Argentina: A equipo ganador no se lo cambia

388

JUAN GUAHÁN| En Argentina estamos estrenando gobierno. Difícil darse cuenta. La misma Presidenta. Otro Vice con problemas, ahora antes de asumir y un gabinete donde solo hubo cambios “forzados”. Todo ello tiene lógica en la marcha del gobierno. De todas maneras hay novedades respecto a los gobiernos kirchneristas anteriores. Pase y vea.
Question Latinoamérica
Con la lógica indiscutible de los buenos directores de fútbol, Cristina optó por no introducir cambios sustanciales en su gabinete. Posiblemente pocas veces sea tan precisa como importante esa calificación de “su gabinete”. Efectivamente fue ella (en solitaria consulta con su hijo Máximo) la que terminó eligiendo a su cargo y riesgo lo nombres de quienes la secundarán. Aunque sea paradojal esta clave del tercer mandato kirchnerista es una de las “diferencias” de la “continuidad” respecto a los dos gobiernos anteriores.

El primer gabinete de aquel “lejano 2003” estaba cargado con la necesidad de poder gobernar. Buscar quienes conocieran el terreno y garantizaran la continuidad de los avances socio-económicos.

Allí estaba Roberto Lavagna para asegurar que la recuperación económica, iniciada bajo el gobierno de Eduardo Duhalde, continuaría por el mismo camino. Daniel Scioli, como vicepresidente, daba un mensaje a la sociedad que el nuevo gobierno era capaz de acercar lo más serio del propio menemismo. No faltaba la designación de un Canciller, Rafael Bielsa, cuyo nombre le habían susurrado al oído de Néstor lenguaraces del Departamento de Estados de los Estados Unidos. Con Gustavo Béliz que –desde el Ministerio de Justicia- ofrecía garantías que la Iglesia, particularmente la fracción conservadora del Opus Dei, podría hacer llegar sus mensajes hasta el despacho más importante de la Casa Rosada. Aníbal Fernández, a cargo del Ministerio del Interior, le daba pie para las relaciones con las zonas más oscuras del poder. José Pampuro, el que -en otros tiempos- todas las mañanas “mateaba” con Eduardo Duhalde sería útil cumpliendo la misión de “desplumar la gallina, sin que cacaree”, desarticulando los resabios del viejo poder militar.
Aquel primer gabinete cumplió -¡vaya si cumplió!- ampliamente los objetivos propuestos.

El segundo gabinete, surgió de diversas variables. Una de ellas era la “audacia” de Cristina, frente al pensamiento más “tiempista” de Néstor. Otra era la síntesis entre las conveniencias de la pareja gobernante y Alberto Fernández, su Jefe de Gabinete. Éste -que había sido nacionalista ultramontano- estaba “de vuelta” y siendo parte de la mismísima “mesa chica” procuraba un gobierno más “racional”, casi social demócrata. Allí podrían moverse a sus anchas las personas y negocios de su amigo y consejero presidencial, Domingo Cavallo. Fue claramente un gabinete de transición. La “Resolución 125” hizo que el acuerdo que sostenía ese gabinete volara por los aires. La eyección de Alberto Fernández, declarado “enemigo” por ser “amigo” de Clarín, fue el símbolo de ese momento. Hubo giros y reacomodamientos. La falta de experiencia de Martín Lousteau, en Economía; la honesta ingenuidad de Graciela Ocaña, en Salud, rápidamente pagaron tributo a sus falencias y siguieron el camino de Alberto Fernández, que los había traído.

Fue un período de “pruebas” y “contrapruebas” hasta que quedó delineado el gabinete de la victoria del 54%. Tres de esos gladiadores tuvieron nuevos y distintos destinos. Uno, Amado Boudou, de Economía pasó a la Vicepresidencia y estuvo en la perspectiva de la herencia. Pero su cancherismo cercano al mal gusto y a una ética poco “caballeresca”, algunas costumbres “conchetas”, (al decir de la Presidenta luego del enojo), lo colocaron al borde de la “línea blanca” de la cancha. No fue expulsado porque su cargo ya no depende de un “decretazo” presidencial. Lejos de la herencia deberá pelear duro y parejo para restablecer vínculos y confianza con la familia presidencial. Julián Domínguez, Ministro de Agricultura y Ganadería, también fue premiado. Su buen trabajo, restañando heridas con los dirigentes del campo, lo depositó en la Presidencia de la Cámara de Diputados y número cuatro en la sucesión presidencial. Por último, el tercer cambio es el de Aníbal Fernández, Jefe de Gabinete, que también partió. Su destino es un digno ostracismo en una honorable banca senatorial. Desde hace tiempo estaba fuera del poder real. Su mayor trabajo, en los últimos tiempos, era polemizar por mensajes de twiter y programas radiales con artistas, intelectuales y políticos.

