Con la mitad de sus integrantes, se inició la 23 Cumbre Iberoamericana
Con la ausencia ‘’record’’ de la mitad de las 22 naciones que la conforman, se inició en Ciudad de Panamá la edición 23 de la Cumbre Iberoamericana.Por diversas razones –problemas de salud y de agenda, fueron los principales argumentos– no asistieron los presidentes de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Guatemala, Nicaragua y Perú, y tampoco vino el rey Juan Carlos de España, por primera vez desde la existencia de este mecanismo multinacional.Otros mandatarios han acortado su programa de actividades, como el propio presidente mexicano Enrique Peña Nieto, quien se encuentra aquí desde la noche del jueves, pues él mismo anunció que no acudirá al almuerzo de clausura del sábado y adelantará su regreso a México para las primeras horas de la tarde.
De hecho, el almuerzo –o desayuno en ocasiones– que invariablemente tenían en el arranque de estas cumbres el presidente mexicano con su similar del gobierno español, el rey Juan Carlos y el príncipe Felipe de Borbón, esta vez se limitó a una comida donde sólo estuvieron Enrique Peña Nieto y Mariano Rajoy, no obstante que el heredero de la corona española sí está en Panamá.
Los mandatarios del oxidado mecanismo iberoamericano y sus cancilleres han coincidido en la necesidad de encarar el desafío de renovar este instrumento que nació en la ciudad mexicana de Guadalajara en 1991. Paradójicamente, y cuando más evidente resulta su pérdida de impulso, el presidente Enrique Peña Nieto recibirá en Panamá la presidencia pro témpore de la Cumbre Iberoamericana, la cual volverá a reunirse en Veracruz en 2014.
El secretario general de este mecanismo de consulta, Enrique Iglesias, dijo que la comunidad iberoamericana tiene un importante papel que desempeñar en el mundo actual y por eso debe transformarse. En su último discurso tras ocho años en ese cargo, Iglesias añadió que en América Latina se ha reafirmado hoy un nuevo esfuerzo político y de cooperación económica, al cual deben contribuir los participantes en estas citas con el diálogo y su intercambio de experiencias.
Añadió que este vínculo se reafirma mediante una convivencia en paz, salvando las diferencias de todas las ideologías y de todos los credos, como un ejemplo para la comunidad internacional, tan dividida por problemas de raza, religiones y nacionalidades.
Bajo el lema “La comunidad iberoamericana en el nuevo contexto mundial”, el cónclave sesionará a partir de este sábado en un hotel de Playa Bonita, sede oficial de la cita, en las afueras de la capital panameña.En un videomensaje enviado para la inauguración del encuentro, el rey Juan Carlos afirmó que la renovación de la conferencia es necesaria para atender mejor a la comunidad iberoamericana de naciones de la que todos formamos parte.
Quien mayores posibilidades tiene para sucederlo es Rebeca Grynsdan, ex vicepresidenta de Costa Rica, secretaria general adjunta de la ONU y administradora asociada del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
El año pasado en Cádiz, España, se formó un grupo de reflexión encabezado por el ex presidente de Chile Ricardo Lagos para elaborar un informe con iniciativas de transformación tanto de esta cumbre como del propio sistema iberoamericano. Hasta ahora la mayor recomendación –y al parecer con suficiente consenso– es la de celebrar estos encuentros en forma bianual. Aunque no se aplicaría de inmediato, pues, como se ha formalizado, México organizará la del próximo año.
De este modo, esta cumbre de las ausencias –las cuales incluso superaron a las de Asunción en 2011– ha llevado a todos a pronunciarse, incluso al propio presidente Rajoy, quien esta vez no ha tenido frente a sí ninguna presencia que pueda hacer sombra a su discurso, pues básicamente son presidentes de izquierda los ausentes en esta capital panameña. “Después de 22 años de funcionamiento hace falta el nuevo impulso de una renovación para adaptarnos’’ a la situación actual, planteó.