Stelling: Pasiones desatadas/ Britto García: Apagón/ JM Rodríguez: Fe y socialismo

Gran Marcha antiimperialista PDVSA es del Pueblo llega a Miraflores 31/01/2019 Foto: Cortesía Prensa Miraflores

Pasiones desatadas

Maryclén Stelling|

En la coyuntura  política actual,  el apagón indudablemente constituye uno de los más  importantes hitos de los últimos tiempos, afectando fuertemente la subjetividad personal y colectiva, en tanto fuerzas motrices del  propio accionar político.

A pesar de la urgente necesidad de diálogo y consenso,  se imponen los antagonismos y las confrontaciones, inherentes  a la emocionalidad  que subyace a una supuesta “racionalidad” política. Lugar desde donde  se articulan  dimensiones simbólicas, emocionales y prácticas.

Trama subjetiva que nos define e identifica;  nos impulsa a actuar y nos relaciona con el “otro”, concebido en términos morales y no políticos,  percibido, además, como un enemigo en vez de un adversario. En casos extremos nos sentimos  condenados  a un destino al que no podemos escapar y, por tanto,  lo asumimos con resignación e indiferencResultado de imagen para venezuela pasiones desatadasia.

En buena parte de la población venezolana se han instalado y fortalecido pasiones de odio, muerte y destrucción.  Poderosa emocionalidad que  ha invadido todas las esferas de la vida, ante la pasividad individual, social y cultural.  En los discursos, narrativas y en el propio accionar político confluyen y se confrontan crisis, emociones y sentimientos en desmedro de la  razón.  Papel primordial juega el poder transmedia, suerte de “maquina discursiva”, que intencionalmente  alimenta tal subjetividad política.

Detrás de una supuesta racionalidad, subyace una potente subjetividad que desata lo que se denominan  “pasiones tristes”: el miedo, el dolor, la insolidaridad, el odio, la envidia, el resentimiento, la venganza, la crueldad y la muerte.  Desde esa plataforma subjetiva, lanza Guaidó su arenga sobre el costo político de la transición,  cuando, enfático, afirma “para nosotros no es costo (…) es inversión en futuro”.  Y, apelando  a las pasiones tristes, remata con una suerte de amenaza: “estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario por la libertad (…) No hay miedo”.

No hay que desmeritar entonces el papel de las sensibilidades, sentimientos, afectividad  y pasiones desatadas, que sin duda conducen a la profundización del antagonismo y la confrontación.

En ese contexto, ¿Cómo derrotar la lógica de la guerra? ¿Cómo apartarnos de las prácticas violentas de representación y participación?  ¿Cómo reconstruir el tejido social?  ¿Cómo abrirse a nuevas miradas sobre la convivencia, el dialogo, la concertación?

Apagón

Luis Britto García|

Desaparece de las pantallas la infección de la publicidad engañosa y la putrefacción de las fake news.

Momificados quedan los espectros de la propaganda que golpea el inconsciente y de la seducción subliminal.

Se oscurecen los visores hipnóticos de la realidad virtual y resplandece la insobornable mirada de la realidad real.

Callan los altoparlantes del demagogo y se paralizan las rotativas de la fábrica de mentiras.

A oscuras quedan los templos del consumismo y sin memoria las cajas registradoras del endeudamiento.

Languidecen las calculadoras de los dividendos y se extinguen las letrinas de los Big Data.

En fantasmagorías se tornan las redes que calculan los superbeneficios especulativos, en espectros los bancos que chupan la sangre y la savia del mundo.

No arrancan los motores del ataúd flotante que comercia con  migrantes clandestinos ni los del desvencijado camión del tráfico de personas.

Se paralizan las maquilas que exprimen el sudor de los nuevos esclavos y los campos de trabajo forzado de las prisiones imperiales.

A la deriva oscilan los aviones Hércules y los yates Morgan que transportan los paraísos artificiales del Imperio de la droga.

Se convierten las megalópolis en cementerios y las columnas de tanques en depósitos de chatarra.

Sólo los cirios alumbran la catedral desierta del falso profeta y la sacristía abominable del cura paidófilo.

No se fabrica el fertilizante para las cosechas ni el escupitajo tóxico del agente naranja.

Las plagas asaltan las ciudades indefensas sin insecticidas y los depósitos de alimentos que se pudren sin refrigerantes.

Se disuelven las encriptaciones que protegen los Paraísos Fiscales, las empresas ficticias, las cuentas secretas de los amos del mundo.

A tierra caen los drones del espionaje y del asesinato selectivo.

Inertes duermen las redes cibernéticas del espionaje que intercepta el teléfono móvil, del GPS  que monitorea la posición de la víctima, de los archivos que almacenan cada correo, cada conversación, cada pensamiento.

Atascados quedan los motoblindados de las operaciones para expulsar desplazados y las palas mecánicas que sepultan falsos positivos.

No pueden elevarse los bombarderos de la hegemonía ni zarpar los submarinos de la destrucción masiva.

Todo  ocurre el día cuando los países que producen energía fósil barata dejan de regalársela a sus verdugos.

Fe y socialismo

JM. Rodríguez

Hace poco escribí algo sobre las verdades poseídas y me llegaron opiniones polémicas, así que trataré de profundizar en ello, cosa nada fácil. Alguien que no recuerdo, describió con claridad las verdades poseídas: un estado de la mente en el que un individuo tienen como verdadera la interpretación que hizo sobre un suceso o cosa… Pues bien, es a eso que me refería, al baipaseo de las áreas analíticas del cerebro. Lo llaman fe. 

Evito cuestionar las convicciones religiosas cuando ellas tienen que ver con la íntima espiritualidad de cada quien. Pero, cuando se hacen análisis políticos no sobre hechos sucedidos sino sustentados en verdades poseídas, se pone en evidencia un claro desprecio por quienes escuchan o, es una irritante estupidez. Lo primero es repudiable, lo otro irremediable

Decía Nietzsche en su breve libro “La verdad y la mentira”, que hay gente que inventa irrealidades hasta hacerlas creíbles para lograr transformar la fe en realidades. Y nuestro Briceño Guerrero escribió: Sólo existe realidad y consciencia… Y lo complementaba de esta manera: la realidad es estructura, la consciencia no… Colocaba el conocimiento en la realidad, en tanto fuera verdadero… Entendamos con sencillez la palabra consciencia: la capacidad de reconocer y percibir la realidad…

El desprecio por la gente es propio de ideologías conservadoras y patriarcales. Se manifiesta, sobre todo, con la ausencia sistemática de evidencias que acompañe sus argumentos. Lo asumen como verdad de Perogrullo, aunque en realidad es la forma de disimular aquel “lo que sirva a mis intereses es bueno”. De ahí que conviertan en su amen la expresión de todos los gurús de derecha: la sociedad no existe, existen los individuos… Y tienen de su lado la hegemonía económica, política y cultural en buena parte del mundo para convertir la sinrazón en “razón instrumental”.

Peor aún es que tal baipaseo analítico ocurra también en la izquierda. Los que luchamos por el socialismo ya hemos vivido las terribles consecuencias de arrojar sombras sobre la voluntad colectiva. Ha sido totalmente intencional que la dirección en la construcción del Estado socialista, no sea, como decía Cabrujas, un asunto contingente, sino la excusa para convertir el protagonismo de la sociedad en florero.