Stelling: Las ambigüedades sobre la salud de Chávez dan pie a los oportunistas

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VANESSA DAVIS| La socióloga y analista comunicional Maryclen Stelling evalúa que, como las fuerzas capitalistas no han podido invadir físicamente a Venezuela, lo hacen mediante las corporaciones comunicacionales. Afirma, por otra parte, que las ambigüedades en cuanto a la salud del Jefe del Estado “continúan dando pie a los médicos oportunistas de turno y a las columnas de chismes políticos”.

Coven maryclen stellingrreo del Orinoco

Stelling identifica, en la actualidad, la existencia de una campaña mediática contra el Jefe del Estado con el pretexto de su salud, pero también estima
que no hay suficiente información oficial y que ello lleva a la gente a buscar noticias por cualquier parte. A su juicio, el tratamiento mediático de la afección del Mandatario Nacional es algo inédito.

Ambigüedades
–¿Cuál ha sido el comportamiento mediático con la enfermedad del Presidente?
–La enfermedad del presidente Chávez ha sido tratada desde dos perspectivas políticas: el Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP) ha hecho una reseña de la enfermedad respetuosa, con cierta reserva y muy apegada a los 26 o 27 boletinesque se nos ha dado sobre la salud.

Stelling observa dos etapas en la política comunicacional gubernamental: una, desde que el Jefe del Estado dijo que estaba enfermo y el 8 de diciembre de 2012, en la que “yo diría que hubo hasta desinformación sobre la salud del Presidente en la política oficial comunicacional y en el SNMP. Era algo que
no se trataba, se daban informaciones muy someras. Eso dio pie a que rumores se convirtieran en ‘informaciones’ y ciertas columnas de chismes en medios de oposición se convirtieran en el Oráculo de Delfos al que acudían chavistas y
antichavistas”.

La otra etapa comenzó el 8 de diciembre, cuando el mandatario hizo –según palabras de Javier Biardeau– su “testamento político”, y cambió “la política comunicacional oficial y el manejo sobre la salud del Presidente”. En su opinión, desde ese momento “hay mayor apertura, se informa sobre el curso que ha seguido el Presidente después de la operación, pero sin embargo no se profundiza en la salud del Presidente, no se conoce si su gravedad se debe al cáncer que tiene o a las complicaciones posoperatorias. Eso está muy ambiguo”.

Stelling evalúa que las ambigüedades “continúan dando pie a los médicos oportunistas de turno y a las columnas de chismes políticos; esto ocurre en menor medida porque hay más información, pero todavía quedan ciertos
vacíos que hacen que chavistas y antichavistas sigan acudiendo a otras fuentes de información”.

Cerco mediático internacional

Los “medios privados de oposición”, por su parte, se acogen “a la estrategia mediática internacional, que es eso que hemos llamado un cerco mediático
de Venezuela, en el sentido de que las informaciones que hay sobre el país pasan por ese cerco elaborado por la derecha internacional”.

Esa derecha “tiene también una intencionalidad política de deteriorar la ven Maryclen-Stelling1imagen del Presidente, de socavar el proceso de profundización del socialismo
del siglo XXI y desarticular la región latinoamericana y todos los intentos de integración que han sido liderados por Chávez”.

–¿Se están portando como medios? ¿Como partidos?
–Se están portando como actores políticos y actores con intereses financieros. Ahí está privando el interés financiero y el interés político, fundamentalmente.
Son corporaciones mediáticas; empresas que tienen intereses en otros  aspectos de la vida. Latinoamérica, además, es donde están los más importantes recursos del mundo; estos países industrializados han acabado con sus recursos naturales y necesitan acudir a otros espacios.

Antes de Chávez éramos un continente al servicio de los intereses de esos
países, apunta,  “pero con la presencia del Presidente, que desde el primer día habló de la integración y construyó mecanismos para ello, el continente es sólido y las diferencias políticas han cedido ante la necesidad de la unión.

Visto así, “Chávez es un peligro mundial” para el capitalismo, “y así es tratado por los medios”, indicó.

–¿El tratamiento de la enfermedad de Chávez es inédito?
–Creo que sí. Quizá porque como no nos han podido invadir físicamente, como ha pasado en otros países de Oriente, la invasión se hace mediáticamente.
Es la guerra de Cuarta Generación. Estamos siendo invadidos perversamente, y el azar ha colocado en el panorama mediático mundial la salud y la enfermedad
de Chávez. El azar se lo puso en bandeja de plata tanto a nuestra oposición como a esta estrategia mediática internacional, que es una estrategia
política y económica que utiliza los medios como una vía.

Pero al cerco mediático internacional, acota, “se está oponiendo un  importantísimo movimiento mundial de apoyo, tanto a Chávez en estos momentos, como al proceso venezolano. Hay movimientos mundiales de
apoyo al proceso venezolano, y hay una suerte de acuerdo de los mandatarios de la región latinoamericana para, pase lo que pase con Chávez, cercar positivamente el proceso venezolano”.

Algunas críticas

–¿Cuáles han sido los errores en cuanto a la política informativa sobre la enfermedad del Presidente?

–Creo que en la primera etapa había prácticamente desinformación.

