Sueños napoleónicos de Francia

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NAZANÍN ARMANIAN| De acompañar a las tropas de sus aliados a Irak, Afganistán y Yugoslavia, a invadir sola o con la bandera de la OTAN Costa de Marfil (principal exportador de cacao, aceite de palma, y con mucho petróleo), Mali (uranio, litio, oro y petróleo) o Libia (la primera reserva de petróleo de África), a prepararse para lanzar sus bombas y misiles –envueltos en el sudario de Liberté, Égalité, Fraternité- sobre los hogares de los desesperados sirios, y ¡morirse de ganas por caminar sobre las ruinas de Teherán! Francia da un vuelco a su política exterior.fr hollande napoleon
En el “minuto 90” de las negociaciones celebradas en Ginebra entre el grupo 5+1 e Irán, y cuando se iba a anunciar el primer capítulo del “acuerdo del siglo”, que haría imposible el uso militar de la tecnología nuclear por parte de Teherán, que además permitiría cuantas inspecciones a sus instalaciones fuesen requeridas limitando también el enriquecimiento de uranio durante seis meses a cambio de un alivio “limitado y reversible” de las sanciones que sufre, aparece el ministro de Relaciones Exteriores francés Laurent Fabius para sabotearlo. Alegaba “demasiadas concesiones” a Irán. Mal acostumbrados están las potencias que creen que un acuerdo es la claudicación del otro.

Un John Kerry enfadado y traicionado le respondió que los americanos no son “ciegos” ni “estúpidos”. Que los franceses le insinuasen que los iraníes estaban tomando el pelo al maestro de artes del engaño suponía la mayor ofensa que le hubieran hecho jamás.

Ésta es la misma Francia que en 1979 acordó con el Irak de Saddam Husein ( a pesar de la oposición de sus amigos israelíes), la construcción de un reactor nuclear. Había muchos millones de dólares en juego. La planta fue bombardeada dos años después por Israel, el único país nuclear de la región que además tiene el mismo número de cabezas nucleares que China: unas 400. Bueno, esta cifra es solo una estimación ya que este país no permite ninguna inspección a sus plantas nucleares (¡ningún organismo internacional se lo exige!) y como prueba del “único Estado democrático de la zona” que es, raptó y encarceló a su científico Mordejái Vanunu, por revelar esta información.

El error de Francia y sus aliados regionales reside en la creencia de que Teherán les miente y seguirá con el desarrollo de su plan nuclear. En 1988 y tras ocho trágicos años de guerra con Irak, el ayatolá Jomeini cedió y aceptó el plan de paz que Saddam ofreció en 1981 de regresar a las fronteras: humana y militarmente ya no era posible continuar aquella guerra.

El regreso a las coloniasfr hollande napoleon1

Que Francia haya hecho del portavoz de Israel en la cumbre no explica la política exterior de París en los últimos años, que en el caso de la cuestión nuclear de Irán ha causado la ruptura en el seno de la Unión Europea, donde se enfrenta a Gran Bretaña y Alemania, dos países que en verano se opusieron a las ansias de París por atacar Siria, y ahora también apoyan el acuerdo con Irán para dar una salida diplomática a este conflicto.

Esta semana François Hollande visitará Israel con una ‘tropa’ de ministros, empresarios, artistas, etc… para decirle que Francia es la mejor amiga de Israel en el mundo. ¿Amistad mutua? El pequeño Estado ha forzado a París a cambiar la agenda de visita del presidente, que había planeado un encuentro con los jóvenes –al estilo de Obama- en vez de asistir al Knesset, el parlamento.

Una vez allí, desde cualquier tribuna que encuentre condenará a Irán y “pondrá todas las opciones sobre la mesa” para encantar a Netanyahu, declarando el programa nuclear de Irán como la principal amenaza para la paz del mundo, incluso para el mismísimo Cosmos.

Para París restaurar la influencia en Oriente Próximo es una prioridad. De allí el diseño de una “Unión Mediterránea” económica y estratégica, bajo su paraguas, con Siria y Líbano (una vez dominados) incluidos. Pretende, exhibiendo su poderío militar, conseguir un nuevo reparto del botín de las guerras que solo o con sus colegas van lanzando por el mundo.

Verdaderas intenciones del Elíseo

fr hollande arquero¡Que Israel y Arabia Saudí no se hagan demasiadas ilusiones! Los motivos reales de este belicismo francés no es el amor que les profesa sino sus propios intereses, que son los siguientes:

· Desempeñar un papel más importante en los asuntos mundiales, ante el declive de EEUU , ampliando su esfera de influencia en esta zona del mundo donde considera a Irán el principal rival que le impide recuperar Siria y Líbano. La imagen que ofrece Hasan Rohani daña sus planes.

