Maduro llama a nueva Constituyente / Lección de esquizofrenia
El presidente venezolano Nicolás Maduro anunció el primero de mayo que convocaría a una Asamblea Nacional Constituyente “originaria” para refundar las estructuras del Estado y derrotar el “Golpe de Estado” desatado por la oposición. El mandatario también anunció un aumento del 60 por ciento del salario mínimo.
“Hoy, 1º de mayo, anuncio que en uso de mis atribuciones presidenciales como jefe de Estado constitucional de acuerdo al artículo 347 de la Constitución convoco al poder constituyente originario para que la clase obrera y el pueblo en un proceso popular constituyente convoque a una Asamblea Nacional Constituyente”, dijo Maduro durante un acto en el centro de Caracas.
“Yo convoco al poder constituyente originario para lograr la paz que necesita la República, para derrotar a la violencia fascista”, manifestó el presidente, que ha enfrentado un mes de protestas opositoras que han dejado un saldo de 30 fallecidos y centenares de heridos y detenidos.
Maduro indicó que activará una “Constituyente ciudadana, no de partidos políticos”, por lo que la misma sería “electa con el voto directo del pueblo para elegir unos 500 constituyentes, aproximadamente”, al tiempo que “unos 200” serían elegidos directamente por los movimientos sociales como los sindicatos, el “poder popular”, los indígenas, grupos de la “sexodiversidad” o las mujeres organizadas.
El gobernante no aclaró si la Constituyente se encargaría de redactar una nueva Constitución o se limitaría a reformar la actual Carta Magna, aprobada por referéndum en diciembre de 1999 tras un proceso convocado por el fallecido presidente Hugo Chávez. Maduro sostuvo que la Asamblea Constituyente tendría como objetivo “reformar el Estado, sobre todo esa Asamblea Nacional podrida que está allí”, que cuenta con una clara mayoría opositora tras las elecciones parlamentarias celebradas en diciembre de 2015.
El jefe del Estado aseguró que “la oposición venezolana trancó el juego, no quiere diálogo, rechazaron el cronograma electoral del año pasado”. El jefe del Estado dijo además que la oposición nacional pretende una “intervención” del país. “Yo no me voy a cansar de buscar la paz a través de los instrumentos consctitucionales que tengo”, reiteró.
“No han podido incendiar el país, pero han hecho daño”, aseveró el Presidente en relación a las protestas contra su Gobierno, que hasta la fecha han dejado en total 29 venezolanos fallecidos por la violencia generada en las calles. “Ellos no se van a detener en su embestida fascista y nos toca detenerlos con la Constitución (…) No hay una sola alternativa en la oposición para la paz”.
Textualmente, la Constitución de 1999 señala en su Capítulo III. De la Asamblea Nacional Constituyente:. Artículo 347. El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.
Asimismo, el Artículo 349, dice: El Presidente o Presidenta de la República no podrá objetar la nueva Constitución. Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente. Una vez promulgada la nueva Constitución, ésta se publicará en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela o en la Gaceta de la Asamblea Nacional Constituyente.
Los puntos que según Maduro abordaría la nueva Constituyente:
1. Ganar la paz y garantizar los valores de la justicia.
2. Ampliar y perfeccionar el sistema económico venezolano, para dejar instalado un sistema postpetrolero.
3. Constitucionalizar las misiones y grandes misiones creadas por el expresidente Hugo Chávez.
4. Funcionamiento del Sistema de Seguridad, Justicia y Sistema Judicial.
5. Nuevas formas de la democracia directa y participativa.
6. Defensa de la Soberanía Nacional.
7. Identidad cultural, la nueva venezolanidad.
8. La garantía del futuro: Derechos sociales de la juventud. Agregar un capítulo de derechos y deberes de la juventud.
La oposición
La oposición venezolana llamó a rebelarse contra la convocatoria de Maduro a la Asamblea Constituyente, advirtiendo que reafirma un “golpe de Estado” para evadir elecciones. “Es una estafa para engañar al pueblo con un mecanismo que no es otra cosa que agravar el golpe de Estado y buscar con la Constitución destruir la propia Constitución, la democracia y el voto”, denunció en rueda de prensa Julio Borges, presidente del Parlamento, de mayoría opositora.
“Llamamos a rebelarse al pueblo y no aceptar este golpe. Lo que está proponiendo Maduro en su desesperación es que Venezuela más nunca logre votar en unas elecciones directas, libres y democráticas”, agregó el diputado sobre la propuesta para cambiar la Carta Magna.
Constituyente, elecciones
Elías Jaua, nombrado por el presidente Maduro como encargado de la comisión presidencial que explicará a los venezolanos los alcances de la Asamblea Nacional Constituyente, afirmó este martes que “no le tenemos miedo al pueblo, vamos a contarnos, vamos a elecciones”, tras considerar que en Venezuela no existen las condiciones para ir a procesos de elecciones en paz y dijo que para eso será la Constituyente.
“No hay condiciones de normalidad para ir a unas elecciones regionales y presidenciales con normalidad (…) Queremos ir a elecciones, pero queremos garantías que la oposición respetará los resultados como hemos hecho nosotros”, manifestó a Venezolana de Televisión. “Es claro que en el 2018 tienen que haber elecciones presidenciales (…) Del lado de la contrarrevolución lo que hay es la intención de derrocar por la vía violenta”.
