Horas decisivas para la oposición venezolana ¿Rosales candidato?

Marcos Salgado | 

Estamos en horas decisivas para la oposición venezolana. La fecha tope es la semana que viene. Luego que el Consejo Nacional Electoral de Venezuela decidiera fijar la fecha de la presidencial para el 28 de julio, la variopinta oposición venezolana tiene que definir contra reloj si se une atrás de un candidato que pueda dar pelea. La otra alternativa es atomizarse o, peor, llamar a la abstención y consagrar así -por anticipado- al presidente Nicolás Maduro como ganador de la contienda.

Por estas horas las miradas se dirigen por igual a dos personajes. Una, la furibunda antichavista María Corina Machado, quien, se sabe desde hace tiempo, no puede ser candidata porque esta inhabilitada por la Contraloría General.

La página pública del CNE, consultada el 12 de marzo de 2024. (Captura de pantalla)

“Este elector presenta una prohibición para ejercer cargos públicos o función pública de acuerdo a lo establecido en la normativa constitucional y legal vigente”, se lee en la página del CNE cuando cualquier ciudadano coloca el número de cédula de identidad de Machado. Esto ratifica lo que se sabe: si Machado intenta registrar sus datos como candidata el sistema del ente electoral se lo impedirá.

Pero aunque es noticia vieja y no se podía esperar otra cosa, medios locales e internacionales lo mostraron como una ratificación -ahora por parte del CNE- de la inhabilitación para MCM. Ella eligió que contestara la secretaria de su partido, Vente Venezuela, Magalli Meda. Para muchos esto no es casual: el nombre de Meda es uno de los que está arriba de la mesa para reemplazar a Machado si, como se cree, la inhabilitada se decanta por este camino antes de que sea tarde y cierren las postulaciones.

¿Volver a Barbados?

En un mensaje a medios cercanos, Meda reclamó a la “comunidad internacional” que ayude a que “se vuelva a la negociación de Barbados” para tener “unas elecciones competitivas”. La apelación es reveladora, por un lado, de la nula capacidad de MCM para convocar a lo interno del país a sostener su candidatura contra viento y marea. Por otro lado, encierra un problema vital: la “comunidad internacional” (léase Estados Unidos, Europa y satélites en América Latina) ya no está tan entusiasmada en acompañar conductas destituyentes, como sí lo hizo en un pasado cercano, durante el experimento Guaidó.

Además, cuando Meda en nombre de Machado pide regresar a Barbados parece ignorar que fue en esa mesa de diálogo gobierno-oposición que se acordó el mecanismo de revisión de inhabilitaciones ante el Tribunal Supremo de Justicia. Esa fue en última instancia la institución que dejó a la antichavista acérrima sin candidatura. Y no el CNE, como se pretende hacer ver ahora, para mantener el relato maricorinista.

¿Un tapado(a) o un viejo conocido?

El intento de sostener el relato de la proscripción parece diluirse a medida que pasan estas horas claves. Mientras se acumulan versiones, rumores y también declaraciones públicas, que indican que a MCM no lo queda otro remedio que oficializar su paso al costado.

La duda ahora es si MCM elegirá a su reemplazante y le levantará el brazo, para ungirse ella misma como líder de la oposición. La otra alternativa es que la candidatura surja de un consenso de cúpulas, en busca de un nombre que resulte más competitivo. Esta es a todas luces la opción mas sabia para la oposición, teniendo en cuenta que si la candidata de Machado es su secretaria, Meda, se debería acometer una titánica tarea para lograr que -en tan poco tiempo- la gente de a pie conozca de su existencia.

Los viejos zorros de la política saben que es una misión imposible, que además dejaría a Machado en el centro de la escena, lo que significa -lo sufrieron durante todo el proceso de primarias, el año pasado- que ellos quedarían, a lo sumo, aplaudiendo desde una esmirriada platea un espectáculo electoral sin final feliz.

Rosales

En ese contexto, y no es casual, aparece -de nuevo- el nombre de Manuel Rosales. El líder del partido Un Nuevo Tiempo, y gobernador del estado Zulia, nada más y nada menos que el distrito electoral más grande del país. En una entrevista en la mañana del martes (las referencias temporales son necesarias porque todo ocurre muy rápido) Rosales no descartó -para nada- su candidatura y dijo que hará “lo que decida la Plataforma Unitaria”.

Nótese la diferencia: Rosales no espera a MCM, espera que los otros partidos otrora “grandes” de la oposición fijen posición. El lunes temprano, un medio local, El Pitazo, publicó una nota que aseguraba que “Los partidos Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática y Primero Justicia pujan” para que Rosales “sea el sustituto de María Corina Machado en caso de que ella no pueda inscribirse como candidata a las elecciones presidenciales”. Nadie desmintió la versión periodística.

Suena el teléfono

Los corrillos aseguran también que MCM recibió varias llamadas sugiriéndole que es hora de declinar. Una cosa parece segura: si la ganadora de las primarias se decanta por el remanido camino de desconocer la elección presidencial de julio será con un guiño de Washington. ¿Está en la agenda de la Casa Blanca intentar de nuevo un camino de desestabilización interna? No parece que este camino figure al tope de los planes de Estados Unidos para Venezuela.

Mientras todos estos devaneos ocurren en la oposición, el candidato del chavismo, el presidente Nicolás Maduro tuiteó en la red X que “más de 4 millones 200 mil militantes del PSUV han postulado mi nombre para las próximas elecciones presidenciales”.

Así, mientras el chavismo pone encima de la mesa su piso electoral para julio, la oposición todavía tiene que terminar de desandar una cuesta que, todavía es posible, la lleve de nuevo a un abismo. Horas claves.