El tercer gabinete es casi igual, pero diferente. Este gabinete ya no es para “ganar confianza”, tampoco de “transición”. Este es el gabinete propio. Ocupado por “leales probados” que conocen y aceptan las reglas de juego de la forma de gobernar del kirchnersmo. Ninguno podrá alegar ignorancia o engaño. Todos saben que su poder es el poder de Cristina, ninguno tiene fuerza propia, desde la cual condicionar tal o cual medida. Ellos y Cristina lo saben. Las nuevas designaciones indican claramente esa tendencia y otra que no es inocuo tener presente. Cada uno de ellos tiene probados vínculos, relaciones, con fuertes intereses económicos. Ello no solo no es ignorado, sino que justa y probablemente ese dato haya sido determinante –junto a la lealtad- en el momento de la decisión.

HERNAN LORENZINO – Ministro de Economía
Este chubutense, nacido hace 39 años en Puerto Madryn, abogado de la Universidad de La Plata con postgrados en Economía y Finanzas, es el nuevo Ministro de Economía y delfín de Boudou. Su designación se corresponde más a su perfil y relación personal con la presidenta y sus vínculos con el mundo económico, que con el aval de su padrino.

Desde 2008, se desempeñaba como Secretario de Finanzas, antes fue delegado financiero de la Argentina en Washington. En esas funciones tuvo a su cargo la mayor parte de las negociaciones con el mundo financiero. Reemplazó al Ministro Boudou, acompañando a la Presidenta en su último viaje a la reunión del G 20, realizada en Cannes.

El nuevo Ministro, para asegurarse los recursos necesarios, promueve la idea de tomar créditos internacionales. Para ello insta a la normalización de las relaciones con los organismos financieros, comenzando por pagar la deuda reclamada por el Club de París. Es muy probable que por esta razón su designación sea bien vista por los sectores financieros. Particularmente los representantes de Goldman Sachs y el Credit Suisse se mostraron satisfechos con la designación  de quien consideran un “técnico pragmático”. Otro que festeja este nombramiento es Jorge Brito, referente del Grupo Macro. Confía que ese banco, por ser nacional, podría participar en el negocio de la toma de deudas, con las consecuentes comisiones que ello reporta. Sin embargo su poder ha sido relativizado, su vice, proveniente de “La Cámpora” será el encargado de hacérselo saber.

JUAN MANUEL ABAL MEDINA – Jefe de Gabinete
Actual Secretario de Comunicación Pública asumió como Jefe del Gabinete de Ministros. Nacido en la Capital Federal, hace 43 años, es parte de una familia politizada y fuertemente vinculada a las últimas décadas de nuestra historia. Hijo de un militante nacionalista que fuera Secretario General del Movimiento Justicialista cargo para el que fuera designado en 1972, tiempo después que su hermano Fernando –tío del actual Jefe de Gabinete- y fundador de Montoneros fuera asesinado. Criado en ese ambiente, en 1982 se exilió –junto a su padre- en México.

Especialista en Ciencias Políticas y docente universitario comenzó su militancia política en el FREPASO que conducía Carlos “Chacho” Álvarez. Trabajó con Fernando de la Rúa y en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, junto a Aníbal Ibarra (2001). En el 2005 se incorporaría al gobierno de Néstor Kirchner y continuaría con Cristina. Acompañó a Alberto y Aníbal Fernández y Rafael Bielsa. Fue Vice-Jefe de Gabinete con Sergio Massa (2008) y más tarde Asesor de Néstor Kirchner, en la Cámara de Diputados y cuando éste fuera Secretario General del UNASUR. Cristinista puro, sostiene: “Yo apoyo 100% a Cristina y si la criticara me tendría que ir”.

Los vínculos de su familia con el mejicano Carlos Slim, la persona más rica del planeta, seguramente fueron considerados al momento de su designación. Ellos abren la puerta a vastos negocios e inversiones, particularmente en el área comunicacional.

NORBERTO YAHUAR – Ministro de Agricultura y Ganadería
El hasta ahora Subsecretario de Pesca fue designado al frente del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Otro patagónico, nacido hace 51 años, es rionegrino aunque su carrera administrativa y política la desarrolló en Chubut. Allí, en 1989, fue designado como Director de Fiscalización. En el 2003 asumió como Ministro Coordinador del Gobernador Mario Das Neves. Estuvo al frente de las negociaciones con  las empresas petroleras, participando en la celebración de los contratos y extensión de las concesiones a las mismas. Ese vínculo y las relaciones con empresas de la pesca y las obras públicas facilitaron su ingreso en el área de planificación, controlada por Julio de Vido. En el 2007 rompió con Das Neves y se incorporó al kirchnerismo, fue candidato –perdidoso- a la Intendencia de Trelew, en las últimas elecciones. Se estima que continuará con la acción desplegada por su antecesor.