condiciones de dominación de la oligarquía han llegado a un punto de quiebre y contradicción que obligan a los sectores populares a dar un salto cualitativo en sus luchas.

Sólo en la medida en que el movimiento popular construya una Plataforma de Lucha, que recoja con un alto contenido político las principales reivindicaciones que se han levantado en las últimas dos décadas, podremos avanzar y jalonar a la lucha a amplios sectores populares que sufren los estragos de un modelo de despojo y explotación que ha obligado a millones de personas desplazadas del campo, a refugiarse en centros urbanos en unas condiciones de vida miserable.

Hoy, que la lucha política legal de tipo partidista se encuentra en Colombia en una especie de sin salida, en donde la falsa democracia no ofrece condiciones para que los sectores populares puedan hacer ejercicio pleno de sus derechos, en donde domina la compra de votos con recursos del Estado, en donde la persecución y asesinato de dirigentes populares es la práctica cotidiana de los enemigos del pueblo, el movimiento popular colombiano puede contribuir enormemente para activar la lucha política, no para conducir nuestros esfuerzos a la trampa de la institucionalidad dominante, sino para romper una dinámica que le hace el juego a la estrategia de cooptación de los luchadores populares por parte de la oligarquía y el imperio.COL CUMBRE AGRARIA

Debemos reiterar hasta el cansancio que los procesos electorales que en los países vecinos llevaron al gobierno a movimientos progresistas, democráticos y nacionalistas encabezados por Chávez, Correa y Evo, estuvieron antecedidos de verdaderos levantamientos populares (El “Caracazo” en Venezuela, el derrocamiento de Bucaram, Mahuad y Gutiérrez en Ecuador, y la expulsión del poder de Lozada en Bolivia), en donde la principal demanda y bandera fue la nacionalización de los recursos naturales de sus respectivos países.

En Colombia la lucha popular ha venido levantando – en la práctica – un Programa Político que de una u otra manera está en la mente de la mayoría de los colombianos. A ellos deberemos agregarles algunos puntos que son necesarios para complementar ese programa con el fin de jalonar a otros sectores populares como el grueso de los trabajadores de las ciudades que están en condiciones de sobre-explotación a manos del gran capital.

Ese Programa Político o Plataforma de Lucha, que no es un invento de una persona o un grupo político, sino el resultado de las luchas populares de los últimos 25 años, se puede sintetizar en los siguientes puntos (entre otros):

– Recuperación para la Nación (nacionalización) de los principales recursos naturales estratégicos, mineros y energéticos (petróleo, gas, oro, coltán, tierra, biodiversidad).
– Renegociación o anulación de todos los Tratados de Libre Comercio.
– Renegociación y moratoria de la Deuda Pública (externa e interna).
– Reforma agraria democrática y apoyo integral a la economía campesina.
– Educación y salud universal, pública, de calidad y financiada por el Estado.
– Industrialización de nuestras materias primas y desarrollo de un modelo productivo respetuoso de la naturaleza.
– Des-privatización de las empresas de servicios públicos domiciliarios y manejo comunitario de los mismos.
– Rescate de los derechos laborales de los trabajadores, recuperación del contrato indefinido, la negociación colectiva, y supresión de la tercerización laboral.
– Nuevo Proceso Constituyente para una Nueva Democracia Directa y Participativa.

Si las pre-cumbres regionales y cumbre nacional agraria ayudan a que el movimiento popular avance en su proceso de unidad, planteándose un Programa Político o Plataforma de Lucha de gran alcance, podrá no sólo contribuir enormemente en la superación de la dispersión de las luchas populares, sino que colocará en la escena política pública una serie de temas que la mayoría de partidos políticos esquivan, dándole prioridad a programas puntuales (vivienda, subsidios, adjudicación parcial de tierras) que se constituyen – en este instante – en herramientas distractoras y demagógicas que la oligarquía utiliza para desviar nuestras luchas.

Que el espíritu de unidad y de proyección de la lucha popular a nuevos niveles y escenarios, sirva de base para cualificar la confrontación al modelo neo-liberal y capitalista.