¿Cuánto ganan los bancos en Venezuela?
José Gregorio Piña T.|
La intermediación financiera es la función esencial de la banca y consiste en la captación de recursos líquidos excedentes del público depositante, para dirigirlos a cubrir la demanda de préstamos del público con necesidades de financiamiento. Volvemos con este tema, el cual ya hemos tratado en años pasados [1], actualizando los cálculos con las cifras del segundo semestre de 2015 de los Estados Financieros de la banca venezolana.
La definición usual de margen de intermediación de un banco es la diferencia en puntos porcentuales entre la tasa de interés que paga a sus depositantes o tasa pasiva; y la tasa de interés que cobra por los créditos que concede o tasa activa. En la práctica, ambas tasas están conformadas por un agregado de diversas tasas para grupos de operaciones y clientes.
Siempre hemos sostenido que presentar el margen de intermediación como la simple diferencia entre la tasa promedio de los créditos comerciales y la tasa de los depósitos a plazo fijo (DPF), tal y como las divulga el Banco Central de Venezuela, es un enfoque inadecuado y sesgado, concebido en pasadas décadas y que a la fecha no ha sido corregido.
Ello es así, porque ambas tasas no son representativas de toda la gama; especialmente en el caso de la tasa pasiva, ya que la tasa máxima pagada a los DPF sólo es cancelada al 1,23% de todos los depósitos y un 60% de los depósitos no es remunerado, mientras que otro 23% recibe un interés ínfimo.
El cálculo debe tener un enfoque contable, directo y que pondere la totalidad de operaciones; debe ser llevado por la Sudeban, con base en el detalle de los estados financieros mensuales de los bancos (enfoque ex post).
Es muy sencillo: se divide la totalidad de los “ingresos por cartera de créditos” entre la cartera promedio de créditos para el lapso respectivo, se anualiza y se tiene la tasa activa efectiva. Igualmente, se divide la totalidad de los “gastos por captaciones del público” entre el total de las captaciones promedio del público para el lapso respectivo, se anualiza y se tiene la tasa pasiva efectiva.
Actualizamos esos cálculos detallados para el segundo semestre de 2015, y pudimos determinar que la tasa activa efectiva del Sistema Financiero Nacional en dicho lapso fue de 22,12%; mientras que la tasa pasiva efectiva fue de apenas 3,14%; lo que arroja un margen de intermediación efectivo (Spread Absoluto Efectivo) de 18,98%; margen que con las magnitudes del lapso analizado representaría en el año un diferencial favorable en la intermediación de Bs. F. 176 millardos. En términos relativos, la tasa activa efectiva supera 6 veces a la tasa pasiva efectiva.
Entrando a distinguir entre la banca del Estado y la banca de capital privado, observamos que la primera ha disminuido su mismo margen de intermediación efectivo, el cual arroja para el semestre considerado un valor de 15,65%; resultado de una tasa activa efectiva de 17,14% y una tasa pasiva efectiva de apenas 1,49%; valor este último resultado de tener menor cantidad de depósitos remunerados.
En contraparte, la banca privada aumentó su margen de intermediación efectivo, el cual se elevó en el segundo semestre de 2015 hasta el 21,05%; con una tasa activa efectiva muy alta, 24,93%; y una tasa pasiva efectiva de 3,88%.
Las cifras anteriores indican que la banca privada está prestando a sus clientes a una tasa de interés efectiva promedio 45,5% más elevada que la tasa activa promedio de la Banca del Estado.
Por otra parte, la banca privada tiene un margen financiero relativo (tasa activa efectiva / tasa pasiva efectiva) de 6,42 veces; mientras que la banca del Estado tiene un margen financiero relativo de 11,51 veces; lo que aunado a que tiene gastos administrativos y de personal un 37% inferiores a la banca privada (la cual infla los sueldos de los altos ejecutivos y los gastos operativos), evidencia que aún tiene margen para disminuir su tasa activa efectiva.
Durante años hemos defendido un modelo de fijación del Encaje Legal dinámico y diferenciado, para que deje de ser algo mecánico y cumpla su rol teórico de instrumento de política monetaria; en concordancia con el resto de políticas económicas del Estado, asociado a las variables de porcentaje de intermediación y de margen de intermediación efectivo de cada banco; enfoque posible dentro del marco legal del BCV desde su creación, mas nunca aplicado por falta, a nuestro juicio, de visión de Estado.
En tal sentido, debemos reseñar el loable hecho, que amerita una felicitación para el Ejecutivo Nacional, de que por primera vez la banca del Estado presenta un porcentaje de intermediación, proporción de los depósitos del público dedicado a la concesión de créditos, mayor que el de la banca privada. La banca del Estado en su conjunto tuvo un margen de intermediación al cierre de 2015 del 61,89% (valor atribuible sólo al mérito de los bancos de Venezuela y del Tesoro), contra el 57,19% de la banca privada.
Aunque excede al año 2015, debemos agregar que al cierre de abril de 2016, última información disponible a la fecha de elaboración de este análisis, la banca del Estado presenta un margen de intermediación del 69,50%; con la observación de que dicho porcentaje de intermediación de la banca del Estado podría ser mejor aún, si se evita la proliferación de bancos públicos innecesarios y contraproducentes, fusionando todos los bancos del Estado en un único banco eficaz y eficiente; asunto que tenemos años planteando, con sobrada argumentación a favor.[ ].
Notas:
1 Ver: http://www.aporrea.org/actualidad/a123587.html y http://www.aporrea.org/contraloria/a125534.html
3 Ver: http://www.aporrea.org/contraloria/a88712.html; http://ciudadccs.info/no-camarada-un-solo-banco-y-sobra/ y http://www.aporrea.org/actualidad/a195432.html