Frente Amplio: Cuatro candidatos y un programa común para recuperar la presidencia
Luvis Hochimín Pareja
El octavo Congreso nacional del centroizquierdista Frente Amplio (FA) del Uruguay, en la oposición tras gobernar 15 años, dejó cuatro precandidatos -Yamandú Orsi, Carolina Posse, Mario Bergara y Andrés Lima- en puja para la presidencia, con un único programa de gobierno sin definiciones radicales, que ofrece margen de maniobra a los postulados en sus campañas.
El FA llegó al Congreso en condiciones de superar la derrota del gobierno nacional y de algunas Intendencias a menos de la gobernante coalición de derechas, con una autocrítica madura, y con un presidencia como la del exdirigente sindical Fernando Pereira que encausó el intercambio y debate, y con una Comisión de Programa que recogió insumos, hasta llegar a la propuestas de Bases Programáticas 2025-2030.
El Congreso tuvo una fuerte carga emotiva, no solo por la presencia de la imagen del fallecido expresidente Tabaré Vázquez, sino por las recientes muertes de dirigentes de la talla del exIntendente de Montevideo Mariano Arana, del exministro de Economía Danilo Astori, del extitular de Trabajo Eduardo Bonomi, y la incorporación como miembro del Plenario Nacional de José Pepe Mujica.
La postura que tomará la oposición centroizquierdista frente a la Ley de Urgente Consideración aprobada a comienzos de este año por el gobierno de Lacalle, será la de revisar punto por punto la misma, en caso de ganar las elecciones el año próximo. “Somos críticos claros de los 135 artículos que planteamos derogar, pero hay que ver la realidad y ver cómo evolucionó eso en cada caso, y atacar cada tema puntualmente”, señaló Álvaro García, uno de los coordinadores de la redacción del programa.
Programa único
El Frente Amplio (FA) se presenta a cada elección con un programa único desde su fundación en 1971, y defiende esto como una cuestión de principios. Años atrás también reivindicaba las candidaturas únicas a todos los cargos ejecutivos, y las consideraba una consecuencia lógica de la unificación programática.
Esto marcaba un fuerte contraste con la práctica de los partidos tradicionales, que presentaban múltiples candidaturas a la presidencia, cada una de ellas con sus propias propuestas, a menudo contradictorias entre sí dentro de la misma fuerza política. Hasta la reforma constitucional de 1996, que estableció las elecciones internas, esto era posible y los candidatos presidenciales de cada partido sumaban votos entre sí
Este año el FA incorporó las elecciones internas a su funcionamiento, y en ellas se han expresado bastante más que matices y diferencias de estilo, pero las precandidaturas se siguen planteando a partir de un programa común acordado por toda la fuerza política. Para cerrar el congreso frenteamplista del fin de semana hablaron Mario Bergara, Carolina Cosse, Andrés Lima y Yamandú Orsi, aspirantes a la postulación presidencial, y cada discurso tuvo énfasis diferentes.
Sin embargo, el cuarteto comparte, ante la ciudadanía, el compromiso de aplicar las mismas bases programáticas.Los precandidatos fueron ratificados por el Congreso y ahora se inicia una campaña hacia las internas de junio, momento para empezar a hablar de las propuestas programáticas con la sociedad y ver los distintos énfasis dados por cada colectivo detrás de su candidato.
Los tradicionales partidos Nacional y Colorado (unidos ahora en la coalición de derecha que llevó a Luis Lacalle al gobierno), en cambio, pasaron a tener candidaturas presidenciales únicas, pero no adoptaron criterios de unificación programática: quien gana las internas sólo está comprometido a aplicar sus propias propuestas y los sectores derrotados mantienen el derecho a defender iniciativas distintas.
Los acuerdos en esta materia vienen después, si se gana la presidencia, y están vinculados con el reparto de cargos en ministerios y otras posiciones de gobierno.
Dentro del Partido Nacional (PN), el predominio de Luis Lacalle ha sido muy fuerte, y las dos precandidaturas presidenciales con mayor apoyo en las encuestas surgen de sectores herreristas: Álvaro Delgado y Laura Raffo. Difícilmente el PN logre elaborar bases programática comunes a los dos candidatos
La tónica de debates en el Congreso del FA fue un reflejo de las precandidaturas. En anteriores congresos los perfiles de los espacios mayores (Comunistas, Movimiento de Participación Popular, socialdemócratas) trazaban los nudos de definiciones, pero en este cónclave se pudo apreciar acuerdos al que arribaron en cortes casi horizontales.
Las bases programáticas
En las candidaturas de Cosse y Orsi existen acuerdos puntuales de espacios que antes estaban claramente polarizados: del Partido Comunista hasta el sector de Michellini en el caso de Carolina Cosse y desde el MPP hasta el excandidato socialista Daniel Martínez en el caso de Orsi, intendente del departamento de Canelones, quien hasta ahora va al frente de las encuestas presidenciales.
