El creciente activismo político de Elon Musk
Jon Lee Anderson
Los supuestos poderes de las Big Tech, y de Elon Musk en particular, cobran mayor importancia que nunca en las actuales disputas políticas del mundo. Poco después de l,as controvertidas elecciones presidenciales de Venezuela , el 28 de julio, en las que el presidente Nicolás Maduro declaró la victoria, acusó a Musk de ser el autor intelectual de un presunto ciberataque, dirigido desde Macedonia del Norte, que supuestamente había tenido como objetivo el Consejo Nacional Electoral de Venezuela y le había impedido producir el recuentos de votos que fundamenten las afirmaciones de Maduro de que ganó. Maduro dijo que su gobierno enfrentaba nada menos que una conspiración liderada por “el imperio estadounidense, los narcotraficantes colombianos, Elon Musk y la derecha extremista y fascista”.
Musk, a través de mensajes publicados en su sitio de redes sociales, X, no había ocultado su falta de afinidad con Maduro, llamándolo “payaso”, “tonto” y “dictador”, y después de las elecciones también hizo Está claro que creía que Maduro era el perdedor. Sin embargo, había poca evidencia de alguna conexión entre Macedonia del Norte y Musk, o, en realidad, entre cualquiera de ellos y las elecciones venezolanas. En los días siguientes, se produjo un duelo en línea, en el que Maduro desafió a Musk, diciendo: “Las redes sociales crean una realidad virtual, ¿y quién controla la realidad virtual? Nuestro nuevo archienemigo, el famoso Elon Musk”. Añadió: “¿Quieres pelear? Hagámoslo, Elon Musk. Estoy listo. Soy hijo de Bolívar y Chávez. No te tengo miedo, Elon Musk. Luchemos, donde quieras”. Musk, por su parte, publicó: “¡Voy por ti Maduro! 🚀💣 Te llevaré a Gitmo en un burro 🫏”.
La pelea comenzó el 29 de julio, cuando el jefe del consejo electoral, un partidario de Maduro, lo proclamó ganador de un nuevo mandato de seis años, con el cincuenta y uno por ciento de los votos frente al cuarenta y cuatro por ciento de su partido. su oponente, un ex diplomático apacible y septuagenario llamado Edmundo González. Los partidarios de González rápidamente denunciaron los resultados, citando la ausencia de resultados de la votación compartidos públicamente por el consejo electoral. En cuestión de días, respaldaron sus acusaciones presentando aproximadamente el ochenta por ciento de los votos de los treinta mil centros de votación del país.
Estos recuentos muestran a González con una ventaja de dos a uno sobre Maduro, ganando alrededor del sesenta por ciento de los votos frente a su treinta por ciento. Después de que Maduro declarara la victoria, estallaron protestas generalizadas y hubo informes de que el régimen tomó duras medidas, enviando fuerzas de seguridad y paramilitares a las calles para luchar contra los manifestantes. En un vídeo que ha circulado ampliamente, se ve a Maduro dando instrucciones a la policía antidisturbios, advirtiéndoles que los manifestantes eran “criminales” que habían sido entrenados en Texas, Colombia, Perú y Chile “para atacar y quemar”, y que era vital controlarlos.
Aunque el triunfo de Maduro ha sido respaldado por un puñado de naciones (en particular Rusia, China, Irán, Cuba y Nicaragua), la afirmación paralela de González ha sido respaldada por Estados Unidos y numerosos gobiernos latinoamericanos. Quizás lo más vergonzoso para Maduro fue que el Centro Carter, al que el régimen había invitado a Venezuela como observador independiente, dijo en un comunicado que no podía “verificar ni corroborar los resultados de las elecciones”, que “no cumplían con los estándares internacionales de política electoral”. integridad y no puede considerarse democrático”.
En respuesta, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, acusó al Centro Carter de ser 
cómplice de un intento de “plan de golpe de Estado”. La semana pasada, Maduro anunció que sus fuerzas de seguridad habían detenido a más de dos mil personas, para quienes, amenazó, no habría “indulto”. La actual campaña contra la oposición política ha sido denominada oficialmente Operación Knock-Knock. Human Rights Watch está tratando de verificar el asesinato de veinticuatro personas desde que comenzaron las protestas.