· Recoger los frutos de la siembra de enemistad entre los países de la región: Arabia Saudí, por ejemplo, es el principal comprador de armas francesas. Es más, a cambio de un contrato militar por el valor de 1.000 millones de euros con Riad, París ha prometido contener a Irán. Los saudíes tienen ingentes inversiones en sectores como la agricultura y la defensa franceses. En caso de ver que no consiguen así sus objetivos, a los árabes siempre les queda recurrir a acciones como la quema de miles de coches en los suburbios de París y montar alguna que otra revuelta en el corazón de Europa. En esta misma línea, Arabia llegó a acusar a Putin de utilizar a los chechenos en los juegos olímpicos de invierno rusos, sino dejaba de apoyar a Bashar Al Asad.

· Es la oportunidad de Francia, ahora que las relaciones entre Washington y Raid-Tel Aviv están en sus peores momentos.

· Hollande fue ignorado en los acuerdos previos bilaterales entre Irán y EEUU. Está ninguneando al presidente Obama, herido aun por el fiasco en la crisis siria del agosto pasado, y que en este acuerdo podría presentarse como el presidente que impidió un Irán nuclear.

· De paso, se venga de EEUU por desmontar su plan de ataque a Siria el mes de agosto. Es una batalla personal por liderar los asuntos internacionales, aunque sea a costa de poner en peligro la paz.

· Quizás el Gobierno francés ha pensado que aumentando su tono bélico impedirá caer por los suelos su moribunda reputación.

Historia de una relación fallida

En 1807, Napoleón firmaba con el rey de Irán el Tratado de defensa Finkensteinen, según el cual París defendería la integridad territorial de Persia contra Rusia, a cambio Irán le apoyaría en un ataque a la India, dominada por los británicos. El francés traicionó a Irán, firmó con Rusia el Tratado de Tilsit (contra los turcos y los británicos) y dejó que los eslavos se apoderaran de Georgia (iraní).

Conflicto olvidado. En el siglo XX hasta 1979, Francia era para los intelectuales y estudiantes iraníes la tierra de la “razón y la libertad”. Que el gobierno derechista de Valéry Giscard d’Estaing acogiera a ayatolá Jomeini y le ofreciera la posibilidad de convertirse en el dirigente de una revolución espontánea y sin dirección, no levantó la sospecha de nadie, ni del pueblo ni del propio Imán. En plena Guerra Fría y en un Irán con largas fronteras con la URSS, una teocracia islamista no les vendría mal a los occidentales.

Tiempo después, varios factores marcaron las relaciones entre la República Islámica y París: la toma de la embajada de EEUU en Teherán, el suministro de armas francesas a Saddam Husein, la fatwa del ayatolá Jomeini contra Salman Rushdie en 1989, el asesinato de numerosos disidentes iraníes en suelo francés, el programa nuclear de Irán – que si por un lado disgustaba a Francia (con cientos de bombas atómicas) ampliar el club nuclear, por otro obligó a Total, y otras petroleras europeas, a abandonar Irán por las sanciones impuestas por EEUU. La guinda ha sido la defensa de Irán al Gobierno sirio y sus lazos con Hizbolá, que impiden a los franceses dominar este enclave vital para recuperar su dominio en la región.

¿Qué pasaría si al final no hay acuerdo con Irán? Ante la incapacidad real de EEUU de atacar a Irán, se mantendría el Estado de “guerra perpetua” en la región y una peligrosa política de contención a Irán, que debilitaría al presidente Rohani en favor de los sectores belicistas. La misma tendencia fluirá en EEUU, Israel y otros países de la región.

Sin embargo, y teniendo en cuenta la asombrosa personalidad débil del presidente Obama (¡incapaz de cerrar incluso el Guantánamo!), -que acaba de retroceder en su programa de sanidad pública, y no ha querido recurrir a los ciudadanos, convocando grandes manifestaciones para rechazar la ofensiva de los republicanos a quienes les importa un bledo el sufrimiento de decenas de millones de sus ciudadanos-, la pregunta será si cederá también en esta batalla y desde Irán permitirá un apocalipsis.

Otra pregunta:  ¿Cómo los líderes y los militantes de un partido que se declara “socialista” (¡francés o español!) pueden ser no sólo cómplices sino promotores de agresiones imperialistas por el mundo a las naciones débiles y seguir llamándose como tal?

*Nazanín Armanian es iraní, residente en Barcelona desde 1983, fecha en la que se exilió de su país. Licenciada en Ciencias Políticas. Imparte clases en los cursos on-line de la Universidad de Barcelona. Columnista del diario on-line publico.es