Cristina en Asia, mirando con el rabo del ojo la actualidad argentina
JUAN GUAHÁN| Este domingo termina en Hanoi (Vietnam) la gira asiática de la Presidenta argentina, que también abarcó Indonesia y los Emiratos Árabes. Desde los hoteles, en los espacios libres, entre reunión y reunión, Cristina siguió mirando, por el rabo del ojo, los acontecimientos del país. Paritarias e inflación son la principales preocupaciones.
En Hanoi la capital de Vietnam la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y una vasta delegación, integrada por más de 200 empresarios, culminan su gira asiática. Antes habían estado en Ho Chi Minh (ex Saigón, durante muchos años capital de Viet-Nam del Sur) y las capitales de Indonesia y Emiratos Árabes Unidos, Yakarta y Abu Dhabi, respectivamente.
En los Emiratos Árabes Unidos, una federación de 7 emiratos fuertemente autónomos con un gran potencial financiero producto de su petróleo, el centro del interés mutuo estuvo concentrado en el conocido binomio de alimentos por energía. También se firmaron acuerdos en materia nuclear, en cuestiones vinculadas a desarrollos tecnológicos de uso pacífico. Hay un particular interés de ese país en el tema de pequeños reactores nucleares, que son parte de nuestra especialización. Un importante grupo de empresario de los emiratos visitará la Argentina, para cerrar negocios y analizar inversiones.
Antes, la Presidenta, había participado –en la misma Abu Dhabi- de la Apertura de la Cumbre de Energía, de la que también formó parte el Presidente de Francia. Allí pidió un mayor compromiso con el medio ambiente, el combate a la pobreza y la equidad entre las naciones.
Siguió la gira en Indonesia. Este país, con una población que supera los 240 millones de habitantes, es –después de China- nuestro mercado más importante en el sudeste asiático. Integra, al igual que Argentina, el G-20 y nuestras posiciones internacionales en materia comercial son muy parecidas. Allí Cristina reclamó “reglas claras” para el comercio internacional, criticó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) por exigencias –como que dejemos de lado subsidios agrícolas- los cuales históricamente fueron incumplidas y que no suelen hacerse a las grandes potencias, propuso la reforma de los organismos internacionales y pidió una negociación por Malvinas. Definió a su país como “emergente” y ratificó que su objetivo es ampliar la clase media.
En Vietnam, última etapa de la gira, luego de las visitas protocolares y de haber recorrido los sitios en los cuales se desarrolló la resistencia vietnamita a la invasión norteamericana, se reunió con el Presidente de ese país, poniendo fin a esta gira.
Paritaria e inflación
Mientras atendía las cuestiones vinculadas a la gira que acabamos de comentar, la Presidenta no se “desenchufó” de lo que está pasando dentro del país. El tema de mayor impacto para los próximos meses, incluido el proceso electoral, es la evolución de lo que acontezca en materia de paritarias e inflación.
Es sabido que estas cuestiones tienen que ver con el proceso de reajuste salarial que afecta a millones de compatriotas y con los precios tienen que ver con la vida de todos, absolutamente todos nuestros compatriotas.
Sobre esta última cuestión, aunque se trate de temas distintos suelen asimilarse los conceptos de “Índice de Precios al Consumidor”-IPC, la inflación y el costo de vida. El primero mide la evolución de los precios de un conjunto de bienes y servicios representativos del consumo de los hogares; la inflación incorpora otras variaciones de precios, entre ellos, los productos exportados y el consumo intermedio de industrias. Mientras que el costo de vida es un concepto teórico respecto a la variación de gastos de un consumidor promedio para mantener su nivel de satisfacción o nivel de vida.
Dicho esto se puede concluir que los datos que suelen denominarse “inflación” en realidad corresponden al Índice de Precios del Consumidor. Para el año pasado esa cifra, para el INDEC tuvo un incremento del 10,8%; para la síntesis que hacen los legisladores, de los datos proporcionados por las consultoras privadas, ella fue del 25,6%.
El gobierno alienta que los acuerdos salariales de este año no prevean aumentos superiores al 20%. De todas maneras plantean redondear esas cifras con otras dos variables. Una tiene que ver con subir el “mínimo no imponible”. La otra con la productividad. Los sindicatos no acuerdan con este criterio.
Ese es el juego del gobierno. Por el otro lado las organizaciones sindicales quieren llevar ese aumento al 25%.
Algunos conflictos sindicales y su resolución van indicando una tendencia.
El Sindicato de los Empleados y Obreros de la Enseñanza Privada (Saeoep), del personal no docente de universidades y colegios privados, y los cosechadores de fruta de Río Negro y Neuquén, que forman parte de la Unión de Trabajadores Rurales (Uatre), acordaron subas del 25%. Estos acuerdos aún no fueron homologados por el Ministerio de Trabajo.
En general los gremios más grandes plantean hacer dos ajustes paritarios, uno ahora y otro, más adelante.
El gremio bancario acaba de cerrar un acuerdo de tres meses, que serviría de base a la paritaria del mes de marzo. Ese aumento llega a marzo con un aumento del 24,3%. Cabe aclarar que ellos tienen como antecedente que su patronal, los bancos, han incrementado sus ganancias, respecto al 2011, en un 41%.
El empresariado reaccionó con fuerza. José Ignacio de Mendiguren, quien está al frente de la Unión Industrial Argentina (UIA), que suele tener posiciones cercanas al gobierno, aunque en este caso se distanció claramente, dijo “Que no sea un problema de posicionamiento interno de un gremio para que se ponga arriba de otro. Ya tuvimos eso en los 70, cuando Lorenzo Miguel (titular de la UOM) arreglaba, y lo que era el techo de un gremio después era el piso del otro. Eso terminó en el Rodrigazo”.
Recordemos que el “Rodrigazo” fue el nombre con el que quedaron grabadas una serie de políticas hechas por Celestino Rodrigo, el ministro de Economía de Isabel Perón a mediados de 1975. Las tarifas de servicios y transporte subieron un 100% y los salarios solo el 45%. Todo terminó en paros y gigantescas movilizaciones. Se produjo la renuncia del Ministro y el fin del reinado de José López Rega.
Al dirigente de la UIA le respondieron con dureza desde el sindicalismo y el gobierno. Desde la CGT dijeron que el problema inflacionario son los formadores y precios y no los trabajadores y sus salarios; desde el gobierno las calificaron de “poco felices” y “un disparate total”.
Los últimos datos y discusiones sobre los incrementos de tarifas, ya producidos y los por venir, no ayudan a calmar las aguas.
La preocupación en el gobierno crece cuando observa que, en estos reclamos, no hay mucha diferencia entre sindicatos oficialistas y opositores.