Mientras tanto, la semana pasada, Maduro y sus altos funcionarios intensificaron sus fanfarronadas sobre una nefasta campaña emprendida contra Venezuela por las redes sociales de propiedad occidental. El 5 de agosto, Maduro destacó la aplicación de mensajería WhatsApp, propiedad de Meta, que utilizan millones de venezolanos. En un país donde los medios independientes no oficiales han sido sofocados en gran medida bajo el chavismo (el nombre coloquial dado al cuarto de siglo de control político por parte del difunto hombre fuerte Hugo Chávez y su sucesor, Maduro), las aplicaciones de redes sociales desempeñan un papel importante como salvavidas de las comunicaciones.
En un evento con un grupo de simpatizantes en el Palacio Presidencial, Maduro anunció: “Voy a romper relaciones con WhatsApp. Porque están usando WhatsApp para amenazar a Venezuela y por eso voy a eliminar mi WhatsApp de mi teléfono para siempre”. Instó a los ciudadanos venezolanos a seguir su ejemplo y a utilizar en su lugar la aplicación Telegram, que prospera en Rusia, o WeChat, de propiedad china.
Más allá del engaño egoísta de las acciones de Maduro, sus preocupaciones sobre la propensión de Musk a inmiscuirse en la política y los asuntos de las naciones no carecen de fundamento. Desde que Musk adquirió
Twitter en 2022 (y lo rebautizó como X hace un año), el otrora multimillonario libertario ha propagado cada vez más puntos de vista de extrema derecha. Respaldó una publicación en X que promueve una teoría de conspiración antisemita, compartió un enlace, eliminado desde entonces, a afirmaciones sin fundamento relacionadas con el ataque al marido de Nancy Pelosi y dijo que “la administración Biden-Harris está importando un gran número de votantes”.
Las intervenciones de Musk en la política global se extienden más allá de su púlpito en X; Ha desempeñado un papel ambiguo en Ucrania, permitiendo a Kiev utilizar su sistema de satélite Starlink pero oponiéndose a la política de la Administración Biden hacia la guerra. Pero este año ha intensificado el uso de su plataforma de redes sociales en nombre de líderes extranjeros, incluido el autodenominado “anarcocapitalista” argentino Javier Milei y el ex presidente ultraderechista de Brasil Jair Bolsonaro, ambos admiradores de Donald Trump.
Los partidarios de Bolsonaro irrumpieron en la capital brasileña en enero de 2023, después de que éste pasara meses alegando que la victoria electoral de su rival, el expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, era fraudulenta. Desde abril, Musk ha atacado al juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes, quien ha sido fundamental en las investigaciones sobre el papel de Bolsonaro en el ataque a la capital, refiriéndose a él como el Darth Vader de Brasil y pidiendo su renuncia o juicio político. (Bolsonaro ha negado cualquier responsabilidad por el ataque). En las manifestaciones, los leales a Bolsonaro han portado carteles que decían “ ¡GRACIAS ELON MUSK !”
Desde que Milei ganó las elecciones presidenciales de Argentina el año pasado, él y Musk se han reunido varias veces, posando para selfies con el pulgar hacia arriba. También publican en X sobre sus creencias libertarias compartidas y su fe en el capitalismo sin restricciones. Después de que Milei hablara en el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza, en enero, criticando el socialismo y ensalzando los “valores occidentales” y el capitalismo, Musk publicó un meme que mostraba a un hombre desnudo mirando el discurso de Milei en una computadora portátil mientras una mujer desnuda se sentaba a horcajadas sobre él. Musk escribió: “Qué calor”. Después de una reunión en la fábrica de Tesla de Musk en Texas, en abril (Argentina es el cuarto productor mundial de litio, utilizado en baterías de vehículos eléctricos), Musk publicó una foto de él y Milei y escribió: “¡Por un futuro emocionante e inspirador! ” El mes siguiente, Milei publicó más fotos con Musk y escribió: “VIVA LA LIBERTAD MALDITA. . . !!!”
En defensa de su opinión de que X debería ser un foro global para la libertad de expresión sin restricciones, Musk ha reincorporado a varios usuarios suspendidos. Entre ellos se encontraban Trump, que había sido suspendido permanentemente por los anteriores directivos de Twitter tras los acontecimientos del 6 de enero de 2021, “debido al riesgo de una mayor incitación a la violencia”; el teórico de la conspiración Alex Jones, que había sido prohibido en 2018; y Tommy Robinson, un activista británico antiislámico y exlíder de la xenófoba Liga de Defensa Inglesa, a quien se le prohibió acceder a Twitter en 2018.
