Obama: el arte de no parecerse a Bush

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ALBERTO GALEANO | Hay algunas diferencias entre George W. Bush y Barack Obama, pero hoy el primer presidente negro es comparado con su antecesor republicano a raíz de un programa de espionaje que afecta la privacidad de los estadounidenses.

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Télam

A fines de octubre de 2001, Bush promulgó la “Ley Patriota” que otorgó amplios poderes a la Agencia Federal de Investigaciones (FBI), la policía y las fuerzas de seguridad para luchar contra el terrorismo, tras los atentados del 11 de septiembre.

Obama, por su parte, atraviesa los primeros meses de su segunda presidencia inmerso en un escándalo como consecuencia de las revelaciones que filtró un ex técnico de la CIA sobre los programas que el gobierno utiliza para controlar a sus ciudadanos.

Edward Snowden, de 29 años, fue el informante que reveló a los diarios The Guardian y The Washington Post que el gobierno norteamericano tenía varios programas sobre la información masiva de las comunicaciones a través de mail, celulares e Internet, hecho que según el FBI dañó la seguridad del país.

“Entre el fiscal y los abogados defensores, hay un nombre para este tipo de exageración: sobrecarga. Cualquiera sean sus crímenes -y se comprometió claramente en algunos- Snowden no cometió traición a la patria, aunque la gente que mantenía los secretos ahora revelados está llena de rabia”, dijo en una nota editorial el diario The New York Times.

Una encuesta del diario The Washington Post y del Instituto Pew declaró que el 56% de los estadounidenses está de acuerdo con que el gobierno anote las llamadas de sus ciudadanos, sin escucharlas, si esta actitud garantiza la seguridad del país.

Al respecto, el ex vicepresidente demócrata Al Gore dijo que los programas denunciados son “obscenamente indignantes”.

El escándalo está afectando no sólo la popularidad de Obama -que a fines de mayo era de un 45% a favor contra un 49% en contra, tras revelarse el espionaje a periodistas y el acoso a entidades ligadas al ultraderechista Tea Party- sino también las relaciones de Estados Unidos con Europa.

A pesar de que el director de la Agencia Nacional de Seguridad, Keith Alexander, justificó los programas de vigilancia revelados por Snowden, porque a su juicio evitaron “docenas y docenas” de posibles atentados terroristas, la comisaria europea de justicia, Viviane Reding, pidió explicaciones la gobierno norteamericano.

“Los programas como PRISM y las leyes en base a las cuales se autorizan esos programas podrían tener graves consecuencias desfavorables para los derechos fundamentales de los ciudadanos de la UE”, dijo Reding en una carta dirigida al fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder.

Para Patricio Navia, profesor de Estudios liberales de la Universidad de Nueva York, “es un mal momento para Obama, pero no su peor momento”.

“Los temas de privacidad importan más a los liberales que a los conservadores. Los estadounidenses liberales están dispuestos a que se comprometa la privacidad en forma limitada con tal de tener más seguridad y menos riesgos de sufrir más atentados. Entonces, esta polémica le pega duro a Obama, pero más bien desde su propio sector que desde la oposición republicana”, afirmó Navia a Télam.

El analista, que también es profesor de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales de Chile, señaló en respuesta a un mail: “Los republicanos están criticando a Obama por el supuesto ocultamiento de información”.

“Sin embargo, ellos discrepan de la forma en que se hizo, no del hecho que para potenciar la seguridad el gobierno haya invadido la privacidad de mucha gente”, afirmó Navia.

Cuando empezó su campaña para ser presidente, Obama era un joven senador de Illinois que pronunciaba discursos elocuentes en los que se diferenciaba claramente de Bush, criticando la Guerra de Irak y las medidas conservadoras del líder republicano.

Pero hoy el caso de espionaje deteriora la popularidad del mandatario demócrata, a punto tal que la reconocida escritora Joyce Carol Oates, candidata eterna a recibir el Premio Nobel de Literatura, comparó la situación con la novela “1984”, del escritor George Orwell.

“Se trata de una ficción y de un autor muy visionario. Si somos espiados es por las corporaciones que intentan vendernos su mercancía y servicios inútiles que no estamos forzados a comprar”, dijo la novelista, autora de “Blonde” (una biografía sobre Marilyn Monroe) y del ensayo “Del boxeo”, entre otras obras.

Las diferencias entre Bush y Obama se dan más en el plano doméstico que en el internacional, ya que el gobierno demócrata impulsó un plan de salud, el matrimonio igualitario y una reforma migratoria que se debate actualmente el Congreso, medidas que son contrarias al espíritu conservador de los republicanos.

Es cierto, también, que Obama prohibió la tortura y anuló varios dictámenes que interpretaban erróneamente las convenciones de Ginebra, según sostienen analistas.

Sin embargo, con este caso de espionaje, sin haber podido cerrar la cárcel de Guantánamo, donde existen decenas de prisioneros sin proceso ni condena, Obama se parece cada día más a Bush.