No se necesita referendo
“La convocatoria a la Constituyente no necesita referendo consultivo para su aprobación”, señaló la constitucionalista Olga Álvarez, quien afirmpó que es falso que al igual que en el proceso de 1999 la convocatoria del Presidente en Consejo de Ministros debe ser aprobada en Referendo Popular.
“Esto es falso. En el proceso que derivó en la Constitución Bolivariana, se hizo un referendo consultivo para preguntarle al pueblo si queria ir a un proceso constiruyente por una única razón: la Constitucion del 61 no permitia ir a un proceso constituyente originario, entonces la Corte Suprema resolvió que al existir la posibilidad de referendos consultivos por Ley y dado que el Poder Constiruyente Originario existe aunque la constitución no le reconozca, entonces debia hacerse esa consulta de interés nacional al Pueblo”, señaló.
Con el referendo consultivo, en aquella oportunidad, se levantó el cerrojo constitucional, añadió la jurista.
Anexo:
Lección de esquizofrenia: Los nombres, las cosas y la Asamblea Constituyente de Maduro
Carlos Carcione| Cuando “socialismo” es sinónimo de zonas económicas especiales para desarrollar el más despiadado capitalismo. Cuando se habla de “minería ecológica” y se instaura un ministerio con ese nombre para designar a la barbarie extractivista del Arco Minero del Orinoco. Cuando “democracia” es igual a manipulación autoritaria por parte del ejecutivo, de todos los poderes públicos contemplados en la actual y vigente Constitución de Chávez.
Cuando “poder popular” significa, en el lenguaje de la cúpula, órganos administrativos locales de control clientelar social y político y distribución de la miseria por medio de los CLAPs, cuando sólo se realizan elecciones en los espacios, cada vez más reducidos, donde el PSUV se asegura el triunfo. Los nombres y los contenidos de las cosas que señalan han perdido toda correspondencia.
Esto sucede con la convocatoria de Maduro a la Asamblea Constituyente “Popular”. Una Asamblea Constituyente sin partidos, sin referendo para aprobar la convocatoria y sin referendo para sancionarla, como si ocurrió con la Constitución del 99. Una “Constituyente” donde los constituyentistas serán elegidos por mitades, entre unos organismos del “poder popular” dedicado como decíamos, a cumplir las tareas que les asigna el Estado, Burgués por cierto, y el Partido Único de Venezuela, y un espacio “territorial” para cumplir la cuota que corresponde a gobernadores y alcaldes psuvistas.
Una “Constituyente” para que menos de la mitad del país apruebe la supuesta “radicalización” de un “socialismo” como el que señalamos al inicio de esta nota. Una “Constituyente” con la que se terminan de suspender las elecciones, se elimina toda posibilidad de legalizar partidos excepto el PSUV, y se eterniza el control alimentario del país, los salarios miserables, el desabastecimiento programado o no, el desfalco continuado a la nación y el pago de una deuda externa a todas luces ilegitima. Una Constituyente que “superará” la dependencia del petróleo, podemos imaginar cómo y a que costo, y sin ninguna duda podemos afirmar que será con la liquidación y descuartizamiento de PDVSA. Ya se ha dado el primer paso en este camino habiendo hipotecado CITGO para pagar deuda externa.
Una Constituyente cuya parte económica la escribirá sin dudas el capital transnacional de la Barrick Gold y las grandes petroleras, y los Cisneros y los Vollmer en nombre de la mafia burguesa local. En la que la decadente nomenclatura deposita su vana ilusión de permanencia, en el reparto y administración de la renta nacional y el control del Estado. Y lo peor una Constituyente que legitima de manera desgraciada a la oposición neoliberal de la MUD y a sus sectores más extremos y foquistas como si se estuviera buscando provocar una conmoción, un desastre. Y que brinda una excusa de oro para que el mismo gran capital y sus gobiernos imperialistas extorsionen a esa nomenclatura pusilánime para repartirse el país en las mejores condiciones.
La izquierda del GPP, la de Latinoamérica y la mundial que apoya este esperpento en el que se ha convertido la cúpula del PSUV, y que se alegran con la “buena noticia” de la “Constituyente Popular”, esa izquierda boba, stalinoide, autoritaria, correrá a felicitar a un gobierno que acaba de clavarle el puñal por la espalda a la obra mejor de Chávez, y que lo hace justo en el momento en que es más necesaria que nunca, para evitar una escalada de violencia que puede convertirse en imparable. Esa izquierda quedará manchada por siempre con el estigma de la indignidad y la ignorancia.
Sin embargo el futuro no está escrito. Nunca lo ha estado. Con esta convocatoria del gobierno se abre un nuevo capítulo en la lucha por el rescate de las conquistas del Proceso Bolivariano y por la refundación de una izquierda verdadera y no domesticada por la defensa de sus miserables “espacios” de poder. Será una lucha desigual y difícil, pero no se ha podido demostrar nunca qué difícil sea sinónimo de imposible. Confiemos en la voluntad de un pueblo que venció adversidades mayores, que se levantó cuando todo parecía perdido, que arriesgó a pesar de las dificultades. Confiemos en el pueblo de Bolívar.
Foto principal: Marcos Salgado – Question