El 13 de julio, pocos minutos después de los primeros informes sobre el intento de asesinato contra Trump, Musk, quien así Hasta ahora había sido tímido acerca de sus preferencias en las elecciones de noviembre, salió y declaró, publicando en X: “Apoyo plenamente al presidente Trump y espero su rápida recuperación”. En 
un mitin a principios de este mes en Atlanta, Trump dijo: “Estoy a favor de los autos eléctricos. Tengo que serlo, ya sabes, porque Elon me apoyó firmemente, Elon. Así que no tengo otra opción”.
El lunes, Trump regresó a X por primera vez en casi un año, antes de una entrevista programada para las 8 p.m. con Musk, que comenzó con más de cuarenta minutos de retraso, debido a lo que Musk afirmó, haciéndose eco de Maduro, que era una “reunión masiva”.
“Ciberataque. Los dos hombres pasaron las siguientes dos horas, como lo expresó el Times , “totalmente bromeando”, mientras Musk demostró ser un oyente entusiasta de las quejas y obsesiones habituales de Trump: la frontera, Biden, el cambio climático, los hombres fuertes. Ambos elogiaron a Milei y Trump le dijo a Musk: “Es genial. Y es un gran fan de MAGA . Ya lo sabes, participó en MAGA ”—Make Argentina Great Again—“y he oído que está haciendo un trabajo fantástico”. Musk estuvo de acuerdo, elogió lo que estaba haciendo Milei (“recortar el gasto público, simplificar las cosas”) y describió la trayectoria económica de Argentina como “una lección para Estados Unidos”.
Durante gran parte de la semana pasada, la atención de Musk se centró en nuevos campos de batalla, incluido el Reino Unido, donde estallaron disturbios raciales antiinmigrantes que se extendieron a Irlanda del Norte. La violencia se produjo en respuesta a un horrible ataque el 29 de julio en la ciudad costera de Southport, en el norte de Gran Bretaña, en el que niños que asistían a una clase de baile con el tema de Taylor Swift fueron apuñalados. Tres niñas murieron y varios niños más y dos adultos resultaron gravemente heridos. Los disturbios, que dejaron más de cien agentes de policía heridos y provocaron más de setecientos arrestos, se produjeron tras afirmaciones de que el agresor era un musulmán sirio que había entrado ilegalmente en Gran Bretaña, que se volvieron virales en X y otras redes sociales. plataformas.
El propio Musk publicó varios mensajes en X, cuestionando las políticas de inmigración y las prácticas policiales británicas, y sugiriendo que “la guerra civil es inevitable”. El presunto agresor resultó ser un joven de dieciocho años, nacido en Gales, de padres ruandeses, y que no es musulmán. El recién elegido primer ministro británico, Keir Starmer, discrepó del mensaje de Musk y lo calificó de “peligroso”.
Podría haber dicho lo mismo del enfoque de laissez-faire de Musk para gobernar a los usuarios de X. Uno de los hombres acusados de avivar las tensiones y alimentar los disturbios fue Tommy Robinson. (En videos, instó a sus seguidores a mantener la calma, pero continúa publicando declaraciones incendiarias). Otro fue Andrew Tate, un ex kickboxer angloamericano y autodenominado misógino, cuya cuenta fue prohibida en 2017 y restablecida en 2022. Tate está a la espera de ser juzgado en Rumania por cargos de trata de personas, violación y formación de una banda criminal para explotar sexualmente a mujeres, todo lo cual él niega.
En una entrevista más de una semana después del ataque de Southport, Tate, que ahora tiene casi diez 
millones de seguidores en X, dijo: “Yo no soy la razón por la que comenzaron los disturbios”, pero admitió, refiriéndose al agresor, que “tal vez Me equivoqué sobre el hecho de que era un migrante ilegal”. En cuanto a Venezuela, donde la esperanza de un retorno a la democracia está siendo reemplazada por una forma cada vez más flagrante de dictadura, es posible que las redes sociales de Musk pronto guarden silencio, pero por ahora le ha proporcionado a Maduro un conveniente chivo expiatorio al que culpar de casi todo, incluido su resultado electoral aún controvertido. ♦
*Periodista estadounidense especializado en temas latinoamericanos y en las guerras posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001.C omenzó a colaborar con The New Yorker en 1998. Es autor de varios libros, entre ellos “ Che Guevara: A Revolutionary Life”