El Gobierno turco amenaza con utilizar el Ejército para sofocar las protestas

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El Gobierno turco ha amenazado con recurrir al Ejército para sofocar las protestas antigubernamentales que agitan el país desde hace dos semanas. Ayer los principales sindicatos convocaron una huelga y llevaron a cabo manifestaciones que lograron un apoyo escaso.

Gara

Al día siguiente de la demostración de fuerza del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan ante más de 100.000 seguidores, su viceprimer ministro, Bülent Arinç amenazó con movilizar a las fuerzas armadas para sofocar las protestas antigubernamentales.

La Policía «usará todos los medios que le confiere la ley. Si eso no es suficiente, incluso las fuerzas armadas turcas pueden ser utilizadas en las ciudades bajo la autoridad de los gobernadores», declaró Arinç en una entrevista con la cadena de televisión A Haber.

El Ejército turco, autoproclamado guardián de la Turquía laica, ha tutelado o incluso dirigido a través de golpes de Estado, la vida política del país, durante mucho tiempo. Uno de los logros de Erdogan ha sido frenar al Ejército a través de purgas y procesos judiciales contra golpistas que han diezmado su jerarquía.

La advertencia del Gobierno se produce a la vez que la Confederación Sindical de Obreros Revolucionarios (DISK) y la Confederación Sindical de trabajadores del Sector Público (KESK) se han sumado a las protestas.

Como hicieron el pasado 5 de junio, las dos principales centrales sindicales del país han convocado una huelga y sacaron a sus militantes a las calles. Pero la movilización no estuvo a la altura de manifestaciones anteriores e, incluso con el apoyo de otros sindicatos menores, solo consiguieron reunir a menos de 2.000 personas al norte y al sur de la plaza Taksim, con lemas como «gobierno, dimisión» . «solo es el principio, la lucha continúa», o «El AKP deberá rendir cuentas».

Las dos marchas se disolvieron a gran distancia de la plaza que ha sido el epicentro de las protestas contra Erdogan y que se encontraba vacía tras la contundente intervención policial del pasado sábado, aunque la Policía cargó de nuevo al finalizar la manifestación y algunos jóvenes respondieron lanzando piedras. Durante todo el domingo, la Policía rechazó con gases lacrimógenos y cañones de agua a los manifestantes que intentaban aproximarse .

El Gobierno había amenazado a los sindicatos con «no autorizar que la gente vaya a las calles para acciones ilegales como un paro y una huelga».

Tras el desalojo de los últimos ocupantes del parque Gezi, Erdogan mostró su fuerza en la calle con un mitin gigante en Estambul en el que, durante más de dos horas, con un encendido tono, alardeó del desalojo de la plaza y prometió perseguir a los responsables de las protestas y «a quienes protegen o cooperan con los terroristas».

El domingo más de 600 manifestantes fueron detenidos en Estambul y Ankara, después de los fuertes enfrentamientos que comenzaron la noche del sábado tras el desalojo del parque, y que provocó cientos de heridos.

La Policía turca, «demasiado dura» para Merkel

La canciller alemana, Angela Merkel, juzga «demasiado dura» la represión policial en Turquía. «Ha habido imágenes pavorosas en las que se veía que se ha reaccionado de forma demasiado contundente», a mi entender, señaló, y pidió a Ankara que respete la libertad de expresión.

«Lo que está pasando en Turquía no se corresponde, en mi opinión, con nuestra concepción de la libertad de manifestación y de expresión de opiniones», componentes esenciales de «una sociedad desarrollada», señaló la canciller alemana, que mostró su esperanza en que la oposición turca «obtenga un espacio (para expresarse) en el seno de una Turquía que entra (sic) en el siglo XXI».

Por su parte, la ministra italiana de Exteriores, Emma Bonino, advirtió de que sigue «personalmente» el caso de la detención de un fotógrafo italiano detenido el domingo en Estambul. Según medios italianos, el fotógrafo Daniel Strfanini resultó herido en una carga policial y fue detenido en el hospital al que había sido trasladado. Bonino, una de las voces más críticas con Turquía, llegó a afirmar que el desenlace de la crisis sería una prueba para su hipotética entrada en la UE. GARA