Si bien la idea general era no enredarse en la creación de nuevas institucionalidades, el Congreso aprobó el domingo que su programa de gobierno incluya la creación de un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.La propuesta otorga a la cartera la capacidad para “diseñar, articular y evaluar una política adecuada a los desafíos del siglo XXI”, fortalecer “la especificidad de los poderes del Estado y dotar de un mejor orden institucional a diversas competencias que hoy aparecen dispersas”.
Es en los temas Economía, Educación y Defensa donde salen a la superficie las diferentes visiones, pero un tema que surge como las nuevas visiones de la sociedad, los feminismos, impulsó que en el programa de gobierno se incluyera la creación del ministerio de la Mujer, propuesta que no prosperó
Tampoco fue aprobada una propuesta de eliminar los liceos militares, ni la universalización estatal de la educación. Lo económico es donde se concentró el mayor esfuerzo para lograr sintonías, con un programa que de alguna manera “atara” con sus definiciones al nuevo equipo económico, de cara a las enormes deudas que dejará el gobierno de la coalición derechista.
La comisión que elaboró el programa económico realizó agregados y pocas sustituciones, como la de desplegar una Estrategia Nacional de Desarrollo a largo plazo, lo que conlleva retomar la planificación estratégica por parte del Estado sobre la base de las actuales empresas públicas y otros instrumentos que puedan crearse, con objetivos a corto, mediano y largo plazo.
La Estrategia Nacional de Desarrollo planteada debe incluir la participación de diferentes actores de la sociedad, en particular los trabajadores. Además, entre los instrumentos se incluyen los incentivos fiscales que deberán reorientarse a los objetivos del plan, para uso más eficiente de los recursos públicos. También se enfocarán en el mismo sentido las compras públicas y el crédito para el desarrollo productivo, señaló el cónclave.
Asimismo, decidió planes que eviten la concentración de la tierra, así como revertir el desmantelamiento del Instituto Nacional de Colonización y potenciar sus funciones a efectos de fortalecer las políticas de adquisición de tierras para facilitar el acceso a la producción familiar con énfasis en mujeres y jóvenes, repoblar la campaña, dar un apoyo integral a los colonos y promover la gestión cooperativa con base en diversificar los tipos de propiedad de la tierra ante el actual modelo predominante.
También decidió tomar las medidas necesarias para combatir los monopolios privados en los puertos, fortaleciendo la capacidad reguladora del Estado, en defensa de la soberanía nacional, e impulsar la implementación de proyectos piloto de redes de producción en base a modelos asociativos y cooperativos de la economía social y solidaria, facilitados por las tecnologías de la información.
Todo ésto, logrando coordinar inversiones, logística, comercialización y economías de escala y complementariedad entre pequeñas empresas y cooperativas, mejorando su competitividad frente a grandes capitales. Incluyendo las cooperativas de trabajo vinculadas con los temas ambientales, recolección de residuos, reciclaje, entre otras.
Añadió que se debe reglamentar el artículo 9 de la ley de política nacional de aguas integrando los aspectos que inhiban las asimetrías entre los actores sociales y productivos, además de priorizar la concreción del Proyecto Casupá y proyectos complementarios tendientes a asegurar el abastecimiento de agua potable.
En lo laboral, atendiendo a los cambios en el mundo del trabajo, se impulsará implementar la reducción de la jornada laboral, con una jornada diaria máxima de 8 horas y semanal máxima será de 40 horas, sin desmedro de los sectores que ya cuenten con regímenes más beneficiosos que los mantendrán.
El Congreso del FA decidió asimismo avanzar en la transformación del sistema tributario reduciendo impuestos al consumo y fortaleciendo la imposición a la renta, el gran capital y el patrimonio con el criterio de progresividad. Con el objetivo de avanzar en la reducción de la desigualdad, estudiar las formas para incrementar el aporte fiscal por concepto de dividendos y utilidades, así como los patrimonios y las transferencias patrimoniales de muy alto porte y los depósitos en el exterior.
Las modificaciones en la política tributaria tendrán como concepto que paguen más los que tienen más riqueza y más ingresos, aliviando la carga tributaria sobre los que menos tienen. Se propone como objetivo la reducción del IVA a los bienes y servicios de primera necesidad, teniendo a un IVA personalizado.
Las encuestas siguen manteniendo a Yamandú Orsi encabezando las intenciones de voto, tanto dentro del FA como en el país, seguido a unos 10 puntos por el candidato oficialista Álvaro Delgado, secretario de la Presidencia de Luis Lacalle.
*Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)