No se equivoquen
CÉSAR SOLÓRZANO | Abrí los ojos y mujeres, niños, adolescentes, hombres, ancianos, gritaban y saludaban a voz en cuello, lanzaban consignas llenas de alegría: “Chávez, te amamos”, “pa’ lante Comandante”; se demostraba que la cultura libertaria se llenaba de la manera de ser y actuar el pueblo, y esas propuestas de Chávez le han dado la vuelta al mundo varias veces. “Que viva la revolución”, “Uh, ah, Chávez no se va”, ven pa’ que veas, que aquí está el pueblo que está dando la pelea”, “viva el socialismo”, “que viva Venezuela”, “que viva Chávez”.
En todo el planeta se van sintiendo las voces que se repiten, sencillo: “se puede tener un líder socialista, se puede confiar en ese líder, Chávez es un revolucionario auténtico, moderno, democrático, que forma parte de la participación colectiva y que no traiciona los intereses del pueblo”.
Todo el mundo está más o menos en la misma idea: lo primero es la independencia, para que haya autogestión, democracia de participación, llegaremos a la organización comunal, como eje de superación social. Independencia y unidad del pueblo, clamó Simón Bolívar y sus líderes revolucionarios de entonces; también Chávez y los revolucionarios de hoy clamamos por lo mismo: Independencia, unidad, liberación nacional, socialismo venezolano.
No se puede olvidar que todos tenemos los mismos derechos; cada hombre y cada mujer se siente líder. Todos están estudiando, preparándose, viviendo mejor, y definitivamente dispuestos a defender esta, su revolución. La inmensa mayoría, se asume como si fuese el propio Chávez. Esta revolución ha sido única: la participación y la democracia van actuando como un solo elemento. La revolución es pueblo. Chávez es pueblo.
Las oligarquías –foránea y nacional– vuelven por las suyas: ganar a como dé lugar, no creen en elecciones, no creen en democracia, sólo creen en: “yo siempre gano y si no, arrebato, y se la calan porque yo soy el ‘siete machos’”… ¡joder tío! Estamos en la Venezuela socialista, aquí los machitos no funcionan. Aquí funciona el “PUEBLO” y su Constitución, “no se equivoquen”.