Leopoldo López condenado: 13 años y 9 meses de prisión

Venezuelan opposition leader Leopoldo Lopez gets into a National Guard armored vehicle in Caracas February 18, 2014. Lopez, wanted on charges of fomenting deadly violence, handed himself over to security forces on Tuesday, Reuters witnesses said. Lopez, a 42-year-old U.S.-educated economist who has spearheaded a recent wave of protests in Venezuela, got into an armored vehicle after giving a speech to an opposition rally in Caracas. REUTERS/Jorge Silva (VENEZUELA - Tags: POLITICS CIVIL UNREST TPX IMAGES OF THE DAY) - RTX1928Y

Marcos Salgado – Question Digital

Un fallo de primera instancia de la justicia venezolana determinó que el referente opositor Leopoldo López seguirá preso: fue condenado a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión, en el mismo penal donde está recluido desde hace más de un año, la cárcel militar de Ramo Verde, en las afueras de Caracas.

El comunicado oficial de la justicia venezolana confirma que la decisión la tomó “el Juzgado Vigésimo Octavo de Primera Instancia en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas” que encontró a López “responsable de la comisión de los delitos de determinador en el delito de incendio intencional (art. 343 del Código Penal), instigación pública (art. 285 del Código Penal), daños a la propiedad pública (arts. 473 y 474, en concordancia con el artículo 83 del Código Penal), y asociación para delinquir (art. 37), en relación con el artículo 27 y con las agravantes del artículo 29, numerales 3 y 7 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo; con ocasión a los hechos de violencia ocurridos en febrero de 2014.”

Se refiere así lo ocurrido el 11 de febrero de 2014, cuando una marcha encabezada por López llegó a las puertas de la Fiscalía General, en el centro de Caracas. Allí el referente del partido Voluntad Popular declaró ante una cámara del canal multiestatal Telesur que la protesta callejera continuaría “hasta que salgamos de este gobierno”, en referencia a la presidencia de Nicolás Maduro, quien por aquellos días aún no completaba un año de mandato.

Esa jornada terminó con varios automóviles oficiales incendiados, la Fiscalía asediada y con los cristales del frente destruidos, y una reyerta extendida a buena parte de la zona histórica de La Candelaria, donde murieron dos personas: un dirigente chavista y un simpatizante opositor. Más tarde, otro joven caería baleado en Chacao, en el este rico de Caracas.

Fueron los primeros tres muertos de una larga lista, que sumó en total 43 víctimas fatales, la mayoría gente de a pie, militantes o simpatizantes del chavismo, efectivos de la Guardia Nacional y de la Policía Nacional Bolivariana. Todos caídos a lo largo de un trimestre donde la violencia callejera parecía poner en jaque al gobierno de Nicolás Maduro.

Pero no fue así. Maduro no cayó por la estrategia de “La Salida” de López (y otros que no corrieron su misma suerte) y el segundo semestre de 2014 llegó con la desactivación de la protesta callejera y un Leopoldo López que, preso, se erigía como un símbolo de la supuesta falta de libertades fundamentales en Venezuela.

Así llegaron a Caracas ex presidentes de la entente fracasada del neoliberalismo latinoamericano (Andrés Pastrana, Sebastián Piñera, Felipe Calderón). Hasta de más allá de los mares llegó otro ex, Felipe González; y también una dudosa pléyade de legisladores de aquí y de más lejos. Todos posicionaron a López con una especie de Nelson Mandela venezolano, instalando una épica con buena recepción externa y dudosa repercusión interna.

La condena para López llegó cuando las mayorías venezolanas apoyan al presidente Nicolás Maduro por la que tal vez sea la medida más contundente de sus dos años largos de gobierno: el cierre de los dos principales pasos fronterizos con Colombia y con el país ad portas de otro turno electoral para la renovación de todos los curules de la Asamblea Nacional. En medio de una crisis económica evidente, con altísimos índices de inflación y con problemas ya endémicos en el abastecimiento de productos básicos a precios regulados estas elecciones pueden ser un plebiscito sobre la crisis, sus responsables y salvadores.

Hacia allí, hacia el 6 de diciembre, apuntan los mascarones de proa de los bolivarianos y de los opositores. Tal vez por eso los 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión para López no hayan levantado polvareda ni de un lado ni del otro.

La reacción inicial tras la condena demostró que López es más una figura internacional que nacional: apenas se escucharon tibios cacerolazos en zonas pudientes de Caracas y un módico centenar de opositores manifestaron junto a la esposa del condenado en una pequeña plaza del este rico de la capital, mientras CNN en español le dedicaba varias horas de programación especial al condenado.

Desmesuras.