PSUV y gobierno siguen sin comprender el resultado electoral y sus consecuencias
CARLOS CARCIONE| El impacto que significaron los resultados electorales del 14 de abril para el chavismo esta todavía flotando en el ambiente. La búsqueda de una explicación coherente que haga comprender por qué se perdieron alrededor de 700.000 votos en relación al 7 de octubre pasado y que llevó a que la diferencia fuera exigua, ocupa los debates cotidianos.
Diversas opiniones pueden agruparse en dos líneas de análisis principales. 1) La explicación que de las elecciones hace la dirección del PSUV, asumida hasta ahora por el gobierno de Maduro, justifica su actuación y la del gobierno, y descarga responsabilidades en una supuesta falta de “conciencia” de sectores del pueblo bolivariano. 2) Los que como Marea Socialista y la recientemente creada Plataforma política Patria Socialista, interpretan que las causas hay que buscarlas en las deficiencias, errores, el impacto de la actual coyuntura económica y el peso burocrático del proceso. En medio de estas dos grandes líneas hay una multitud de matices que, sin embargo, se referencian en alguna de esas opiniones principales. Esto se desarrolla en un clima de violencia creciente, que por momentos parece descontrolarse.
Pero este no es un simple ejercicio analítico. De cómo se interprete el resultado electoral se desprenden las políticas concretas para que el proceso bolivariano recupere la iniciativa y corrija el rumbo que continúa debilitando al gobierno y confundiendo al pueblo bolivariano. El mayor riesgo que hoy sufre la Revolución Bolivariana, no viene de la voluntad golpista de la oposición de derecha, que existe, al menos como táctica de provocar un desgaste agudo. Este riesgo proviene del mismo gobierno y la dirección del partido, que de continuar de esta manera precipitará una situación de continuidad de la perdida de base social del chavismo y crisis política abierta. Que a decir verdad se respira en el ambiente.
“Desagradecidos” o castigados
La justificación de la burocracia del partido y del gobierno ataca “al nivel de conciencia insuficiente” del sector del pueblo pobre que apenas 6 meses atrás sumó su voto para garantizar un triunfo contundente al presidente Chávez y que en esta oportunidad no lo hizo por Maduro.
Explicaciones ideológicas buscan ocultar una situación económica, política y social que no ha dejado de empeorar desde noviembre del año pasado y que fueron el disparador para una situación de la cual el resultado electoral es el emergente numérico. Con desabastecimiento de los productos básicos, una carestía que diluye el salario, una devaluación que impacto fuertemente en el nivel de vida de la población y no resolvió ninguno de los problemas por la cual se declaró que se realizaba.
A lo que se suma una agudización del mal trato burocrático a la población, un discurso de confrontación con la oposición mientras que aceleradamente se concretan acuerdos económicos con las cámaras empresarias que apoyan a dicha oposición y con medidas que no avanzan a resolver los problemas que angustian al pueblo más humilde sino que por el contrario profundizan un rumbo equivocado de conciliación económica. En esta situación y en debilidades estructurales del proceso, que sin Chávez han quedado al descubierto, es que debe buscarse la explicación del resultado electoral. No son desagradecidos de conciencia débil los que no votaron por Maduro. Son parte de los sectores más castigados que viven cotidianamente el maltrato burocrático y un empeoramiento veloz de sus condiciones de vida que no reciben las respuestas rápidas y oportunas que daba Chávez.
La necesidad de declarar medidas de emergencia
La recuperación de la base electoral del chavismo no se logrará con formación política e ideológica, que es por donde pretenden resolver la crisis, la dirección del partido y del gobierno. Son necesarias medidas de emergencia de recuperación del salario, de derrotar ejemplarmente el acaparamiento y la especulación entre otras las que devolverán la confianza del pueblo bolivariano. De esta manera es que se resolverán los problemas actuales desde el punto de vista de un verdadero proceso revolucionario y se tonificará la voluntad de lucha de ese pueblo. Deben ser medidas que avancen hacia un rumbo de quiebre con el capital a favor del trabajo.
En un clima político de roces, provocaciones crecientes y despunte de una violencia política no controlada por la cúpula burocrática del gobierno, se desarrolla un proceso de desconcierto y necesidades no satisfechas de la base social del proceso bolivariano.
En este marco, sin tajantes medidas de emergencia, avanza el proceso de fortalecimiento político de la oposición de derecha y el deterioro de la base de sustentación del chavismo sin Chávez. Todavía es temprano para pronosticar con certeza el resultado final del proceso de sucesión del que fue uno de los líderes más importantes de América Latina en los últimos 50 años. Pero si el pueblo bolivariano no encuentra la manera de irrumpir en la escena política con su programa y propuestas, el deterioro del gobierno será cada vez más acelerado.
Hasta ahora, en los últimas dos décadas, el pueblo bolivariano ha dado sobradas muestras de determinación y coraje. Ahora deberá hacerlo sin Chávez. Nuestra apuesta es a que a pesar de lo dramático de la situación, lo logre.