Cumbre borrascosa: Correa exige que el BM pida disculpas a Latinoamérica
INFORME Q| El presidente de Ecuador, Rafael Correa, protestó este sábado por la presencia en la sesión plenaria de la XXI Cumbre Iberoamericana de la vicepresidenta del Banco Mundial (BM), Pamela Cox, a quien acusó de haber cancelado en 2005 un crédito de 200 millones de dólares para su país, como medio de “chantaje” a Quito para que aplicara una política económica en favor de los “grandes capitales” e “intereses hegemónicos extrarregionales”.
Casi la mitad de los mandatarios de la región se abstuvieron de asistir por razones de política interior, estableciendo un récord de ausentismo en estas reuniones impulsadas por España, que fue la que invitó a los personeros del Banco Mundial sin pedir el consenso de los mandatarios de la región. Los 10 gobernantes de los 22 convocados que no viajaron a la capital paraguaya son Cristina Fernández, de Argentina; Dilma Rousseff, de Brasil; Hugo Chávez, de Venezuela; Juan Manuel Santos, de Colombia; Raúl Castro, de Cuba; Laura Chinchilla, de Costa Rica; Porfirio Lobo, de Honduras; Daniel Ortega, de Nicaragua; Mauricio Funes, de El Salvador, y José Mujica, de Uruguay.
Correa se retiró por unos minutos de la sesión plenaria de la cumbre cuando el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, anfitrión de la cita, anunció la participación de la estadunidense Cox para exponer “los dos escenarios” de la crisis financiera internacional desatada en Estados Unidos en 2008 y recrudecida este año por los problemas presupuestales de Grecia, España e Italia. l gobernante alzó el brazo, pidió la palabra y, airado, dijo que se retiraba de la sala, a la que volvió después de la conferencia de Cox. Cuando llegó su turno en la reunión, Correa explicó las razones de su ausencia a los representantes de los 22 países iberoamericanos, aunque previamente hizo algunas declaraciones a la prensa.
“En un foro iberoamericano, ¿por qué tengo que escuchar las cátedras de la vicepresidenta del Banco Mundial, que chantajeó abiertamente a mi país”?, afirmó Correa en un suburbio de la capital paraguaya, pocos minutos después de iniciada la cumbre. “¿Hasta cuándo vamos a soportar esas cosas, a liberarnos del neocolonialismo?”, dijo el mandatario. “Si quiere el Banco Mundial hacer una exposición, que empiece ofreciendo disculpas a América Latina por todo el daño que hizo, que fue y sigue siendo uno de los principales impulsores del neoliberalismo”, afirmó. “Algo tiene que cambiar en América Latina”, insistió el gobernante, que luego señaló: “Vine a Paraguay a escuchar a los presidentes de Iberoamérica, no a los burócratas internacionales”.
Tras la salida de Correa, Lugo trató de sortear el incidente con el argumento de que la cumbre es “un foro abierto, amplio, donde se escucha a las personas, las ideas”.
Después de la intervención de Cox, el presidente Correa –economista y ex funcionario del Banco Mundial, a principios de la década pasada–, criticó también al secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el mexicano José Ángel Gurría, por venir a “dar cátedra” sobre el manejo de la economía de la región. Sugirió además que este organismo, con sede en París, invite a un representante de América Latina para dictar lecciones sobre cómo resolver sus crisis fiscales.
Durante la alocución del ecuatoriano, Cox se mantuvo en silencio y eludió hacer comentarios públicos sobre el caso. El vocero de la institución con sede en Washington, Sergio Jellinek, dijo más tarde que “el ataque de Correa fue personal y lo lamentamos mucho”, porque, según él, estuvo “fuera de lugar y fuera de contexto”.
Correa asumió la presidencia de Ecuador en enero de 2007 y desde entonces ha impulsado una serie de cambios políticos y económicos, que llevaron al país a formular una nueva Carta Magna, vigente desde 2008, que reivindica el papel del Estado en la economía y recupera para la nación los bienes del subsuelo. El mandatario relató en la plenaria de la cumbre que al llegar al poder expulsó al representante del Banco Mundial en Quito, y dijo: “es hora de hacernos respetar; hay que superar el neocolonialismo”.
La cumbre tuvo como tema central la “transformación del Estado y el desarrollo”, y Correa también fue enfático en este asunto, al señalar que “cambiar las relaciones de poder y la naturaleza de nuestros estados es el punto de partida” para transformarlos de entidades “históricamente burguesas” a “estados populares”. Asimismo, cuestionó la validez de las frecuentes reuniones de mandatarios y parafraseó a su colega venezolano, al apuntar: “cuidado, nuestros pueblos se cansan de que nosotros sigamos en las cumbres y ellos en el abismo”.
Por su parte, el presidente de Perú, Ollanta Humala, también se pronunció en favor de un cambio en las relaciones del Estado con los centros de poder económico. Relató que al día siguiente de ganar las elecciones presidenciales, el 10 de abril pasado, varios representantes empresariales fueron a verlo para que de inmediato revelara los nombres de las personas que ocuparían los puestos relacionados con las finanzas públicas, argumentando que el índice de la bolsa de valores se desplomaría si mantenía el suspenso. Acudieron “para que el presidente cediera ante la presión y se alineara con los poderes que han estado acostumbrados a gobernar al país”, recordó el peruano.
Lugo destacó a su vez que en América Latina “debemos fortalecer el Estado para hacer frente de manera efectiva a las demandas de nuestros pueblos. Hay que recuperarlo como centro de la actividad y el proyecto político”.
La declaración final de la Cumbre Iberoamericana fue aprobada con referencias a promover la transparencia en la administración pública y la recaudación tributaria, reducir la “brecha digital” y promover las tecnologías de comunicación e información. Asimismo, los asistentes condenaron el terrorismo, repudiaron el bloqueo estadunidense a Cuba y reiteraron el apoyo a Argentina en su reclamo soberano sobre las islas Malvinas.