–¿Y ahora? Porque ha habido una suerte de locura opositora desde el 31 de diciembre de 2012.
–Los partes que se dan oficialmente sobre la salud del Presidente son muy ambiguos. Sí informan que el Presidente tuvo una infección, está mejor,
apretó la mano con fuerza, habló, les mandó saludos a los niños. Pero, ¿qué conclusión puedes sacar de allí? Ninguna conclusión.

Stelling refiere que el alto gobierno debe saber la situación real, pero la oposición y el pueblo llano tienen “un vacío de información” que trata de
justificar.

–¿Por qué cree que se justificaría?
–En mi familia ha habido enfermos de cáncer, y en parte hay una suerte de respeto al paciente. A veces nosotros no pensamos que Chávez es un ser humano, que es un paciente ro grave de su salud. Nosotros no pensamos a Chávez como enfermo. Nosotros pensamos a Chávez como héroe, como
líder de un proceso revolucionario, como Presidente que es imposible derrotar. Él es un ser mítico que no es derrotable. Ante la enfermedad puede haber una cierta reserva que probablemente es pedida por su familia, y también un cierto respeto a ese ser mítico.

-¿Ha podido ser de otra manera?
-Creo que sí, porque en general, en otros países cuando se enferma un rey o un mandatario, salen los médicos que están atendiendo y dan un parte clarito
de lo que está sucediendo. A lo mejor hay ciertas reservas pero sí hay un parte médico”.

–Tomando en cuenta que este no es un contexto normal, sino un contexto de
guerra contra Venezuela, ¿se debería ser transparente con la información?
–En el contexto de guerra y de confrontación tienes que jugar, tender emboscadas, acudir a todas las estrategias bélicas que conozcas para, si no eliminar a tu adversario, al menos controlarlo, aislarlo, que es lo que está
pasando en este momento. Hayuna variable bélica, de confrontación, de un proceso que no se quiere perder. El alto gobierno ha hablado de que esto no se va a perder, que el Presidente ganó y aquí seguimos exactamente igual. Yo, como venezolana, entiendo ese contexto bélico.

–Si estamos en guerra, la estrategia comunicacional es acertada para ese momento de guerra.
–Si lo vemos desde la perspectiva de la guerra, sí. Si lo vemos desde la perspectiva de un Jefe de Estado, no.

–Pero Chávez no es Lula. Los médicos del Presidente probablemente no pueden decir qué sucede.
–Claro, porque se mezcla con el momento que estamos viviendo. A lo mejor se está imponiendo una ética de guerra político-informativa, que de alguna manera justifica el uso que se está dando de la información sobre la salud del presidente Chávez.

La socióloga también marca la diferencia entre lo legal y lo legítimo. “Lo legítimo es lo que la ciudadanía percibe como valioso, verdadero. En este caso, los más de 8 millones de personas que votaron por Chávez legitiman lo que está sucediendo informativamente; lo aceptan, porque hay un compromiso, una solidaridad. Se cuestiona en determinados espacios, en secreto, pero el
pueblo llano legitima lo que está sucediendo porque desea fielmente que Chávez vuelva y que vuelva sano”.

Romper con la rutina

La enfermedad activó de nuevo políticamente al país, asegura Stelling. La analista recurre a Max Weber, a su concepto del carisma y la rutinización del
carisma para plantear que “se rutinizó la Revolución, porque la Revolución se hizo Gobierno”, y esta coyuntura “es el momento ideal para retomar esa construcción política de un proceso”.ven Ernesto-Villegas

El plan de la patria “tiene el momento de oro para ser asumido como un verdadero proceso de transformación”, enfatizó. Es, también, el espacio
“para cumplir con lo que dijo Chávez: eficiencia, lucha contra la corrupción”. A juicio de Stelling, en este momento hay que abordar los conflictos internos y rescatar la movilización y el proyecto.

La oposición está fragmentada y sin Chávez

La socióloga hace una dura crítica a los medios privados opositores
venezolanos, al igual que al antichavismo. “Hay líneas directas con corporaciones internacionales de medios, que dictan instrucciones
probablemente a nuestros medios”, señala.

“Cuando revisas los periódicos internacionales y los contrastas con los nuestros, la información es parecidísima. Leer El Nacional es como leer el Washington Post. Hay una estrategia que cumplen fielmente nuestros medios,
pero esa estrategia se encuentra con una suerte de vacío, que es una oposición
desarticulada, fragmentada, que son como facciones que no se constituyen nunca en un verdadero partido político”, sentencia la analista.

“La oposición existe como seudo partido político en coyunturas electorales. Cuando se enfrenta a Chávez o a los candidatos de Chávez se une, y aparece una MUD o una Coordinadora Democrática”, afirma. “Así es que ellos encuentran
su candidato” que, en los últimos comicios, siempre se refirió al proyecto de Chávez.

Así, una vez que termina “esa coyuntura electoral, se fragmenta de nuevo la oposición. Esta oposición está ahorita fragmentada y sin Chávez”, precisa Stelling. “No tienen líder para odiar, y se escucha una serie de individualidades
que piden junta médica, que dicen que van al Tribunal Supremo de Justicia”.
Todo indica que, en el antichavismo, “no hay una unidad, sino individualidades”,